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VALENCIA

Faus: "Cada partido de Parejo era una romería para verle jugar"

El último entrenador que tuvo el capitán del Valencia en el Coslada, antes de dar el salto al Real Madrid, analiza los inicios del madrileño con AS.

Faus: "Cada partido de Parejo era una romería para verle jugar"

¿Por dónde empezamos?

Pues le diré que entrené a Dani dos años y siempre marcó las diferencias, en alevín y cadete. En el Coslada, apostamos por él y le subimos una categoría. Jugó siempre con gente más mayor que él y nunca se notaba. Llamaba la atención de todo el mundo. Tuvo un seguimiento tremendo. Vinieron a verle del Sevilla, el Liverpool, el Atlético, el Madrid… Dani era un Atlético confeso.

Vaya movida en Coslada…

No se lo puede ni imaginar. Era una romería constante de ojeadores y representantes cada vez que jugábamos. Aquello era atípico y no lo he vuelto a ver. Ese seguimiento que le hicieron no era normal. Corría la voz de lo que hacía Parejo y venía mucha gente a vernos. Recuerdo que había ojeadores que me llamaban a casa la noche antes de un partido para ver si lo iba a poner en el once o no para venir al día siguiente a verle.

¿Por qué el Madrid?

Apostó fuerte por él. Se adelantó a todos. Habló con su padre de manera formal y Dani se decantó por el Madrid. No fue fácil porque yo tengo muy buena relación con su padre y tenía un montón de tarjetas de representantes, de todas las agencias posibles. Insisto, no he visto un boom como aquel con Parejo.

¿Siempre jugó de mediocentro?

Al principio, jugaba de segundo delantero o mediapunta. Pero pronto le pusimos de mediocentro que creo que es la posición en la que Dani siempre ha rendido mejor. Empezó a cambiar porque le costaba realizar ese trabajo defensivo y parecía que lo hacía a un ritmo más lento. También le ayudo mucho Ángel López, el que fuera segundo entrenador de Contra en Rumanía y en otros muchos sitios. También trabajó con Míchel. Lo tuvimos de preparador físico un día a la semana y eso le sirvió mucho a Parejo cuando dio el salto al Madrid.

Hablaba de su ritmo. Hay gente que ha confundido eso con la apatía…

Sinceramente, si hay alguien que piensa eso es que no ha tenido mucho conocimiento del juego. Cada uno tiene sus características. Parejo siempre destacó por hacer jugar a su equipo y por esa sangre fría. Eso le ha llevado al máximo nivel.

Parejo, el segundo empezando por la derecha en la fila de abajo, con el alevín del Coslada.
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Parejo, el segundo empezando por la derecha en la fila de abajo, con el alevín del Coslada.

¿Tenía gol de niño?

Sí. Siempre se le dieron bien las faltas y el balón parado, además del lanzamiento desde fuera del área. Casi todos los balones que caían en las inmediaciones del área terminaban en gol.

¿Ensayaba mucho?

Era un enfermo del fútbol. Se cabreaba después de los entrenamientos si no te quedabas ensayando los penaltis y las faltas. Le teníamos que llamar la atención para que se fuese al vestuario porque se quedaba siempre con el portero.

¿Ya tenía personalidad?

Muchísima, como ahora. Siempre he dicho que era el defensor de las causas perdidas. Tenía una personalidad muy marcada y estaba muy pendiente de sus compañeros. Ese liderazgo le ha llevado a la elite.

¿Qué exhibición recuerda?

Le ganamos al Atlético, que lo entrenaba Sabas. Hizo un partido increíble. Dominó el juego como quiso y el Atleti era incapaz de quitarle la pelota.

Tras salir del Coslada, ¿le siguió la pista?

Sí. En el Madrid le fue bien. Además, el espaldarazo que le dio Di Stéfano fue definitivo. Dijo que era el talento más grande que había dado La Fábrica en los últimos años. Eso le puso aún más en el escaparate.

Parejo, sentado y el tercero por la izquierda, con el cadete del Coslada.
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Parejo, sentado y el tercero por la izquierda, con el cadete del Coslada.

Por lo que dice Parejo no ha cambiado mucho futbolísticamente…

No. Tiene las mismas características que entonces. Me llamó la atención la última vez que le vi en Mestalla. Fue contra el Atlético la temporada pasada. Estaba Marcelino de entrenador y le vi tirarse dos veces al suelo a robar una pelota y me pareció un jugador más sacrificado. Pero ese cambio le vino muy bien y Marcelino le sacó lo mejor. Pensé que había perdido unas condiciones para ganar en otras, pero el talento seguía ahí. Luego, le vi ese trote tan peculiar que siempre ha tenido.

Al principio le costó…

Es que es como Curro Romero. Hay gente a la que le cuesta asimilar su fútbol.

En Valencia se ha visto su mejor versión…

Lleva muchos años al máximo nivel. Me alegro porque el Valencia siempre ha sido mi segundo equipo. Mi madre era valenciana y ahora, con Dani allí, le tengo un especial cariño a ese club.

¿Sigue teniendo contacto con Parejo?

Sí. Es un chico encantador. Tengo camisetas suyas. He ido varias veces a verle a Valencia y siempre que hemos necesitado de su ayuda ha estado ahí. De hecho, le pedimos recientemente un vídeo para los chavales y mostró mucha predisposición. Supongo que Dani también estará agradecido porque en su día apostamos por él siendo un club modesto.