Cuéllar: "Me llevo bien con mis compañeros, pero amigos, pocos"
El portero del Leganés inicia una serie de 'vídeo-diálogos' lanzados. Sobre las mejoras del club cree que "hay que cuidar las formas. Mejorar la familia que somos"
El Leganés sigue volcado en el anhelo de hacer del confinamiento por el coronavirus Covid-19 un sacrificio necesario más llevadero. Primero fueron los entrenamientos telemáticos. Luego, los juegos para niños. Ahora, las entrevistas con sus jugadores. El club, por ahora, no concede charlas con ningún miembro de su equipo a los medios, pero a cambio ha decidido lanzar una iniciativa de vídeo-diálogos con algunos de sus jugadores desde sus casas. El primero en estrenarse, Iván, el Pichu, Cuéllar. Uno de los cuatro capitanes blanquiazules. Algo más que un peso pesado en el vestuario blanquiazul.
Sus compañeros lo admiran y quieren. Es una referencia en un cambiador que nota cuando no juega, ya no por su ausencia futbolística, sino por su liderazgo aun incluso en una posición, la de arquero, compleja por aquello de tener siempre alejados a los que juegan con él. Un asunto, el de la afinidad con los que le rodean, en el que Cuéllar hace claras distinciones. Una cosa son los compañeros. Otra, los amigos. Y ahí, insiste, hay pocos que reciben ese calificativo de los que han competido con él.
"Hay muchas personas con las que coincides en muchas cosas. Gente con la que te llevas fenomenal y mantienes el contacto, pero catalogar como amigo a alguien es complicado. Son compañeros de trabajo. Muy afines, seguramente. Te llevas fenomenal, sí… pero amigos, amigos… es cierto que me puedo quedar con pocos. No voy a nombrar a nadie. Pero ellos saben quienes son", desvela en esta charla desde el sofá de su hogar un Pichu analítico. También crítico.
Por ejemplo, con aquellos puntos que cree que el club debe mejorar. Dice Cuéllar que el Leganés debe implementar la forma de comunicar las cosas de puertas para adentro. La manera de mimar a la "familia" que es la entidad pepinera. "Sí que es verdad que hay que cuidar las formas. En ese sentido, yo soy una persona muy exigente conmigo y con los que me rodean. Hay que mejorar como pepineros, como familia que somos. Debemos protegerla. Hay que saber medir aquello que tenemos. Valorarlo. Hay que dejarse aconsejar por aquellos que quieren lo mejor para ti. Porque quieren que crezcas. Que seas mejor", comentó en un mensaje en el que no explicitó más.
Claro que Cuéllar también tuvo tiempo de señalar aquello que ve de positivo en un club que califica como "puntero". "Hay muchas cosas del Leganés que son positivas, pero también muchas que corregir por la inexperiencia. El tema es hasta qué punto estás dispuesto a escuchar para crecer. Creo que es un club que está en un proceso de crecimiento abismal. Eso es bueno. Está bien situado, además, en la capital de España. Aún no ha visto su tope. Sigue creciendo", no dudó en valorar.
El Cuéllar más personal
Más allá de la relativa actualidad, Cuéllar no escatimó verbo para dar detalles de su lado más íntimo. Por ejemplo, para señalar a su familia como su motivo de felicidad. También para desvelar que su sueño cumplido "es ser lo que soy. Cada día que me levanto, puedo dar gracias de poder ser lo que he logrado, llevar tanto tiempo en lo más alto", añade.
Admira a su padre. "Gracias a su ímpetu yo estuve en el momento oportuno y lugar oportuno [para ser futbolista]", relata. Y señala, sin nombrarlo, a José Jesús Mesas, expepinero y su representante, como otra persona clave en su vida. "Siempre lo he admirado por cómo ha sabido llevar, dirigir y gestionar mi carrera y mi persona", cuenta del excentral blanquiazul.
Luego cuenta que su primer coche fue un "Renault Megane azul de cinco puertas y culo corto de segunda mano. Además, me saqué el carnet en Alcorcón ¡Nunca lo olvidaré!". Además, desvela que es un loco de la gastronomía, lo que le ha hecho recorrer muchos pueblos de España en busca de sus platos favoritos. Casi todos, por cierto, los que tienen que ver con el arroz. Gijón es su ciudad favorita en España y Superman, su personaje de ficción más admirado por aquello que vuela, como los porteros, "aunque no me gusta nada la ficción. Me gusta la realidad".