Zidane pierde la flor
El Madrid de su segunda etapa ha perdido 10 de 50 partidos. El de la primera etapa necesitó 105 encuentros para perder esos mismos 10.
Segundas partes nunca fueron buenas. Zidane lo está pudiendo comprobar. Acudió al rescate del Madrid la pasada temporada, cuando el equipo se había quedado sin posibilidad de ganar ninguno de los tres principales títulos, Liga, Copa y Champions, en el mes de marzo. Al menos, muy mal se le tiene que dar a él para no pelear hasta el final esta Liga que está saliendo tan barata: 58 puntos lleva el Barça, líder, transcurridas 27 jornadas. El registro más bajo desde los 53 que también llevaba el Barça en la 2006-07 (Liga que, por cierto, ganó el Madrid). Pero hay un dato inquietante. A Solari le echaron tras ser eliminado de Copa (Barça) y de Champions y tras sumar un 73% de los puntos posibles en Liga (12 victorias, 1 empate y 4 derrotas). Zidane ya está fuera de la Copa (R. Sociedad), tiene más de un pie fuera de la Champions (la estadística le da un 7% de opciones de pasar) y ha sumado un 69% de los puntos en esta Liga.
Parece que Zidane ha perdido la flor con su regreso. Las rotaciones y la famosa Unidad B que le dieron el doblete en la temporada 2016-17 le están costando esta campaña más de un disgusto. El Madrid de la segunda etapa de Zidane ha perdido 10 de sus 50 partidos. “El Madrid de la primera etapa de Zidane tuvo que jugar 105 partidos para sufrir 10 derrotas”, alerta Míster Chip nada más acabar el encuentro ante el Betis. El Madrid ha sufrido 4 derrotas en sus 7 últimos partidos. "El Madrid sólo sufrió 2 derrotas en los 32 primeros partidos de esta temporada (20 victorias y 10 empates)". La realidad es que la derrota en el Villamarín en el que el Madrid dejó escapar el liderato echó por tierra el trabajo hecho en el Clásico. Todo está como antes de jugar ante el Barça, pero con dos partidos menos (al menos, eso sí, con el goalaverage a favor).
La gestión de Zidane ha tenido algunos altibajos esta temporada, en la que combina aciertos con decisiones que se comprenden con dificultad, incluso, en los despachos del Bernabéu. Las que siguen son las principales:
-El sistema:
Camaleónico, sí, lo que puede ser una virtud. Ya ha dispuesto en 4-3-3, el 4-4-2 y el 4-1-4-1 (fue muy elogiado por este último, el de los cinco centrocampistas, con el que el Madrid realizó el mejor juego de la temporada). Sin embargo hay otra lectura, que no hay una dinámica adquirida de juego con tanto cambio. Ayer, por ejemplo, se olvidó de otro sistema que ensayó en los últimos dos partidos de la pretemporada, ante Roma y Salzburgo, el de los tres centrales. Eso habría evitado a Militao el trago de quedar en evidencia en el Benito Villamarín.
-Bale:
La gestión con el galés también está siendo, cuanto menos, extraña. En el verano le empujó a irse. Incluso con alguna declaración dura ("Si se va hoy mejor que mañana"). Luego, el técnico explicó al galés que pensaba que se iba seguro a China y pretendía decir que, ya que se iba, cuando antes, mejor. Pero con el paso del tiempo, Zidane ha apostado por el galés en partidos importantes (PSG, Atlético, Sevilla, primer Clásico…) y le ha dejado en el banquillo en otros (último Clásico y City). Ante el Betis ni se planteó en meterlo sobre el campo. Habría sido un buen cambio. Es extraño que lo llevase para nada.
-Mariano y Jovic:
Con el tema de nueve el bandazo de Zidane ya ha sido extremo. Para empezar, no ha terminado por apostar por Jovic en ningún momento de la temporada. El serbio sólo ha jugado ocho partidos como titular. Ha podido marcar dos goles, y ambos en el descuento. Por otro lado, ha tenido a Mariano condenado al ostracismo durante toda la temporada. Y, de repente, muy presionado por el debate de la falta de gol (lleva 77 en 39 partidos, a 1,9 por encuentro cuando en la campaña del doblete marcó su equipo 2,8 por partido), ha tirado del hispano-dominicano. Extraño.
-Rodrygo:
Otro caso misterioso. Jugó como titular el partido más importante de Copa de Europa antes del que se disputó ante el City. Fue ante el Galatasaray en Estambul. Pues de ahí a desaparecer de repente de un plumazo de las convocatorias, no ya del equipo. Hasta cuatro sin entrar en la lista acumuló el joven brasileño, que luego terminó perdiendo los papeles con el Castilla y respondiendo a una provocación. En el Villamarín volvió a tenerlo en el banquillo pero no echó mano de él.
-Autocrítica:
Después de la derrota ante el Betis, Zidane se vio obligado a hacer autocrítica, y eso le honra: "Ha sido un mal partido. No tengo explicación. Al final la culpa la tengo yo. La motivación, las cosas que tienen que hacer sobre el campo. Faltando 12 partidos tengo que hacer un buen análisis para ver qué ha pasado. Pero vamos a luchar la Liga hasta el final". Eso, que casi tiene asegurado luchar por el campeonato domestico hasta el final, es lo que hace diferente su temporada a la del año pasado de Solari.