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REAL ZARAGOZA

"No me gusta absolutamente nada que haya cinco cambios"

Víctor Fernández considera que la novedad en cuanto al número de sustituciones no respeta la integridad de la competición: "Hemos jugador el 74% de las jornadas con unas reglas y las que faltan deberíamos jugarlas con las mismas".

Zaragoza
Víctor Fernández, durante un entrenamiento de esta semana.
TINO GIL / REAL ZARAGOZA

Víctor Fernández (Zaragoza, 28 de noviembre de 1960) ha atendido esta mañana las preguntas de los medios de comunicacióin. El técnico asegura que hay más riesgo con el tema de las lesiones que con el COVID-19, considera que unos de los aspectos más importantes va a ser adaptarse al nuevo escenario de un "futbol silencioso, sin público y desnaturalizado" y apuesta por el ascenso: "Nada nos va a frenar para lograr nuestro sueño".

—Empieza una nueva liga y, además, cortísima y muy concentrada. ¿La clave es la ambición, la preparación física o el fútbol siempre es fútbol, aunque se juegue sin público?

—En el mundo del fútbol intervienen todos los factores. Estamos ante un escenario inédito, imprevisible, donde no hay ningún manual de actuación, pero sigue siendo lo mismo: un balón, once contra once, un árbitro con un reglamento que hay que respetar y ser superior al rival marcando un gol más. Eso no va a cambiar. ¿Qué es lo que cambia? Cómo han llegado los futbolistas en estos momentos. Vienen de un confinamiento que nunca lo habíamos sufrido en nuestras vidas. Estar encerrados, privados de libertad y con limitaciones tiene una factura física y también mental. Ésa es la gran incertidumbre a la que nos enfrentamos todos los entrenadores y todos los equipos. La forma de resolver esas dudas es teniendo una preparación lo más coherente posible dentro de estas limitaciones y conseguir una buena base física. Todos los jugadores han venido perfectamente de este confinamiento porque han tenido disciplina y rigor y han trabajado a conciencia y, por tanto, estoy muy satisfecho, pero después los resultados dependerán de todos los factores: físico, mental, técnico, anímico…

—¿Ha detectado cierto temor en la plantilla ante la amenaza del COVID-19 y posibles contagios?

—Es indiscutible que todas las medidas tomadas por la Liga de Fútbol Profesional han ido encaminadas a minimizar el riesgo de un contagio. El riesgo existe porque científicamente no está demostrado que exista el riesgo cero y lo aceptamos. Estamos comprometidos, sabemos de la importancia que tiene la vuelta del fútbol en estos momentos para la sociedad y no he percibido ningún tipo de miedo por parte de los jugadores ni del cuerpo técnico ante un posible contagio y los efectos de este virus. Cada día que pasa nos sentimos más seguros y con más deseo de que exista más interrelación entre los miembros del equipo. En ese sentido no hay ningún problema.

—Si le hubieran pedido su opinión sobre la forma de reanudar la competición, ¿qué solución habría propuesto?

—Es situarme en un escenario en el que lamentablemente no hemos participado los entrenadores. Estamos en una sociedad en donde la bandera es el diálogo, el consenso, el respeto, la transparencia o la comunicación y en este sentido creo que LaLiga debería haber tenido la delicadeza de haber contado con un estamento importante dentro del fútbol como somos los entrenadores, que en definitiva somos los gestores de grupos humanos y los que tenemos que organizar los entrenamientos. Habría sido interesante. Me consta que hay un trabajo de muchísimas horas y dedicación y un protocolo espectacular, pero yo creo que los entrenadores podríamos haberlo mejorado un poco a través de esa comunicación. Desde mi punto de vista habría sido necesario acortar más las fases de trabajos individuales y grupos reducidos y haber alargado más el trabajo colectivo, evidentemente siempre con un consenso con el Gobierno de cara a facilitar y favorecer esas etapas porque no nos olvidemos de que el fútbol es un deporte colectivo y de contacto. Una vez dicho esto, debemos adaptarnos a las circunstancias, es lo que hay y es lo que estoy intentando con mi grupo. Trabajamos también con la incertidumbre de saber cuál va a ser la fecha de regreso, que hay gente que no le da importancia, pero que tiene un gran valor para saber cómo tengo que planificar los entrenamientos de cara al inicio de una competición para la que previamente no hemos podido disfrutar de partidos amistosos. Son temas muy importantes y algunos no tendrían solución por mucho que participáramos los entrenadores, pero en otros sí que podría haber habido matizaciones importantes.

