Adama Traoré pone contra las cuerdas al City de Guardiola
El español marcó un golazo y regaló otro a Raúl Jiménez. Los citizens se quedan a 14 del Liverpool. Ederson, expulsado en el 12'. Sterling disparó al larguero en el descuento.
El Manchester City gastó su último cartucho para hacer frente al Liverpool y lo perdió con una derrota ante el Wolverhampton (3-2), tras una remontada liderada por Adama Traoré, autor de un tanto y una asistencia con las que dejó al equipo de Pep Guardiola a 13 puntos del líder con un partido más. Ahora sí, tras otro pinchazo, los Citizens, salvo hecatombe del Liverpool en el segundo tramo del curso, se despidieron del título de Liga. Con sus máximos rivales por el título intratables, no podían fallar ante uno de sus verdugos este curso en la Premier League, que consiguieron ganar por segunda vez este curso al Manchester City. Eso, no lo conseguían desde 1960. No lo consiguieron.
Volvieron a caer en la trampa de Traoré, que en octubre ya se encargó de despachar al City con un doblete a domicilio y que repitió actuación excelsa pocos meses después. Y, todo, en parte gracias a una acción al principio que obligó a remar contra la adversidad a los hombres de Guardiola desde el minuto diez del encuentro. La expulsión del portero brasileño Ederson fue clave. Una jugada de dos toques cambió el destino del Manchester City, que con un jugador menos no pudo sobrevivir a un encuentro muy complicado.
El calvario comenzó con un pase largo desde del central Conor Coady a la espalda del argentino Nicolás Otamendi teledirigido hacia Diogo Jota. Delante de Ederson, el portugués superó al guardameta con un sombrero y acabó en el suelo derribado por su rival. La expulsión, justa, condenó al City. Guardiola sacó del campo al argentino Sergio "Kun" Agüero para que dar entrada al chileno Claudio Bravo. Sacrificó a un jugador que llegó a la cita con problemas físicos y algo renqueante. Con acierto, eligió a un futbolista que era duda hasta última hora y con un 4-4-1, con Raheem Sterling en punta, consiguió sujetar al Wolverhampton.
Curiosamente, los Wolves no generaron nada durante los primeros 45 minutos. Con un jugador más sobre el campo, no supo aprovechar su superioridad. Sólo Adama Traoré insistió en aplicar más revoluciones al duelo, pero lo hizo sin éxito. Una y otra vez, chocó con el francés Benjamin Mendy, que durante el acto inicial hizo un trabajo excelso para frenar al español. Y, sin muchos agobios, el City obtuvo un premio muy valioso gracias a un penalti clarísimo cometido por Leander Dendoncker por derribar a Ryhad Mahrez. Previa revisión del VAR, Sterling tuvo que lanzar dos veces para marcar. Primero, tras un paradón del portugués Rui Patricio, repitió porque dos jugadores del Wolves se metieron dentro del área antes del lanzamiento. Luego volvió a encontrarse con Rui Patricio, pero el rechace lo recogió el mismo Sterling para abrir el marcador.
No hubo mucha más historia en los primeros 45 minutos. El Wolves, que soñaba con ganar por primera vez al City dos veces en una misma temporada, se complicó la vida cuando tenía todo a favor para lograr esa hazaña. Un penalti, inició el camino hacia la derrota que se amplió a los pocos minutos de la reanudación. En un segundo zarpazo, con una triangulación perfecta entre Rodri, Kevin De Bruyne y Sterling que culminó el tercero, el equipo de Guardiola tomó más ventaja y se relamía con un segundo gol que parecía acabar con cualquier aspiración del Wolves por conseguir algún punto. Entonces apareció Traoré. Ahora sí, más inspirado, comenzó a ganar sus duelos con Mendy. Si en la primera parte no pudo con el francés, en la segunda cambiaron las tornas y provocó con su insistencia la reacción de su equipo.
Él mismo consiguió el premio del gol con un zapatazo desde fuera del área con más de media hora de partido por delante y después se vengó personalmente de Mendy para ganarle la batalla personal. En el último suspiro, Traoré le robó la cartera dentro del área y cedió la pelota al mexicano Raúl Jiménez, que a placer, empató el encuentro. Mendy, herido de muerte, permitió al mejor jugador del Wolverhampton erigirse como el héroe de un equipo que, envalentonado, hizo el tercero a un minuto del final por medio del irlandés Matt Doherty. Fue el certificado de defunción del City, que, con un partido más, acabó la jornada del boxing day a trece puntos del líder, el Liverpool. El equipo del alemán Jurgen Klopp ya saborea la Premier League.