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SUPERCOPA DE ESPAÑA | ESTEBAN BELTRÁN

"En Arabia Saudí es delito ser homosexual o feminista"

Esteban Beltrán, el director de Amnistía Internacional en España, recibe a AS para hablar sobre el país que acoge la novedosa Supercopa de España.

Actualizado a
Emilio Beltrán, director de Amnistía Internacional, posa en la entrevista con AS.
INMA FLORESDIARIO AS

—¿Por qué Amnistía Internacional en España se ha volcado en denunciar la celebración de la Supercopa en Arabia Saudí?

—La celebración de eventos deportivos en países donde hay graves violaciones de los derechos humanos tiende a agravar esas violaciones. Recuerdo el Mundial de Argentina y la represión enorme que hubo. O los Juegos de China, en 2008. Hacían promesas de que iba a ser una apertura, no fue así... Uno no puede hacer una abstracción de jugar un partido de fútbol sin saber dónde está. No se lo merecen los saudíes. Es necesario que fuera de Arabia Saudí se sepa el sufrimiento de los saudíes.

—Ustedes se quisieron ver con Luis Rubiales y le mandaron una carta. Él dijo que se la contestó y ustedes, que no. ¿Qué pasó?

—El hecho es que Rubiales mintió. Le mandamos el 11 de octubre una carta pidiéndole una entrevista. No vale sólo con que las mujeres puedan acudir al estadio. Eso es una cortina que tapa que las mismas mujeres que pelearon allí por tener derechos, como el conducir o el de liberarse de la tutela masculina, están encarceladas. Rubiales habla de fútbol femenino, tiene un comité de responsabilidad social corporativa... ¿Pero no nos podemos sentar a hablar de derechos humanos? Nunca nos respondió.

—¿Se puede extraer que es una decisión puramente económica?

—Fundamentalmente. Como todos los eventos que se celebran en lugares donde hay gravísimas violaciones de los derechos humanos. Rubiales habla de la Supercopa de la igualdad, pero cómo se puede hablar de eso en un país que utiliza la decapitación como pena de muerte. En 2018, ejecutaron a 149 personas. No se puede hacer abstracción de esto.

—Será, por cierto, un evento prácticamente sin aficionados españoles...

—En la presentación de la Supercopa estuvo el ministro de deportes saudí y el embajador. Ellos utilizan los eventos deportivos para invitar a la inversión extranjera. Vinieron y decían que todo el mundo está invitado a viajar a Arabia Saudí. Si vas, tienes que atenerte a sus leyes. Es un régimen arbitrario. Cualquier decisión tomada por un policía, por ejemplo, no se puede revisar.

¿Qué se encontrarán los que viajen?

—Le diré lo que no van a ver, pero que está allí. Llegarán, primero, a un país en guerra con los rebeldes del Yemen y al que España le ha vendido desde 2015 armas por un valor de un millón de euros diarios. Ese país en guerra bombardea también objetivos civiles, como mercados y hospitales. Es un país donde las activistas mujeres que protestaron por alguna de las conquistas actuales de las mujeres saudíes, como es poder tener pasaporte, están en la cárcel. Muchas de ellas han sufrido abusos allí. Es un país, Arabia Saudí, donde es difícil encontrar más violaciones de los derechos humanos dentro o fuera de sus fronteras.

—¿Qué le podría pasar a un futbolista de los cuatro equipos que juegan la Supercopa que se hubiera declarado públicamente homosexual?

—Hace unos meses, en un vídeo promocional de la agencia de seguridad estatal, Arabia Saudí calificó la homosexualidad, el feminismo y el ateísmo de ideas extremistas. Lo hicieron el mismo día en que el príncipe y Ministro de Deportes saudí hablaba de la apertura de su país. El mismo día. Hablar de igualdad entre hombres y mujeres, decir que eres ateo o que eres homosexual, son actos delictivos... Y utilizan castigos corporales. Un bloguero cuestionó el Islam hace seis años y le castigaron con mil latigazos. Sigue en la cárcel y durante la Supercopa se cumplen ocho años de su encarcelamiento.

—Por lo tanto, ¿un futbolista homosexual podría ser detenido?

—Podría. Otra cosa es que lo hagan o no, porque son un régimen dictatorial.

—¿No es chocante que la Supercopa femenina no se contemple llevarla, de momento, a Arabia Saudí?

—Hay que decir que muchas futbolistas, incluso de la Selección, se han manifestado en contra. No quieren ir. Estamos esperando que los futbolistas españoles se unan. Jugar al fútbol no te inhibe de tener una expresión sobre los derechos humanos. Es fácil, sólo queremos que la Federación, los clubes y los futbolistas se unan a la campaña por los derechos de la mujer en Arabia Saudí. Se trata de dar tu opinión sobre algo que la humanidad resolvió hace setenta años con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, nada más. La Supercopa de la igualdad no va a ser tal si no haces un esfuerzo para que lo sea y no vale sólo con que vayan mujeres al estadio. También iba mucha gente en el 78 a ver a Kempes meter goles, pero por debajo había una represión enorme.

—¿Se esperan protestas de activistas en suelo saudí?

—Arabia Saudí es tan represivo que en los últimos cuatro años ha terminado con todos los activistas independientes. Están en la cárcel o en libertad condicional. No hay prensa independiente, no hay oposición política... ¿Quién va a protestar en ese contexto? Ni siquiera puede haber un germen organizado en defensa de los derechos humanos. Si alguien va a protestar durante la Supercopa, se juega la vida...