—Teniendo en cuenta que en estos momentos tienen una ventaja de cinco puntos sobre el tercero y el cuarto, ¿considera crucial reiniciar la competición con un par de victorias?

—Siempre es importante comenzar ganando y dar el primero, pero lo más importante, que es lo que siempre han demostrado los equipos campeones, es saber adaptarse a cualquier circunstancia y escenario y nosotros tenemos que hacer ese esfuerzo por adaptarnos a este nuevo escenario, sin público y desnaturalizado. Es otro deporte. Yo le llamo el fútbol silencioso porque el apremio o la desaprobación del público es un plus de motivación y de energía para el futbolista que en estos momentos no vamos a tener. Por tanto, cuanto antes ganes los primeros puntos, mucha más tranquilidad vas a tener porque la competición va a ser muy breve y no hay margen de corrección. Insisto una vez más en que los grandes son los que se adaptan a cualquier circunstancia.

—Además del físico, ¿se está trabajando también el aspecto mental?

—Hasta este momento no porque hasta esta fase no se nos ha permitido a los entrenadores interactuar con los futbolistas. Hasta ahora el entrenador, siguiendo el protocolo, ha sido un elemento bastante pasivo. ¿Qué ocurre? Que en el momento que los futbolistas se reencuentran y vuelven a juntarse, sea individual o en grupos reducidos, ya empiezan a aflorar las sensaciones de la competición. Ya está el deseo de juntarte, el deseo de ganar, el deseo de competir, el deseo de ser mejor que el rival… Los equipos más rápidos, con más calidad física y más talentosos van a tener mucha ventaja, pero los equipos que tengan una gran fuerza mental para adaptarse a este nuevo escenario también van a contar con ventaja. Eso sólo lo tienen los buenos y estoy convencido de que el Real Zaragoza tiene todo eso. Evidentemente, a medida que se vayan relajando las medidas del protocolo en cuanto a poder trabajar con grupos amplios y tener una convivencia más o menos normal, el entrenador tendrá una mayor incidencia en lo que es la organización táctica del equipo y su preparación mental.

—¿Qué fútbol se va a ver en un estadio sin público?

—Un fútbol desnaturalizado. Si hay algo que diferencia al fútbol de cualquier otro deporte es la gente, el público, el ruido, la pasión, el colorido… No podemos tenerlo y por tanto es un factor a considerar. Me vas a decir que todos los equipos van a jugar sin público, pero para mí no es lo mismo. No es lo mismo para un equipo que tiene 28.000 personas presentes en todos los partidos en cuanto a presión al rival o al árbitro, desde el máximo respeto hacia la figura del colegiado. Tienen un papel fantástico. A mí me transmite tristeza ver partidos de fútbol sin gente, pero es lo que toca y a ello tenemos que habituarnos, aunque espero que no por mucho tiempo porque se rompería ese cordón que existe entre el futbolista y la afición. Si rompemos ese cordón, nos cargamos el fútbol, así que espero que se pueda jugar con gente cuanto antes. En este sentido deberemos acostumbrarnos a convivir sin el ruido y trabajar en el silencio.

—Una de las novedades en cuanto se reanude la competición es que se podrán realizar hasta cinco cambios. ¿Qué le parece?

