Assalé y Amadou, de anécdota a trascendentes para el Leganés
Ambos fueron vitales en el triunfo pepinero ante el Villarreal. El primero apenas tocó 11 balones, pero provocó el penalti del 1-2. El segundo debutó, fue titular y cuajó un buen partido.
De anécdota a trascendentales. Roger Assalé e Ibrahim Amadou, jugadores del Leganés, tuvieron un rol básico en la vital victoria de los pepineros frente al Villarreal del pasado domingo. Lo hicieron después de habitar en las sombras de la trivialidad desde hace varias jornadas. Ambos fichajes invernales, ninguno había gozado de peso en los planes de un Aguirre que, sin embargo, en La Cerámica, les dotó de galones. Ambos respondieron. Y lo hicieron en el mejor momento posible.
Amadou, por ejemplo, se estrenó con la zamarra pepinera. Lo hizo de titular. Acelerón de confianza ante el que respondió con un partido sobrio en el que demostró las que, insisten en Butarque, son sus virtudes: potencia física, buena colocación y capacidad defensiva sin despreciar el manejo necesario de balón que exige su puesto de pivote. Sus números reflejaron este relato.
Tocó 40 veces el balón y dio 33 pases que lo convirtieron en el segundo pepinero con más distribución después de Roque Mesa. De esos 33 pases, un 85% fueron acertados. La cuarta mejor marca de sus compañeros y la tercera de los que ejercieron de titular. Despejó dos balones, interceptó un pase y provocó una falta. También le hicieron otra. Suficiente para destacar en el doble pivote. Y todo sin visos de cansancio. Pese a no jugar desde 11 de enero (Manchester United – Norwich), este camerunés de pasaporte francés no bajó el ritmo en los 90 minutos que disputó.
Assalé: once toques de pura velocidad
Assalé no jugó tanto. Apenas 26 estuvo sobre el césped La Cerámica. Pese a ello, pese a que sólo tocó once veces el balón y apenas dio cuatro pases, su presencia fue básica en la victoria. Todo rápido. Muy rápido. Salió en el 64’. El primer cambio del partido. En el primer balón que tocó ya provocó un desmarque de ruptura que dejó asustada a la defensa amarilla. A la siguiente provocó el penalti del 1-2. Pau se comió su recorte y lo arrastró en la entrada. Previa revisión del VAR, Soto Grande señaló los once metros y Óscar se encargó de marcar el tanto.
No tiró ni una sola vez a puerta, pero su velocidad fue recurso ofensivo eficaz. También una baza ofensiva. Porque, ante el asedio final del Villarreal, los balones en largo de sus compañeros y su capacidad para aprovecharlos casi hasta el área de Asenjo provocó que los locales tuvieran que replegar más de lo deseado. Aguirre ya dejó claro en la previa que, por ahora, lo intuye más como un extremo o segunda punta que como delantero. Ahí lo explotó el domingo. Una tarde en el que Assalé y Amadou dejaron de ser anécdota y pasaron a ser trascendentes para el Leganés.