Apoño: De vérselas con Guti a fichar por el Alhaurín de la Torre
Tras dos años retirado, Apoño ha descolgado las botas para firmar en el Alhaurín de de la Torre, equipo malagueño de Tercera. Le sobraba calidad, pero le perdía el carácter
Antonio Galdeano Benítez, ‘Apoño’ ha vuelto. El imperial exjugador de Marbella, Málaga, Zaragoza, Las Palmas, OFI Creta, Antequera y El Palo ha firmado con el Alhaurín de la Torre, equipo malagueño del Grupo IX de Tercera División y que llega con el aval del presidente de la entidad, Paco Flores. Apoño estaba retirado de los terrenos de juego desde su última actuación con El Palo en febrero de 2018 en un partido contra el Vélez. Pero el gusanillo del fútbol tira demasiado.
Considerado como uno de los futbolistas con más categoría que ha pasado por el fútbol español, Apoño derrochaba calidad y potencia. Pero le perdía el carácter No siempre supo usar la cabeza. Tras destacar mucho en el Marbella llegó al Málaga de la mano de Juan Ramón Muñiz donde desarrolló sus mejores años. Futbolista con personalidad y dotado de unas facultades excepcionales, se le iba la fuerza por la boca. Picaba a los contrarios con su lengua viperina y los árbitros no siempre eran sus mejores amigos.
El 15 de mayo de 2010 el Málaga necesitaba puntuar ante el Real Madrid para eludir el descenso. Los blancos tenían unas lejanas opciones de ganar la Liga que se diluyeron porque el Barcelona ganaba sin apuros al Valladolid. Con los nervios a flor de piel y con 1-1 en La Rosaleda, Apoño, sin cortarse un pelo se dirigió a Guti. “Quillo, aflojad un poquito que nosotros nos jugamos la vida y vosotros ya no tenéis nada que hacer en la Liga”. Fue el mismo Apoño quien contó la conversación y la genial respuesta de Guti. “No podemos hacer eso, somos el Real Madrid”. El partido terminó con este 1-1 y el Málaga se salvó porque los resultados en otros campos le favorecieron”.
Las cosas de la vida. Manolo Jiménez le quiso llevar al Sevilla. Pero Apoño se negó. ¿Cómo voy a fichar por el Sevilla si soy malaguista?” Tiempo después Jiménez sí le convenció para jugar en el Zaragoza donde su gran juego contribuyó a la permanencia de los zaragocistas entre los grandes contra todo pronóstico, porque el equipo parecía muerto. Pero con Apoño resucitó.
También le quiso Pellegrini para el Villarreal. Pero cuando coincidieron en La Rosaleda sus relaciones fueron muy tensas. Tras un partido en el Sánchez Pizjuán ambos tuvieron un gravísimo altercado y El Ingeniero decidió que no jugase nunca más bajo sus órdenes.
La fase crepuscular de su carrera se desarrolló en Las Palmas (coincidió con el también malagueño Carlos Aranda), Marbella (segunda etapa), OFI Creta, Antequera y El Palo. Ahora regresa a la actividad con el Alhaurín de la Torre donde su incorporación ha causado sensación y ha renovado los aires de ilusión en un equipo que se ha salvado del descenso por la decisión federativa a causa de la crisis del coronavirus.