OVIEDO 1 - TENERIFE 0

El Oviedo sobrevive en el alambre ante el Tenerife

Un gol de Rodri, tras un penalti decretado por el VAR, da aire a los azules ante un Tenerife con dominio pero sin ocasiones de gol.

El Oviedo sobrevive en el alambre ante el Tenerife
ELOY ALONSO
Nacho Azparren Menéndez
Nacido en Oviedo en 1983, se licenció en Derecho en la Universidad de Oviedo en 2006 y en Periodismo en la Universidad Carlos III en 2008. Redactor de deportes en el diario asturiano La Nueva España desde 2009. A partir de 2014, el Diario AS confía en él para la corresponsalía de Oviedo, con especial dedicación en la actualidad del Real Oviedo.
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De forma agónica, en la línea general de la temporada, fue la única fórmula a la que se agarró el Oviedo para lograr una victoria básica en sus interés por agarrarse a la Segunda División. Fue una decisión marcada por el VAR, una mano de Luis Pérez en el área, que Rodri aprovechó para poner la ventaja definitiva a solo cinco minutos del final. Un golpeo que vale oro en un partido jugado al borde del abismo que solo desatascó el talento de Borja Sánchez.

Ziganda dio una vuelta de tuerca a su equipo, en parte por las ausencias obligadas, pero con la misma idea, repitió en la previa. La idea, sin embargo, no pareció muy trabajada. El Oviedo dio la impresión de improvisación mientras que el Tenerife tenía las cosas muy claras en el partido. Se movió al ritmo de Luis Milla, que dominó el choque como quiso.

A pesar de esa sensación de dominio visitante, la pelota apenas rondó las áreas. En ocasiones sí se vio cierta igualdad. Berjón avisó a los dos minutos con un disparo centrado y Ortuño le dio recorrido a la puesta de escena de cabeza. El Tenerife trató de asustar con espacios, pero a Milla le falló el último pase en una excelente jugada individual que murió en la frontal azul. Tejera dio la réplica con una falta que se fue por encima del larguero y Carlos Hernández estuvo certero ante Dani Gómez en un envío raso de Milla justo antes del descanso. El empate parecía justo por acciones de peligro, aunque siempre se vio al Tenerife más cómodo con el guion.

No cambió mucho la tendencia al comienzo del segundo tiempo, con los roles bien marcados. En tal tesitura, mucho juego en el medio sin peligro, cobró importancia el balón parado. Así pudo acertar el Oviedo: centró Berjón y Luismi tocó levemente para rozar el poste derecho de Ortolá.

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El choque cambió con una decisión desde el banquillo. Borja Sánchez entró en escena y para el Oviedo todo pareció más natural. Aportó el canterano una virtud tan sencilla como necesaria cuando la situación es desesperada: pedirla al pie. Pidió cada pelota que pudo y el equipo empezó a ganar metros.

Ibra robó un balón en la frontal y disparó raso y Lasure respondió con un zurdazo que despejó Lunin con apuros. La acción que definió el choque sucedió a los 85 minutos. Con Luis Pérez como actor involuntario. La pelota tocó su mano, extendida, el colegiado señaló penalti tras consultar con la pantalla. Rodri se quitó los fantasmas de encima con un golpeo lleno de fe y el 1-0 fue una cuesta imposible de remontar en un partido con tan poco punch.

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