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CUANDO EL FÚTBOL VUELVA A JUGARSE

El sacrificio de las gradas vacías

La probable coyuntura de jugar en estadios sin espectores hasta 2021 sugerirá un cambio profundo y condicionará el juego. Los escritores opinan sobre ello.

Atalanta's Slovenian midfielder Josip Ilicic (L) challenges Valencia's Central African Republic-French midfielder Geoffrey Kondogbia   during the UEFA Champions League round of 16 second leg match between Valencia CF and Atalanta at Estadio Mest
AFP

"¿Ha entrado usted, alguna vez, a un estadio vacío?, se preguntaba Eduardo Galeano. "Haga la prueba. Párese en medio de la cancha y escuche. No hay nada menos vacío que un estadio vacío".

El coronavirus abocará a un tiempo de partidos a puerta cerrada. Sin otro remedio cercano, los organismos (UEFA, RFEF, Liga...) prefieren reanudar sin espectadores en las gradas a no jugar. "Así como muchas actividades se reiniciarán de un modo que no será el ideal, entiendo que la forma de regreso del fútbol sea sin público. Sin duda, será raro y melancólico", sostiene Sacheri. "Sería temporal. De los sacrificios que hacemos, este es uno de los más pequeños", respalda Foer.

García Montero desconfía de esta decisión: "El fútbol trajo identidad a la gente cuando las sociedades industriales generaron sentimientos de anonimato y desamparo. El público como jugador número 12 no debe faltar". Landero aboga por una visión menos idealista: "Hace ya tiempo que el negocio forma parte de la "esencia" del fútbol. ¿Por qué habríamos de escandalizarnos ahora por celebrar partidos a puerta cerrada? Que se celebren. La esencia está en el césped y en el corazón de cada cual".

"Sin el empuje del público todo será más previsible"

Jorge Valdano

El paréntesis de un fútbol sin aficionados puede condicionar el juego. "Siempre hubo jugadores de entrenamiento que en los partidos se achican. Y otros a los que el público agrandan. En un fútbol controlado cada vez más por los entrenadores, a veces, es el público el que saca al jugador de esa mecanización hasta el punto que el entrenador, al menos un rato, deja de ser tan relevante. Sin su empuje todo será más previsible", observa Valdano.

"El debate filosófico puede ser interesante y manifestar si es el fútbol lo que nos gusta en sí mismo o es el espectáculo que se asocia a él. Será un cambio brutal", apuntala Vilas. Obligado por las circunstancias, el fútbol se alejará de su naturaleza antes del asalto definitivo hacia la normalidad.