El Barça despierta a tiempo
Un gol de Griezmann maquilla otro mediocre partido del Barça fuera de casa en Champions. Vidal acabó expulsado y Busquets no jugará la vuelta.
Se despertó a tiempo el Barcelona en Nápoles donde arrancó un empate a uno que le permitirá decidir en el Camp Nou su pase a los cuartos de final siempre que gane al conjunto de Gattuso. Corrió riesgo el Barça de pegarse otro batacazo de gran calado moral, pero el tanto de Griezmann y las paradas de Ter Stegen mantuvieron la nave a flote.
Puede que las palabras de Messi cuando la semana pasada declaró en una entrevista que a día de hoy el Barcelona no tenía equipo para ganar la Champions influyeran más de lo que creemos en el ánimo del vestuario. Eso, o que el argentino tuviera más razón que un santo. Fuera lo que fuera, el Barça salió a jugar a San Paolo cohibido y acobardado. La timidez llegó de entrada desde el banquillo, donde se pergeñó una alineación y un planteamiento timorato. Un plan de juego que, dicho sea de paso, parecía desterrado desde el día en el que se usó ese argumento para decapitar a Valverde. Pero pasa el tiempo y seguimos en las mismas.
Con Rakitic y Vidal en el centro del campo y Umtiti como central en lugar de Lenglet, el Barça salió a jugar bajo la premisa de que pasara el tiempo sin que pasara nada. Ayudó a este escenario que el Nápoles no adelantara su presión y dejara que el Barçá se perdiera de nuevo en un carrusel de pases inútiles en zonas del campo sin trascendencia alguna. Entre unos y otros perpetraron la primera media hora más soporífera de fútbol que se recuerda en mucho tiempo. Hay peceras vacías con más acción de la que se vio ayer en este inicio infame de partido.
El curso de los acontecimientos sólo podía cambiar mediante un error que facilitara el trabajo al contrario y éste cayó del bando blaugrana. Junior controló mal un balón rifado por Piqué, Zielinski aceleró el juego y se la pasó a Mertens que batió a Ter Stegen después de que Semedo le invitara cortesmente a que probara su disparo favorito.
El Barça se encontraba con que había tirado por la borda 30 minutos de partido y ya iba perdiendo por 1-0. Ni por esas cambió el guión, siguió la posesión inane sin acercarse ni por asomo a la puerta de Ospina. Era una reedición casi exacta del partido de Liga que jugaron en Valencia. Y como en Mestalla, la cosa pudo haber sido peor porque tras un lío en el área Manolas estuvo a punto de hacer el segundo antes del fin de la primera parte.
En el inicio de la segunda Busquets vio la tarjeta que le impedirá jugar la vuelta. Mertens se retiró lesionado, pero Gattuso no quiso especular a pesar de la ventaja y sacó a Milik mientras que en el Barça ingresaba Arthur en el terreno de juego en un intento de buscar algún pase que Messi pudiera llevarse a la bota. Pero fue Busquets el que habilitó con un gran pase una subida de Semedo cuyo centro fue rematado a bocajarro por Griezmann, el Barça parecía que finalmente entraba en el partido a los 57 minutos.
Pero incomprensiblemente, el equipo culé se tuvo que aferrar a Ter Stegen, que con dos paradas ante Insigne y Callejón evitó el segundo del Nápoles, que reaccionó con rabia al tanto blaugrana.
Tras esos dos sustos trató de asentarse en el campo, pero acabó sufriendo al ser expulsado Vidal, otro que no jugará la vuelta y lesionarse Piqué.