Una final desde los balcones
Aficionados de Athletic y Real Sociedad se citan hoy en sus casas para celebrar el partido de Copa suspendido. Iban a viajar 50.000 seguidores, casi diez mil sin entrada.
La Cartuja guardará silencio este sábado por la noche. El estadio sevillano iba a ser una caldera a pleno pulmón por la primera final de Copa entre los dos grandes emblemas del fútbol vasco, Athletic y Real Sociedad. Todo estaba dispuesto... hasta que se cruzó por medio el coronavirus. El estadio, mudo en sus gradas desde hace un año y medio, iba a hacer de ruidoso puente entre la Semana Santa y la Feria, para convertir a la ciudad hispalense en la capital española del fútbol, con el preámbulo del derbi de derbis Sevilla-Betis, previsto para mediados del mes pasado y también tachado por la pandemia.
Todo se ha venido abajo. La ilusión de miles de vascos a ambos lados de la AP-8, en Bizkaia y Gipuzkoa, se ha sofocado. Se han quedado con las ganas de teñir los alrededores de la Giralda 50.000 seguidores: 21.000 por bando con entrada y casi diez mil sin ella, que iban a viajar simplemente por pulsar el ambientazo. Algún seguidor ya había copiado el cántico de la película 'Ocho apellidos vascos': “¡Euskadi tiene un color especiaaaal!”.
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Este abril, por tanto, iba a ser un mes de jarana, de hoteles y apartamentos turísticos llenos, de aeropuerto y estación del AVE a pleno rendimiento, pero la realidad es que ahora la ciudad vive al ralentí. En cuanto el Athletic, en otra tarde agónica, eliminó al Granada en semifinales y la Real, de forma más cómoda, abatió al Mirandés, a comienzos del mes pasado, se desató la locura por cerrar viajes y estancias. A cada hora los precios se disparaban un poco más y algunos habían cerrado la peregrinación a Sevilla por más de mil euros. No quedaban caravanas para alquilar y muchos no han podido recuperar todo lo invertido con la suspensión. “Bajaremos en trainera por las vías del AVE”, se reía alguno.
La final no tiene una fecha alternativa (se fue desplazando a junio, julio, primeros de agosto y ahora se habla de otoño, ya con la siguiente temporada empezada). En caso de suspensión o que se demore el aplazamiento, la RFEF ha marcado unas pautas, que la LaLiga no consiente, con la Real en la próxima Champions y el Athletic, en la Europa League. Y mientras, el gentío se recluye en casa, soñando con un partido que iba a ser histórico.
A cambio, en ambas provincias han promovido el ‘derbi de los balcones’, gracias a la iniciativa de un grupo de seguidores rojiblancos que tendrá respuesta en los txuri-urdin. “Que se escuche hasta en Sevilla”, proclaman. Se va a engalanar el exterior de los edificios y San Mamés recordará a través de su fachada un día tan señalado. Además, se pide poner el himno de ambos equipos a todo volumen para que se cuele por todas las ventanas de los domicilios de Bilbao y Donostia. La jornada arrancará a las 12:30 horas, con un aperitivo en los balcones y canciones de Kepa Junkera o algunas de las que atronan en las fiestas populares. Por la tarde, “después del aplauso sanitario”, se propone cantar en cada ciudad el himno de sus respectivos equipos.
Directivos y jugadores de los dos clubes finalistas han pedido estos días agotar todas las posibilidades para disputar la final con público, aunque cada vez parece más complicado. Elizegi prefiere perder con gente a ganar sin nadie, “porque significará que hemos derrotado al virus”. Y si es a puerta cerrada, Aperribay se pronunció a favor de jugar en Bilbao o San Sebastián.
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