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GRECIA

El primer ministro griego le pide a Nikolaidis salvar el fútbol

El gobierno busca un hombre fuerte para llevar a cabo un plan de choque de la mano de FIFA que acabe con una crisis y una escalada de escándalos que no cesa.

Nikolaidis posa para AS.
Vassilis Tempelis

El fútbol griego continúa herido de muerte. La escalada de escándalos y la situación de corrupción permanente denunciada por muchos no cesa. Cada jornada acontece un nuevo episodio con el que no han podido acabar ninguna de las medidas, ni siquiera la utilización de árbitros extranjeros en algunos partidos o la amenaza de suspensión del campeonato. Las cosas no cambian y el gobierno intenta tomar cartas en el asunto. Hace unos días Kyriakos Mitsotakis anunció en la cámara de representantes una amenaza de Grexit para sus clubes, impidiéndoles participar en competiciones continentales de seguir esta situación. Advirtió que recurriría a la ayuda de FIFA y UEFA para encontrar una solución. Pero para eso necesita un hombre de hierro y el elegido, si acepta, es Demis Nikolaidis.

El exdelantero del AEK y del Atlético de Madrid ha mantenido ya un par de encuentros para valorar la situación con el equipo de gobierno. El fútbol heleno se encuentra en una situación crítica. Los responsables institucionales llevaron a cabo una reunión con los representantes de los cuatro equipos grandes (Olympiakos, Panathinaikos, AEK y PAOK) para encontrar las vías de una solución. Las presiones y las amenazas entre ellos y los escándalos no cesan. Pero el encuentro sirvió para muy poco. Mitsotakis y su equipo identifican a Nikolaidis como una figura carismática y comprometida, que en el pasado no dudó en luchar como futbolista contra la corrupción. Llegó a sanear al AEK como presidente e incluso enarboló la bandera de la lucha para acabar con el poder de los ultras.

Nikolaidis, comprometido y combativo.

De carácter fuerte, combativo y poco maleable, Nikolaidis, precisamente, analizaba también la situación desastrosa del fútbol griego con AS. “Lo único que tenemos es talento, pero nos falta todo lo demás”, denunciaba. Mitsotakis recuperaría también con Nikolaidis la historia más dorada del fútbol griego como emblema de aquella selección que se proclamó campeona de Europa en 2004. El mito heleno sería el hombre fuerte de la Federación que llevaría a cabo el cambio a todos los niveles y que se encargaría de implementar un plan de saneamiento con el visto bueno de Gianni Infantino.