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FRANCIA

Sylvinho: "Pronto habrá más técnicos brasileños en Europa"

El exentrenador del Lyon (São Paulo, 46 años), habla con AS de un cambio de mentalidad de los futbolistas de su país. Asegura que comienzan a prepararse para la carrera de entrenador.

Sylvinho, exentrenador del Lyon y exlateral izquierdo del Barcelona.
Getty Images

Cuando aceptó la oferta para entrenar al Lyon, el verano pasado, Sylvinho acabó con una sequía de nueve años sin técnicos brasileños en las grandes ligas europeas. Desde que Leonardo dejó el banquillo del Inter de Milán, en 2011, ningún canarinho había tenido la oportunidad que tuvo Sylvinho. En su primera entrevista tras su corto pasaje por el club francés, el exlateral del Barcelona, Arsenal, Celta y Manchester City habló con AS sobre un cambio el mentalidad de una nueva generación de futbolistas brasileños en Europa que, como los argentinos, están empezando a prepararse para dar el paso que él dio tras una exitosa carrera.

¿Cómo fue su transición hacia el banquillo?

En el City, Roberto Mancini me vio como un futbolista de confianza y conversábamos mucho sobre el equipo. Fue algo natural, llevaba una década en Europa. Cuando me retiré me fui a Brasil y trabajé en el Cruzeiro y en el Corinthians con Tite, antes de que el propio Mancini me trajera al Inter para ser su asistente. En Italia saqué los diplomas de entrenador UEFA B y A, hasta que Tite y Edu me llamaran para trabajar como su asistente en la selección. Cuando saqué el UEFA Pro, año pasado, surgió la oportunidad en el Lyon y la acepté.

Había mucha expectación sobre su ida al Lyon después de nueve años sin un entrenador brasileño en las grandes ligas de Europa. Pero las cosas no le salieron bien...

Claro que me hubiera gustado haber estado más que once partidos. Haber tenido más tiempo para hacer mi trabajo. Pero fue una decisión del club y la respeto. El fútbol es de resultados. Me quedo con lo bueno, con la relación que he criado con los jugadores y con la oportunidad de haber entrenado un club tan grande como el Lyon.

¿Qué saca de su primera experiencia como entrenador?

La vida y la carrera de un entrenador es mucho más estresante y demandante que la de un futbolista. Pasa todo muy rápido, apenas tienes tiempo para razonar. Yo no quise quemar etapas, por eso me preparé paso a paso para dar el salto al banquillo. Yo creía que la oportunidad en el Lyon era la ideal. Claro que la experiencia no fue lo que esperaba, los resultados no correspondieron a las expectativas. Las mías y las del club. No fue como nadie le gustaría que hubiera sido. Tuvimos varios partidos que perdimos encajando goles en los últimos minutos, incluso ante el PSG, con un tanto de Neymar. Pero sigo bastante tranquilo y seguro en mi capacidad y voy a esperar por una nueva oportunidad.

Supongo que como entrenador, ¿verdad?

Sí, claro. No hay vuelta atrás. Hay una cosa que aprendí mucho con Tite durante nuestro período en la selección. Después de una experiencia como esta, uno tiene que tomar su tiempo para hacer la digestión. Para hacer una autocrítica, madurar y absorber las informaciones y aprendizaje. Dar tiempo al tiempo. Después de ocho años de trabajo y preparación, de cuatro largos años de escuela de entrenador y de sacrificios, yo me puedo permitir el tiempo y darme una segunda o tercera oportunidad.

¿Su plan ahora es seguir entrenando en Europa?

Yo soy brasileño, si tengo una oferta en Brasil la estudiaré. No puedo despreciar mis orígenes. Pero yo desarrollé prácticamente toda mi carrera en Europa. Tengo pasaporte español. Viví ocho años en España, llevaba más de cuatro años viviendo en Milán antes de venir a Lyon, donde mi familia sigue viviendo. Conozco bien la liga italiana, la Premier. Hablo cuatro idiomas y me veo preparado para el desafío. Soy paciente e iré al club que me de las mejores condiciones para desarrollar mi trabajo.

¿Por qué cree que tardó tanto para que volviéramos a ver un brasileño entrenando en una gran liga de Europa?

Yo creo que hay dos factores. El primero es el idioma. Los técnicos brasileños, que nunca vivieron en el extranjero, no hablan más que el portugués. Tenemos entrenadores buenísimos en Brasil, pero en un fútbol globalizado hablar otros idiomas es fundamental. Y el segundo es el interés de los futbolistas que actúan en Europa de seguir la carrera. No tenemos la misma mentalidad de los argentinos y eso es un error.

¿A qué mentalidad se refiere?

Cuando yo estaba en el Celta, me acuerdo de ver a Berizzo, Pablo Caballero y Gustavo López, con veinte y pico años, haciendo cursos. Formándose. Pensando en el futuro. Ellos iban de Vigo a Coruña para estudiar. Zabaletta es otro que sigue jugando pero ya está totalmente formado para ser entrenador. Simeone o Pochettino fue igual. Son gente que se anticipa a su tiempo. Yo, entonces, sólo quería saber de jugar al fútbol. No me di cuenta hasta el final de mi carrera que hacía falta prepararse. Es una cuestión de cultura. Pero eso está cambiando.

 ¿Cambiando cómo?

