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Bravo: "Un rival quería terminar la tanda y llevarse la gloria"

El guardameta chileno dejó caer que una de sus mejores actuaciones estuvo marcada por el empeño de Cristiano Ronaldo de querer ser el protagonista del partido.

Claudio Bravo y Cristiano Ronaldo, capitanes de Chile y Portugal en la Copa Confederaciones de 2017.
Darren StaplesReuters

Claudio Bravo tiene 37 años y en la actualidad es suplente de Ederson Moraes en el Manchester City, pero hasta hace no mucho era uno de los mejores guardametas del mundo, dejando huella en Colo-Colo, Real Sociedad y Barcelona antes de marcharse a Inglaterra.

Quizá la mejor actuación que se le recuerde ocurrió hace casi tres años, a finales de junio de 2017. Se jugaba la semifinal de la Copa Confederaciones y su selección, Chile, se las tenías que ver con Portugal, en la que su mayor amenaza era Cristiano Ronaldo. Pero el encuentro acabó con empate a cero y se decidió en la tanda de penaltis.

El propio Bravo dijo hace unos días que en el futuro contará más detalles sobre aquella historia en la que presumiblemente Cristiano Ronaldo (ahora en la Juventus) se empeñó en ser el último lanzador para "llevarse la gloria" y clasificar a su país para la final: "Ya les contaré completa la historia del sorteo antes del los penaltis y por qué arrancamos la definición nosotros. Había un jugador rival que quería terminar la tanda y llevarse la gloria. Bello recuerdo".

Bravo había permanecido imbatido los noventa minutos, pero todavía le quedaba un último esfuerzo. Tanto él como Cristiano, capitanes de sus respectivas selecciones (y rivales en Real Madrid y Barcelona hasta hace poco por aquel entonces) sortearon quién comenzaría. Arturo Vidal abrió la tanda con un gol y el guardameta chileno se lanzó a su derecha para atajar el tiro de Ricardo Quaresma y tomar ventaja en la quizá mal denominada 'lotería' de los penaltis. Aránguiz puso el 2-0 y cuando Joao Moutinho disparó, Bravo volvió a volar hacia la derecha deteniendo el segundo lanzamiento de los lusos. Alexis Sánchez marcó el tercero de Chile y si Bravo hacía el milagro, Chile se metería en la final. En esta ocasión, en lanzador sería Nani, que intentó cambiar de ruta al ver la suerte de sus compañeros, pero Bravo se percató y se lanzó hacia su izquierda para despejar el disparo. Todo acababa para Portugal con un 3-0 y sin poder emplear ni a su cuarto ni a su quinto lanzador, que debía ser Cristiano Ronaldo. Quizá, de haber cambiado el orden, el destino hubiera sido diferente.

Aquella fue seguramente la mejor actuación de Bravo. Lamentablemente, en la final ante Alemania, no pudo hacer nada tras el gravísimo error de Marcelo Díaz que le dejó vendido ante Timo Werner y Lars Stindl.