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Mi once histórico del Real Madrid en los Clásicos

Este es mi once histórico del Real Madrid en los Clásicos.  

Mi once histórico del Real Madrid en los Clásicos

Iker Casillas

Durante 16 años vi a Iker convertirse en un muro en el Camp Nou. He visto desesperarse hasta el propio Messi, pasando por Ronaldinho, Etoo, Villa, Pedro, Alexis, Neymar o el propio Luis Suárez, que ya llegó en la recta final de Casillas con el equipo de su vida. Con El Santo en la portería del Camp Nou uno jugaba más convencido de la posibilidad de asaltar el feudo azulgrana. Claro que encajó muchos goles después de tantos años, pero no cabrían ni en un libro de largo como Patria todas las paradas salvadoras que el canterano de Móstoles hizo para la causa blanca. 

Carvajal

Otro canterano forjado en el sur de la capital (Leganés). Carvajal sale al Camp Nou con espíritu que tenía Pepe. Sin complejos, embravecido, arengando a los compañeros para no dejarse afectar por el rugido ambiental del Camp Nou contra su eterno enemigo. He visto a Carvajal frenar a Neymar y a Jordi Alba, misión casi imposible. Pero lo importante es el coraje con el que siempre juega allí. Nada le arruga. Capitán de guardia. 

Hierro

El mariscal del área, el sheriff de los Clásicos. Los duelos de hierro en el Camp Nou son difíciles de olvidar. Las tuvo tiesas hasta con Figo, que luego fue su compañero de blanco. Personalidad, siempre atento a no dejarse intimidar por el ambiente del Camp Nou. Sus piques dialécticos con Koeman son recordados todavía. El malagueño no se arrugaba por la presión ambiental y se crecía cuando más ruido salía de las gradas del Camp Nou. Su partidazo en el 0-2 de las semifinales de Champions de 2002 no es fácil de olvidar. Fue un gran capitán del Real Madrid. 

Sergio Ramos

El héroe del minuto 93, que emuló su hazaña hace tres temporadas silenciando el Camp Nou con un gol de cabeza en el último minuto que dio un punto al Madrid que supo por tres (parecido a lo del otro día con Courtois y Benzema en Mestalla). Ramos y Pepe firmaron partidos prodigiosos en el Camp Nou, llegando a secar a Messi. El camero se viene arriba en estos partidos y siempre da la cara por su equipo. Sus pique con piqué también están quedando en la retina. Cierto que le recuerdan una roja por su patada a Messi en la noche de la manita del Barça con Mourinho en sus estreno en los Clásicos, pero en mi memoria hay muchos partidos de este calibre en los que la entereza y la fuerza de Ramos dio al Madrid puntos que acabaron dando títulos. El triunfo por 1-2 en la Liga de los Récords (2011-12) sin ir más lejos. 

Roberto Carlos

Un mecherazo en su cabeza le dejó tumbado en el césped del Camp Nou sangrando en el último Clásico jugado en Barcelona en el siglo XX. Sólo así podían frenar su poderío, su potencia en carrera, sus galopadas increíbles por la banda izquierda, sus misiles teledirigidos que eran el terror de la afición azulgrana… Una vez le expulsaron con roja directa por entrar fuerte a Figo… pero tocó balón. El brasileño era puro espectáculo. De los pocos jugadores del Madrid que en el Camp Nou ha arrancado algún aplauso de admiración. Roberto era puro espectáculo, dejando los colores aun lado. 

Pirri

Mi primer ídolo, puro corazón blanco. El ceutí era fuego, el primer jugador total que recuerdo. Era un box to box antes de que se supiese siquiera qué significaba ese término. Subía y bajaba sin desmayo, y de ello puede dar fe el Barça de los años 60 y 70, que lo sufrió de mala manera. De hecho, el primer Clásico de Pirri lo jugó con sólo 19 años y los blancos golearon en el Bernabéu a su gran rival con un 4-1 incontestable. Pirri marcó una época dorada del Madrid, empezando por los Ye-Yés y acabando por el Madrid que en 1980 ganó la Liga a la Real Sociedad de Arconada y López Ufarte con un gran triunfo final sobre el Athletic en el Bernabéu (3-1, con el último gol de Pirri como jugador del Madrid antes de irse al Puebla de México). 

