Aduriz contra Soldado, dos buenos amigos por una final de Copa
Aritz Aduriz y Roberto Soldado coincidieron en el Valencia hace diez años y a partir de esa convivencia, ambos delanteros forjaron una amistad que perdura hasta la actualidad.
En 2010, en uno de esos años de tsunami continuo en Valencia y en plena herencia de Juan Soler, tuvieron que hacer las maletas los dos jugadores franquicia de la entidad che. Poco antes de que David Villa y David Silva se convirtiesen en campeones del mundo con España, se procedió a la venta de ambos al Barcelona el primero por 40 millones de euros y al Manchester City el canario, por 33. Un buen dinero para salir a flote un tiempo no muy largo.
Para cubrir dos ausencias tan notables, Manuel Llorente y Braulio Vázquez firmaron a Roberto Soldado y Aritz Aduriz, por catorce millones de euros (diez por el valenciano y cuatro por el donostiarra). Emery aceptó el reto de que hicieran olvidar a un dúo legendario. A ellos se sumó un Juan Mata que empezó a ser la referencia en la medular. El caso es que la sociedad Soldado-Aduriz se puso a un nivel de notoriedad similar a la de Villa-Silva.
A partir de esa convivencia, ambos forjaron una amistad que perdura hasta la actualidad. De hecho, en 2016, cuando Soldado estaba en el Villarreal a pleno rendimiento goleador, defendió la convocatoria de un Aritz en su segunda juventud con La Roja para la Eurocopa de Francia. El ariete valenciano fue cuestionado por una posible citación por parte de Del Bosque, y lejos de tirar de frases hechas, resultó contundente: "Hablar de que puedo ir a la Selección es una falta de respeto con lo que está haciendo Aduriz".
Su camino se separó en 2012. Aritz volvió a su amado Athletic, donde ya es leyenda, y Roberto probó en la Premier, en el Tottenham, donde apenas tuvo protagonismo, así que dos años más tarde completó la operación retorno, en el Submarino Amarillo. Luego probó otra experiencia fuera, en el Fenerbahçe turco, antes de otro regreso, con el Granada.
Ninguno de los dos será titular esta noche, pero podrían saltar al final en busca de la épica. Soldado podrá levantar acta de la despedida de Aduriz a la Copa en San Mamés, el santuario de sus mayores gestas. Aritz sopló ayer 39 velas, su último cumpleaños como león. "Llevo fantaseando con un título mucho tiempo. Al principio era una fantasía y puede ser que ahora esté más cerca. Imagínate, dejar esta temporada el fútbol y ganar un título. Es el sueño de cualquiera. Sacar la gabarra sería algo mágico", señaló el lunes en una gala de la revista Panenka, mientras le lanzaba muy serio que ya es hora de una revolución: "Estamos hartos de ver al Barça y al Madrid ganarlo todo".