 Los jugadores brasileños se están dando cuenta de que la carrera de entrenador comienza dentro del campo. Y sacando provecho de que están en grandes equipos para adelantar su formación. Conozco a al menos unos cinco futbolistas brasileños, veteranos, que están en clubes europeos y que ya empezaron su preparación para ser entrenador. Estoy convencido de que pronto, en unos cinco o seis años, vamos a tener más técnicos brasileños con este perfil en Europa. Exjugadores de grandes clubes europeos que van a liderar un cambio cultural de la mentalidad del futbolista brasileño. Pero un cambio como este no es de un día al otro, los argentinos piensan así hace muchísimos años. Mientras que el jugador brasileño muchas veces viene con la idea de un día volver a Brasil, el argentino viene con la idea de quedarse. De crear raíces en Europa después de la carrera de futbolista. Ahora eso también está comenzando a pasar con los brasileños, con el estímulo de los clubes, que ofrecen la oportunidad a sus jugadores de hacer los cursos de entrenadores. Hay un movimiento muy interesante y eso es muy positivo.

¿Cómo Sylvinho, el entrenador, entiende al fútbol?

El fútbol antes que nada es humano. Es cómo diagnosticar rápidamente situaciones, relaciones, personas. Entender qué jugador juega mejore en qué posición, como responde mejor a las instrucciones, cómo se puede potencializar las características individuales de cada uno. Qué relación de lealtad tienes con sus jugadores y compañeros. Una cuestión de confianza. Cómo puedes juntar todas tus ideas y transmitir tu mensaje de la mejor manera posible. Pero dentro de todo eso hay tres fatores que son muy importantes y que los grandes entrenadores tienen: entender y mucho de táctica, saber expresarse ante la prensa y ser un gran gestor de vestuario. Todos los grandes entrenadores tienen estas tres características. Es muy difícil llegar ahí. Tener dos de estas tres ya es muy complicado…

¿Quién fue el mejor entrenador que tuvo como jugador?

Yo fui un privilegiado porque tuve la oportunidad de jugar para Guardiola, Wenger, Mancini y después de trabajar con Tite. Los cuatro son increíbles y tienen estos tres fatores que dije antes. Son genios, son humanos, son leales, tienen la gestión de grupo en sus manos, nivel de confianza altísimo, entienden todo lo que está pasando en términos tácticos, como montar un equipo, hacer diagnóstico de problemas.

Tite dice que todavía se despierta por las noches pensando en aquella derrota de los cuartos de final del Mundial ante Bélgica. ¿Cómo uno consigue superar una decepción como aquella?

Para el entrenador es muy duro, toda la presión está sobre él. Pero para nosotros también fue un dolor inexplicable. Cómo futbolista, yo gané dos Champions pero perdí una final de Europa League, sufrí derrotas duras en cuartos o octavos de ligas europeas. Pero siempre te queda la sensación de que se puede volver la próxima temporada. Una derrota en un Mundial es algo incomparable porque son cuatro años de trabajo. Sabes que varios jugadores más veteranos que están ahí tienen total conciencia de que era la oportunidad de su vida, de que no van a volver. Yo me acuerdo de hablar con Zabaleta antes de Rusia, de preguntarle como es estar ahí. Y el me dijo: ‘Es mucho peor que una Champions. No hay partido de vuelta’. Si tienes un despiste, juegas mal 30 minutos, se acabó. Cuatro años tardan muchísimo en pasar. Pero el mes y cada partido de un Mundial pasa muy rápido. Es una presión que no existe igual.

¿Qué más has aprendido con Tite?

He aprendido muchas cosas. Es un entrenador completo. Nivel top internacional. Domina la parte táctica, sabre comunicarse, tiene una gestión de grupo tremenda. Es seguro, leal, honesto. Los récords que Tite tiene con el Corinthians lo dicen todo. Es el último sudamericano que logró ganar un Mundial de Clubes. Es un entrenador que se adapta a cualquier situación. Sabe montar sus equipos para atacar y sabe hacer lo mismo para defender. No se cierra a un estilo. Él y Mancini fueron mis grandes profesores en la escuela práctica.

¿Su camino natural en el momento que decida dejar el mando de la selección brasileña es venir a entrenar en Europa?

Está más que preparado y sus resultados lo dicen todo. Yo ya le dije eso, que le veo más que preparado para dar el paso. Sería una alegría tremenda verle entrenar en Europa porque Tite es una verdadera referencia para los jugadores de mi generación. Así como lo son Muricí Ramalho o Mano Meneses, entrenadores que fueron pioneros y tuvieron que trabajar muchísimo para alcanzar lo que alcanzaron, quizá sin las mismas herramientas y oportunidades que existen en Europa. Sería lo más justo ver a Tite entrenar un gran club europeo.

Conociendo al Barcelona como usted conoce, ¿cómo ve a la crisis que vive el club actualmente?

Existe una línea muy tenue entre la crisis y el éxito en un club como el Barcelona. El potencial de este club, de su plantilla, de la grandeza que tiene hace con que se pueda ir de la crisis a un logro histórico prácticamente en un cerrar y abrir de ojos. Yo viví eso en el Barcelona. Mi cuatro año en el Barça, vivimos una crisis de resultados. Y el año siguiente, en el primer año de Guardiola, en 2008-09, ganamos el triplete. El Barcelona tiene potencial para eso.