Zidane 

El cisne con botas. Un señor en el campo y un tipo respetado allá por donde va. En el Camp Nou dejó su sello con su golazo de vaselina a Bonano en la semifinal de la Champions de 2002. El Camp Nou se quedó hechizado por la maravillosa acción del marsellés. Quizás nunca tuvieron un enemigo más admirado. Zidane, elegante en todos los sentidos, no tiene contraindicaciones, y su fútbol de orfebre hablaba por él. Hubo más Clásicos triunfales de Zizou (recuerdo un 1-2 triunfal con gol de Ronaldo Nazario). Luego llegaría el gol mágico de Zidane en la final de Glasgow con La Novena, pero todo empezó en el Camp Nou… 

Raúl

El Madrid tiene jugadores de ataque tan legendarios que me he visto obligado a meter a Raúl en el trío de la medular. Me vale igual. Se lo merece con creces. No me detendré en su famoso gesto silenciando el Camp Nou tras su gol que daba el 2-2 en el Clásico de 1999 tras un arbitraje nefasto de Díaz Vega (perdonó un penalti claro de Sergi que acarreaba la expulsión). El eterno capitán, el 7 infatigable, jugó una colección interminable de Clásicos y siempre dejó su sello por su pundonor y sus goles ‘ratoneros’, esos que sólo huelen los delanteros con verdadero olfato. Raúl fue una de las pesadillas del Barça desde su debut en 1994 hasta que dejó el Madrid en 2010. Sus duelos con Puyol fueron épicos y limpios, quedando como una de las pugnas más honestas y bellas de la historia del fútbol. 

Cristiano Ronaldo

Me pongo de pie. El portugués de acero, el hombre que llegó para reinscribir la historia de los Clásicos, el tipo que se metió en la ‘Era Messi’ hasta convertirla en la ‘Era Cristiano’. Sus cuatro Champions y cuatro Balones de Oro de blanco hablan por él. El Madrid lo disfrutó durante nueve años irrepetibles, el mismo tiempo que el Barça lo sufrió con sus golazos de todos los colores y sus famosos “siiiiiiiiiiiiuuuuuuu”. Para enmarcar el gol que metió en el desenlace de la Liga 2011-12, que firmó en el Camp Nou la conquista de la Liga de los Récords (100 goles y 121 goles), con Mourinho en el banquillo ganándoles la batalla a Guardiola. Cristiano fue el hombre del mazo que silenció el Camp Nou a base de poderío, ambición y un afán competitivo innegociable. El día que se fue a la Juventus, muchos culés respiraron aliviados en el Camp Nou. 

Di Stéfano

Como dice mi señor padre, el futbolista más completo de la historia del fútbol. No lo han visto mis ojos, pero sí los libros de historia y las imágenes de televisión, que me trae muchos goles festejados por La Saeta ante el eterno rival. Di Stéfano pudo ser del Barça, pero el Madrid puso el dinero que ellos renunciaron a pagar al Millonarios. Santiago Bernabéu fue un lince en los despachos y supo negociar con habilidad para traer al jugador que cambió para siempre el curso de los acontecimientos. Di Stéfano era el líder dentro y fuera del campo. Él arrastraba a todos los compañeros y lograba que al Barça le temblasen las piernas con su sola presencia. El hispanoargentino estaba en todo. Oscureció la luz de Kubala, la gran estrella del Barça de aquella época. 

Paco Gento

El hombre de las seis Copas de Europa, nadie tiene más. El jugador que destrozaba la banda del Barça con sus supersónicas internadas por la banda izquierda. Su velocidad fue pionera en su tiempo. Nadie podía seguirle y por eso apuraba la línea de fondo y centraba con la lucidez del jugador que supera líneas sin ningún problema. La Galerna del Cantábrico era un extremo puro, un once que marcó una época y que conquistó varias veces el Camp Nou (no olvidó un 1-5 imperial en Liga). Gento se ha ganado un sitio en el once histórico por su honestidad, sus valores y su afán de superación (¡ganó 12 Ligas en 18 años!). Un grande nuestro actual Presidente de Honor.