Bruno Fernandes, de la Serie B a "Factor X" del Manchester United
Desde su llegada, los de Solskjaer no conocen la derrota y ya acumula tres goles y dos asistencias. Se hizo adulto en el Novara, antes de explotar en el Sporting.
"Hemos sumado el 'Factor X". Estas palabras no pertenecen a Simon Cowell, creador del famoso reality, sino a Ole Gunnar Solskjaer. El entrenador noruego se deshacía en elogios hacia su nueva estrella en la víspera de la visita del Brujas en la Europa League. "La llegada de Bruno nos da otro sabor. Es un jugador que le gusta dar pases penetrantes, pases hacia adelante. Le gusta tomar riesgos, que es lo que debe hacer un jugador del Manchester United", añadió. El portugués le daría la razón horas después, liderando el 5-0 que le endosaron los diablos rojos a los belgas, abriendo el marcador desde el punto de penalti. El tanto era el segundo de los tres que acumula de manera consecutiva el excapitán del Sporting de Portugal en sus últimos tres encuentros. Su puntería, acompañada de la verticalidad a la que hacía mención su nuevo técnico, y dos asistencias a sus compañeros, le han valido ser nombrado 'Manchester United Player of the Month' (mejor jugador del mes del United) en febrero. Llegar y besar el santo.
Su fichaje fue uno de los culebrones de las dos últimas ventanas. En verano, su nombre fue ligado, además de a su actual equipo, al Atleti y al Madrid. En enero, el Barcelona apareció como posibilidad de última hora, antes de que Ed Woodward desembolsase los 55 millones de euros, además de aceptar otros 25 en variables, en las arcas del Sporting. En Portugal ha dejado, además del brazalete, 63 goles y 52 asistencias en 137 partidos y la sensación de ser un jugador destinado a destacar en grandes plazas. Pero Bruno no es el prototípico jugador de la cantera de 'Los leones' que llega al primer equipo y eclosiona.
De Oporto a Italia
Maia, ciudad norteña perteneciente al Distrito de Oporto, vio crecer a un Bruno Fernandes que se crió en el rival del gigante del distrito, el Boavista. En 'Las panteras' creció hasta que, en 2012, poco antes de cumplir la mayoría de edad, el Novara italiano le reclutaría para su plantel juvenil. Tras unas semanas, ya estaba destacando con los mayores, en la Serie B, ayudando a los Gaudenziani a jugar la promoción de ascenso. Sus actuaciones no pasaron inadvertidas para un equipo famoso por su inagotable cartera de jugadores, el Udinese.
En los Friuliani se hizo hueco entre los más habituales, a pesar de su edad, y disfrutó de una mili de tres temporadas en las que disputaría 95 partidos, marcaría 11 goles y repartiría 13 asistencias. En esa época, Bruno no miraba tanto a portería, dado que su posición más habitual era la de mediocentro, en un rol similar al que desempeñaba Andrea Pirlo en la Juventus de la época, jugador con el que, a pesar de las evidentes diferencias físicas, se le llegaría a comparar.
Sin embargo, el Udinese no disfrutó de grandes resultados y Bruno acabaría marchándose a la Sampdoria, conjunto con el que empezaría a acercarse al jugador que es actualmente. Con los genoveses ejercía de enganche entre la línea de medios y el ataque que planteaba Marco Giampaolo en su 4-3-1-2 habitual. Pronto se le quedó pequeño el Luigi Ferraris, en el que portó el mítico '10' que Roberto Mancini hizo eterno en 'La Samp' y haría de nuevo las maletas, en esta ocasión a su país natal.
Explosión definitiva
En el Estadio José Alvalade terminó su conversión. En su primera temporada ya batió su mejor marca goleadora, con 16 tantos, a los que sumaría 20 pases definitivos a sus compañeros, números que le valdrían levantar el trofeo al Jugador del Año de la Liga portuguesa. Trofeo que revalidaría un año después, gracias a sus 20 tantos y 13 asistencias, números que engordaría en el resto de competiciones hasta los 32-18 que le convertían en el centrocampista más goleador de las grandes ligas.
Sus primeros meses de la presente temporada vinieron acompañados de 15 goles y 14 regalos a sus compañeros, datos que, junto a la querencia del jugador por dar un paso más en su carrera, empujarían al United a apostar por él definitivamente. Seis partidos y un reconocimiento después, Old Trafford agradece la apuesta.