Víctor Santamaría: "Robin cambió la manera de contar fútbol"

¿Cuándo empezó a trabajar con Michael?

Desde que él llegó a Canal+ en 1991 hasta que yo me retiré de la realización del fútbol, que la empezó a hacer Mediapro, hace tres, cuatro años.

¿Qué era, trabajando, lo que a usted más le llamaba la atención de Robinson?

Lo primero, que era súper puntual. El paradigma inglés. No es coña (ríe). Si nosotros cogíamos el avión o el tren a las 12:00, él estaba allí a las 10:00. Le aterrorizaba llegar tarde. Su relación con nosotros, los técnicos, era súper fluida. Yo siempre estaba atento a lo que él decía. Comentaba mirando mucho el monitor y nos ayudó mucho con las repeticiones y encuadres. Siempre respetuoso y educado, con diálogo.

Robinson uno de los estandartes del 'sello Plus'.

Está por explicar la influencia que tuvo aquella época, la del primer Canal+, con Michael, Alfredo (Relaño), en la manera de contar el fútbol. Lo dijo Valdano: es algo que dura hasta nuestros días. Se cambió la orientación de lo que era el tratamiento de los deportes nacional. Y fue ese grupo de gente catalizada por Robin que empezó a abordarlo de otra manera. "¿El fútbol qué es? Como la vida. Pues cuenta la vida y contarás el fútbol", decía siempre.

¿Cómo?

(Sonríe) Él era un cuentista, literal, contador de cuentos, historias. Y nos lo metió en la cabeza. Íbamos a los campos sin nada preparado previo, tomábamos las imágenes y, desde éstas, contábamos la historia. Eso lo impulsó Michael. Recuerdo su frase siempre. Pictures, pictures, pictures. Girabas la cámara y también hablabas de fútbol. Esa fue la clave. Todo muy honesto y con una bendita ignorancia. Éramos muy jóvenes también (ríe).

¿Le entendía al principio cuando hablaba?

Robin siempre ha hablado mejor de lo que parece, eh (ríe). Y fue autodidacta, presumía de ello, que no había dado una clase de español.

Hay algo llamativo y común en todos los que le conocieron: al hablar de él siempre lo hacen con una sonrisa en la boca.

Es que Michael era una anécdota constante, un productor de anécdotas profesional. Se divertía y lo pasaba estupendo, como buen medio irlandés. Lo hablaba todo. Era raro verle cabreado. Cuando se enfadaba por cuestiones de trabajo era muy obsesivo, entraba el bucle. Era muy perfeccionista.

¿Le vio por última vez...?

Hace un mes. Subió a Informe, a unas reuniones, ya con lo suyo, pero como cuando yo le conocí. Bromeando con su cáncer, parecía que no tenía nada. Nos despedimos y tenía que haber comido con él, pero lo fuimos dejando, lo fuimos dejando...

¿Cuánto le añorará el fútbol?

Va a ser un palo... Una generación de chavales ha crecido con él. No es sólo cómo lo contaba, es como lo veía el cabr..., tremendo. El mejor que yo vi.