—No me gusta absolutamente nada. LaLiga ha tomado unas medidas realmente extraordinarias y encomiables, se ha reunido con gente preparada y ha invertido muchas horas de trabajo para lograr la integridad de la competición. Esto es una lucha permanente por que la competición vuelva a la normalidad y se jueguen los partidos y es comprensible desde el punto de vista de sostenimiento de la industria del fútbol, en la que van muchos empleos y nóminas detrás, pero no lo veo bien en el sentido de que no se respeta absolutamente la integridad de la competición. Hemos jugador el 74% de las jornadas con unas reglas y las que faltan deberíamos jugarlas con las mismas reglas. Y así se reforzaría más eso que pretende LaLiga de la integridad de la competición. Y también porque tenemos antecedentes todas las temporadas, ya que los Mundiales y las Eurocopas se juegan en el verano después de temporadas súper agresivas y con tres cambios. Es una medida muy favorecedora para aquellos equipos que tengan plantillas realmente extraordinarias en cuanto a profundidad numérica y en cuanto a profundidad de calidad, pero deberemos adaptarnos a esta medida a la que no le encuentro ningún tipo de fundamento. Tendremos que aprovecharnos de ella para saber gestionar bien los partidos con los cambios y sacar ventaja, pero tengo que decir lo que pienso.

—¿Le preocupan más los partidos a puerta cerrada o las posibles lesiones que se pueden producir?

—Hasta ahora lo que nosotros hemos intentado es minimizar al máximo los riesgos de lesiones. Estamos intentando hacer una preparación lo más racionada posible para que los jugadores lleguen en las mejores condiciones posibles y rezar para que no haya muchos percances o desgracias. Los jugadores en ese apartado van a estar mucho más expuestos. Existe más riesgo con el tema de las lesiones que con el tema del tratamiento que se ha hecho sobre el COVID-19 por parte de LaLiga. En esto último, aunque no existe el riesgo cero, creo que los jugadores pueden estar tranquilos porque están muy controlados con test, pruebas y un seguimiento diario, así que el riesgo es la respuesta del cuerpo a esfuerzos cada 72 horas y partidos intensos y de muchísima responsabilidad porque en la fase final de la temporada es cuando se decide todo por lo que uno se ha estado preparando todo el año. Ese estrés creo que va a pasar factura a los jugadores.

—¿Va a poder contar con Zapater y Javi Ros?

—Son dos jugadores de jerarquía y mucha incidencia a nivel de grupo y tenerlos cerca va a ser una gran ventaja. Zapater lleva un año sin jugar y en los primeros entrenamientos me está demostrando que a nivel físico se ha recuperado perfectamente y que no tiene secuelas de la lesión. Habrá que ver cuál es su respuesta en espacios grandes y con un oponente enfrente. Con Javi Ros tengo algo más de dudas porque va a ir mucho más justo y no sé si nos podrá ayudar en algún momento. Pero ya solamente que los pongamos en duda es una buena noticia por la incidencia que tienen dentro de la plantilla y el grupo.

—De cara a lograr el ascenso, ¿qué porcentaje deja usted a la suerte, la fortuna o las lesiones?

—Hablar de porcentajes no nos lleva a ningún sitio. Tenemos un sueño por lograr y ésa será la energía para alcanzarlo. Es mi frase en cuanto a lo que ahora se nos viene encima. El sueño tiene que ser nuestra energía para alcanzar ese objetivo y ahí no tengo ninguna duda de que los que luchan por su objetivo es porque han demostrado en el campo que tienen más talento, ánimo y calidad que los demás y posiblemente también más suerte en cuanto a lesiones. Nosotros hemos sido un equipo que durante la temporada ha sufrido muchísimas adversidades, muchas de ellas graves, que las hemos ido superando poco a poco con la ayuda de todos. En este caso no contaremos físicamente con nuestra afición, pero sí con su corazón porque sabemos que van a estar detrás de nosotros. Lo que se nos escapa es lo que no podemos controlar y son las lesiones, pero nada nos va a frenar para lograr nuestro sueño.

—¿Tiene decidido si va a continuar como entrenador del Real Zaragoza? ¿Cuál está siendo su papel en la confección de la plantilla de la próxima temporada?

—La respuesta la daré cuando termine la Liga y ahora mi único frente y mi única concentración es prepararnos, conseguir el sueño y hacer feliz a mucha gente porque lo que también se está demostrando con todo esto es que cuanto mayor es la dificultad que tiene la sociedad, más necesario e importante se hace el fútbol. Nosotros tenemos a muchos zaragocistas que no nos van a poder acompañar físicamente, pero que los vamos a tener ahí y sólo por ellos tenemos que hacer ese último esfuerzo, más allá del pensamiento de determinadas personas sobre su futuro, ya que eso no es lo importante.