"La Europa League de Hamburgo fue un deber cumplido"
"Fue un sueño hecho realidad, por todo lo que se vivió y lo que te hacen sentir los hinchas del Atleti", recuerda Forlán, autor del doblete ante el Fulham.
Ya era madrugada del 13 de mayo de 2010 en el aeropuerto de Hamburgo, unas horas después del regreso del Atlético de Madrid a la primera plana del fútbol continental, ganador 48 años después de un título europeo con dos goles del uruguayo Diego Forlán, sentado en una esquina, ya 'jugando' el siguiente partido, la final de la Copa del Rey ante el Sevilla, pensando en cómo atacar, en cómo jugar, en cómo ganar...
"Yo no era de festejar tanto cuando lográbamos los objetivos. Era como un deber cumplido. No te digo que era una obligación, pero me sentía en esa responsabilidad. Cuando lográbamos el objetivo que teníamos que lograr estaba contento, estaba bien conmigo mismo, decía que estoy en paz. Pero no me quedaba en eso que había logrado, sino en lo que iba a venir", explicó en una conversación con la Agencia EFE con motivo del décimo aniversario de la conquista de la Liga Europa contra el Fulham en Hamburgo.
"Y así era sucesivamente, porque siempre de chico, cuando escuchaba a mi papá, a mi hermano, te decían: "Una cosa es llegar a Primera División y otra mantenerte". Siempre era estoy acá, llegué, pero tengo que seguir. Ese era mi lema. Después, si había algo que no había logrado me criticaba mucho más, me quedaba más en aquello que no había logrado que cuando sí lo lograba. Prefería ser de esa manera y seguir siendo de la manera que soy", añadió.
Forlán es una leyenda del Atlético. Es su única Bota de Oro, con 32 goles en 33 encuentros de Liga en 2008-09. Y fue sin una sola duda el protagonista incontestable del título de la Liga Europa del 12 de mayo de 2010 en Hamburgo. Él marcó los dos goles del conjunto rojiblanco para doblegar al Fulham por 2-1. El primero, a la media hora, lo niveló Simon Davies apenas cinco minutos después. El segundo, ya en la prórroga, en el 116, fue definitivo y desató la apoteosis de miles de rojiblancos, tras tantos años de espera.
"Yo con ganar el partido ya era feliz. Después me tocó hacer esos dos goles y el último faltando tres minutos para terminar el partido. Son de esos partidos que uno sueña de chico, cuando miraba finales y veía que la gente en la tele marcaba y se sacaba la camiseta, festejaba y era campeón. Haberlo vivido en persona fue un sueño hecho realidad. Y fue mucho más, por todo lo que se vivió, se disfrutó, lo que te hacen sentir los hinchas del Atleti... La verdad que es una hinchada muy especial", rememoró a EFE el hoy técnico del Peñarol.
"Recuerdo una anécdota con Diego ese mismo día del partido -interviene Enrique Ramón, jefe de prensa del delantero en España y en aquella final jefe de prensa del Atlético de Madrid-. Yo estaba muy nervioso y, cuando termina la comida, se me acerca y me dice: 'Quique ¿cuánto te costaría tu entrada del partido de hoy?'. '¿Cómo?' le digo. 'Sí, que cuánto te costaría'. Y le entendí. Él lo que me quería decir es que cuánto pagarían cientos de miles de atléticos por tener el trabajo que tú tienes, por estar aquí con los jugadores, por organizar una final de la Liga Europa.. Y me dijo: 'Quique, estate tranquilo, va a salir todo bien y disfruta del partido'. Él tiene una visión de 360 grados. Estaba pendiente de los fisioterapeutas, de los utilleros, del jefe de prensa... De que estuviéramos a gusto y contentos".
Para Forlán, "fueron años espectaculares". "Con este título, después la final de la Copa del Rey (en Barcelona contra el Sevilla), que no pudimos ganarla, la Supercopa de Europa (de 2010 ganada al Inter por 2-0 en Mónaco)...", según repasó el exdelantero del Atlético de Madrid, con el que marcó 96 goles en 198 partidos oficiales, entre 2007 y 2011.
"Entonces fue ese puntapié inicial. El club ya llevaba más de diez años sin ganar ningún título y haber roto esa racha fue algo espectacular para todos", destacó a EFE. "Las rachas las tienes que cortar. Hoy muchas preguntas que te hacen llegando ahora esta fecha de diez años (de la final de Hamburgo). ¿El Atlético de Madrid es hoy lo que es por esa final? No. Sin lugar a dudas. Nosotros rompimos una racha. Después, lo que se ha dado con otro grupo y otro cuerpo técnico sin ninguna duda es merecido por ellos", expuso.
"Sí cambia el hecho de haber roto esa racha negativa en ese momento. Nosotros después de lo que veníamos y lo que habíamos vivido durante esos años, que nos había costado, y lo criticados que éramos, porque obviamente estábamos en un club importante como el Atlético y la gente te obligaba y tú sentías esa responsabilidad de hacer lo mejor para el club, el haber logrado ese objetivo y ver las calles de Madrid teñidas de blanco y rojo fue espectacular", expresó.
El efecto que causó ese éxito en los seguidores fue inmenso. "Nosotros después vamos a jugar la final de la Copa del Rey en Barcelona. No me acuerdo lo que pasó, pero el autobús agarró por el camino de nuestra hinchada. Era tanta la felicidad y la alegría que tenía nuestra gente del Atleti que pasamos por el medio de la cantidad y nos cerraron la calle. No nos dejaban pasar", enfatizó.
"Hasta tal punto que estábamos haciendo entender a la gente que estábamos yendo a jugar una final. En vez de llegar una hora y media antes de la final, terminamos llegando 40 minutos antes al estadio. La gente no entendía. No se daba cuenta. Era tanta la felicidad. Era tanta la alegría que habían vivido con la Liga Europa que nos la querían demostrar que casi llegamos tarde al partido", recordó.
Años después, el pasado 28 de septiembre, antes del derbi contra el Real Madrid en el Wanda Metropolitano, recibió un nuevo reconocimiento de la afición del Atlético. "El gesto del club fue muy lindo. Llegar allí, que era la primera vez que iba, todo teñido de rojo y blanco espectacular y la gente coreando tu nombre te hacían recordar aquella época cuando estaba jugando. Muy agradecido con la gente del Atlético por todo ese cariño que muestran en todos lados donde estoy o donde voy", destacó Forlán, el goleador y el mejor jugador de la Liga Europa de Hamburgo.