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INTERNACIONAL

Evra: "Pedía limosna ante las tiendas para poder comer, pero era feliz"

El exlateral francés relata con crudeza la "difícil infancia" que tuvo, obligado a practicar la mendicidad para poder alimentarse.

Evra se abraza con Ferguson.
FRANCK FIFEAFP

Patrice Evra cerró hace menos de un año una exitosa carrera deportiva en la que levantó 21 títulos. El lateral terminó en el West Ham, pero antes se había labrado un brillante nombre jugando para clubes como el Monaco, el Manchester United, la Juventus y el Marsella. Además, una garantía con la selección francesa, con la que llegó a ser subcampeón de Europa en 2016. Pero para llegar a eso tuvo que recorrer un largo y tortuoso camino que ha relatado en un podcast en la página web del Manchester United. En él cuenta la difícil infancia que tuvo, teniendo que practicar la mendicidad para poder comer. 

Miembro de una familia numerosísima, Evra relata las dificultades para comer mientras se criaba en un suburbio de París. "Estaba en París, pero vivía en la calle y a veces ni siquiera podía comer algo. Recuerdo que mi hermano Dominique estaba trabajando en un McDonald's, así que iba allí y en su hora de almuerzo me daba de su propia comida", explica. Cuando no tenía esa opción, no le quedaba otra que tener que pedir para no tomar otro camino menos aconsejable. "No tengo miedo a decir que tuve que rogar por dinero enfrente de las tiendas. Me quedaba a frente a ellas y cuando me cruzaba con personas les pedía alguna moneda. A veces me daban el dinero y otras no, solamente quería dinero para comprar un sándwich", afirma.

Evra, contrariamente a lo que pueda parecer, recuerda aquella época como un momento "feliz". "Fue un momento difícil, pero feliz. Siempre fui feliz y siempre tuve suerte, no cambiaría nada, lo mantendría así porque construyó al hombre que soy ahora", explica a sus 38 años y después de una exitosa carrera en el fútbol. "Algunas personas, cuando tienes éxito, solo ven el resultado final, solo ven en la televisión a la superestrella, pero en realidad, en las calles, aprendí mucho y me ayudó a ser fuerte", esgrime como experiencia de vida que espera "inspire a los niños para darse cuenta de que nunca deben darse por vencidos, que no se rindan. Si crees que te convertirás en alguien, sal y cree en ti mismo, lo harás. Yo no me siento una víctima, no quiero compasión".

Su infancia fue una prueba de fortaleza que le sirvió para pruebas que vinieron después. "Especialmente después de la Copa del Mundo, cuando era el capitán y mucha gente me culpaba, pero yo era fuerte porque sé que en las calles tuve momentos más difíciles que entonces, con la prensa hablando de ti", sentencia.