Heynckes recuerda a Sanz: su ayuda cuando enfermó su mujer, el papel de su hijo Fernando...
"La noticia de su muerte me ha impactado, era un hombre con una personalidad impresionante", declaró el técnico de la Séptima a la revista 'Kicker'.
Jupp Heynckes, entrenador del Real Madrid en el año de la Séptima (1997-98) fichado por Lorenzo Sanz para sustituir a Fabio Capello tras su espantada al Milán, quiso despedir en Kicker al expresidente blanco, fallecido este sábado por coronavirus. El alemán tuvo una gran relación con Lorenzo Sanz, a quien calificó de “buen hombre”. "El sábado por la tarde un amigo español me informó de que Lorenzo Sanz murió. El coronavirus también le costó la vida. Ya me habían informado el miércoles de que estaba enfermo. Tuvo fiebre, pero inicialmente no quiso ir al hospital porque dijo que la atención era más urgente para otros pacientes. Esta noble actitud distinguió a este buen hombre. Era un hombre con una personalidad impresionante”, declaró Heynckes a la revista germana.
Heynckes sólo estuvo una temporada en el Real Madrid, pero fue muy intensa. El técnico se encontró con un vestuario complicado que acabó erosionándole. El año acabó con alegría, con los blancos conquistando la Copa de Europa 32 años después, pero en los momentos duros ahí estaba Sanz. La cercanía que mostró el presidente con su entrenador hizo que su relación fuera muy estrecha. Heynckes contó en Kicker la siguiente anécdota: “Después de la final en Amsterdam y el regreso a Madrid, mi esposa se enfermó de repente. Justo una hora después de su ingreso a la clínica, el presidente Sanz estaba sentado junto a su cama, con su esposa. La señora Sanz incluso le ofreció a mi esposa pasar toda la noche en la habitación del hospital. ¡Qué gesto humano! ¡Qué noble familia!”.
En aquel equipo de la Séptima estaba Fernando Sanz, hijo del presidente. Un vínculo que podría haber causado mal ambiente en el vestuario, pero no fue así. Heynckes elogió la figura de Fernando: “Fernando, el hijo del presidente, era parte de nuestro equipo en ese momento. El niño se comportó de manera ejemplar, como cualquier otro profesional, sin reclamar ningún derecho especial. Nunca quiso aprovechar su estatus, a pesar de que tenía dos excelentes defensores centrales, Fernando Hierro y Manolo Sanchis, frente a él. Cuando uno de los dos habituales falló, Fernando los reemplazó fácilmente”.
Por último, quiso mandar sus mejores deseos a la familia Sanz en estos complicados momentos: “Tengo buenos recuerdos de este tiempo con esa familka. Es por eso que la noticia de su muerte me impactó tanto. Mi ánimo es para la señora Sanz, sus hijos, toda la familia. Lloro con ellos. Dado que esta pandemia es particularmente aterradora en España y Portugal, donde he trabajado como entrenador durante muchos años, siento una gran consternación personal. Es increíblemente deprimente que las familias no puedan acompañar a sus seres queridos en sus últimas horas y no puedan despedirse de ellos. Estamos con ellos. Es una tragedia mundial. Y por lo tanto, nuevamente en este punto, mi solicitud: ¡acatad las reglas! ¡Quédate en casa!”.