El Espai Barça de nunca acabar
Hace seis años del referéndum que aprobó un proyecto que, sin ver la luz, ya ha cambiado su idea de financiación y que deberá ser aprobado en un segundo referémdum.
El 5 de abril de 2014, este domingo hizo seis años, el 72,36% de socios del Fútbol Club Barcelona votó que sí al proyecto del Espai Barça pensado por Sandro Rosell y activado finalmente por Josep Maria Bartomeu. De los 118.578 socios convocados ese 5 de abril, sólo votaron 37.535. Hasta 27.161 votaron a favor de un proyecto que tuvo 9.589 votos en contra y 751 votos en blanco. La participación fue de un escaso 31,65 por ciento. Pero el 'soci' había votado sí al Espai Barça.
Seis años después de aquella votación, y como si de una maldición se tratase, el Espai Barça, más allá de la inauguración del Estadi Johan Cruyff, sigue sin ponerse en marcha. Pero no sólo se ha retrasado su hoja de ruta. También sus condiciones de financiación. Tanto que la directiva ya ha admitido que el proyecto tendrá que someterse a un segundo referéndum.
Inicialmente, el presupuesto del Espai Barça ascendía a 600 millones. Unos 420 estaban presupuestados para ponerle una nueva piel al Camp Nou (el proyecto ganador fue el del estudio japonés Nikken Sekkei, cuya excelencia ponen en duda algunos expertos); 90 millones más se dedicarían al Nou Palau y el resto, a las obras de acondicionamiento de un nuevo espacio alrededor de las instalaciones que tocaría a las calles adyacentes al Camp Nou. Los 600 millones iban a salir de una partición sencilla en tres partes. El Barça pediría 200 millones de euros a un banco, otros 200 millones saldrían del naming rights y, finalmente, los últimos 200 vendrían de los beneficios de explotación por servicios de restauración, tiendas, ticketing...
El tiempo pasó, los acuerdos con el Ayuntamiento se dilataron y el precio del proyecto creció. Además, y después de flirtear con algunas multinaciones extranjeras y nacionales (Grifols) por el manido title right, un estudio de Goldman Sachs ayudó, supuestamente, a virar la estrategia del Barça. Según ese estudio de Goldman Sachs, el nuevo espacio de recreo, con el Nou Camp Nou como joya de la corona, podía producir hasta 150 millones de euros en ingresos de explotación. Se trababa pues, de recurrir a un crédito que habría que ir devolviendo año a año con esos ingresos de explotación pero que, a la larga, podría generar más beneficios en el club y, sobre todo, no lo haría esclavo del contrato que firmase con la empresa que le pondría apellido al Camp Nou. Además, el Barça encontró desde el principio el problema de que ninguna empresa, por grande que fuera, quería adelantarle los 200 millones. Las multinacionales sólo aceptaban pagos fraccionados.
Así pues, la idea de la nueva financiación del Espai Barça empezó a coger fuerza mientras las obras no empezaban nunca (la última fecha era la de este verano de 2020) y Bartomeu y su Junta directiva se plantearon la convocatoria de una Asamblea extraordinaria de compromisarios para ponerla en marcha. Pero no fue así. Finalmente, y tal vez por miedo de perder esa votación como había sucedido con el nuevo escudo en la Asamblea de 2019, Bartomeu repensó la situación y activó la idea de un segundo referéndum. Así pondría en jaque a los precandidatos de las elecciones de 2021, que deberían aprobar su proyecto. Y, en caso de perder, diría que fue la decisión democrática del socio.
La crisis del coronavirus, el último escollo con el que se ha encontrado el Espai Barça, ha frenado la convocatoria de ese segundo referéndum que ahora está pensando para final de año, pero que ya se ha encontrado con alguna voz discordante. Víctor Font dejó caer que, dada la cercanía de las elecciones (junio de 2021), podía sonar lógico que los candidatos a las mismas vuelvan a exponer sus ideas de financiación para dar luz verde al Espai Barça. Básicamente, que la idea de Espai Barça entre dentro de campaña electoral y que, una vez elegido presidente, se haga en base a cómo lo proyectó. Bartomeu no se ha pronunciado aún públicamente sobre esa enmienda de Font. Pero sí ha anunciado la convocatoria de un segundo referéndum.
Lo inamovible es que, seis años después del referéndum que dio luz verde al proyecto, el Espai Barça es el Espai Barça de nunca acabar.