Honores al Ratón Ayala
El Atlético y las Leyendas del club homenajean al argentino, delantero rojiblanco en los 70 y autor del gol que dio la Copa Intercontinental en 1975.
El Wanda Metropolitano se engalanó para recibir a una de sus grandes leyendas. El Atlético y las Leyendas rindieron homenaje a Rubén Ayala, delantero rojiblanco durante siete temporadas (1973-79), en las que jugó 214 encuentros y marcó 58 goles, entre ellos el que valió la Copa Intercontinental en 1975. Además, Ratón conquistó una Copa (76) y una Liga (77). “Es muy bonito, muy lindo, tengo una emoción terrible. Quiero agradecer a todos estos amigos que hablen así de mí. No puedo decir otra cosa que gracias”, afirmó ilusionado al concluir el acto.
La convocatoria reunió a más de cien exfutbolistas del Atlético, entre ellos varios compañeros de Ayala en aquel equipo de los 70, como Navarro, Ovejero, Luiz Pereira, Ufarte, Ruiz, Bermejo, Martínez Jayo, Cacho Heredia, Laguna, Adelardo, Rodri, Marcelino y Leal. Heredia fue uno de los que intervino: “Nos criamos juntos en el mismo barrio y tengo el orgullo de haber vuelto a encontrarnos como atléticos. Siendo niño le dieron con un tirachinas en un diente y por eso le pusieron el apodo de ratón”.
Más distinciones. También quiso formar parte del homenaje Héctor Herrera: “El profe Ayala fue una de las personas que me llevó a Pachuca, donde me hice profesional. No tengo más que agradecimiento. Él sabe lo mucho que lo quiero. Le deseo lo mejor del mundo”. Además, el medio mexicano explicó: “Yo jugaba de delantero y cuando llegué a Pachuca él fue quien me colocó de mediocentro. Se lo agradezco muchísimo porque me gusta más jugar ahí que de delantero”. El medio y Solozábal entregaron a Ayala una camiseta del Atlético con el 11 y un cuadro.
Los honores no acabaron ahí, pues este domingo, justo antes del partido ante el Villarreal, el argentino recibirá en el césped la placa conmemorativa por sus 214 partidos y el cariño de la afición, que todavía le recuerda con un cántico: “Y al besar la red un gol de Ayala una voz salió desde las gradas...”.