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VALENCIA

La crisis complica aún más la renovación de Ferran Torres

El extremo es uno de los jóvenes más cotizados de Europa y acaba su contrato en 2021. Los grandes le tienen en su agenda y el Valencia le debe convencer con su oferta.

Ferran Torres.
David Aliaga/MB Media

En las altas esferas del Valencia siguen dándole vueltas a los asuntos pendientes que le quedaron justo antes de estallar la crisis sanitaria actual. Y uno de ellos, quizás el más importante, es el de la renovación de Ferran Torres. Hace ya muchos meses que el tiempo corre en contra del Valencia. El jugador acaba contrato en junio de 2021, dentro de un año y tres meses, con lo que la entidad ya va a remolque en la negociación hace tiempo. Ahora, con el parón que va a sufrir todo debido a la crisis sanitaria, el tiempo se va a echar todavía más encima.

El temor de que uno de los futbolistas de Europa más cotizados y con más futuro se vaya del Valencia gratis aumenta con el paso del tiempo. De hecho, cuando acabe 2020, Ferran podría aceptar una de las megaofertas que le lloverán en los próximos meses, sin que el Valencia vea un euro.

Para evitar esa situación, el club blanquinegro debe arreglar su relación contractual con Ferran antes de que empiece la próxima pretemporada. La solución que quieren todas las partes es la renovación del canterano. Pero para ello, el Valencia, además de garantizarle un contrato económico acorde con el presente y futuro del extremo (a la altura de los futbolistas de la plantilla que más ganan), debe convencerle con un proyecto deportivo y la estabilidad social imprescindibles para que elija quedarse en el club de su vida.

La situación contractual de Ferran hace que ya le estén llegando propuestas de los grandes de Europa. Este es el segundo escenario que podría verse obligado a valorar el Valencia en los próximos meses, en caso de no llegar a un acuerdo para su renovación. De hecho, si la negociación se enquista, Peter Lim podría empezar a valorar las ofertas que le llegarán. El club podría verse en la tesitura de tener que traspasarlo e ingresar una buena cantidad de millones o arriesgarse a quedarse sin el jugador y sin dinero, unos meses después. De esta opción, ahora mismo nadie quiere hablar en el club ni en el entorno del futbolista.