El Escobedo despacha al Málaga por la vía rápida

Este formato de Copa del Rey promete. A lo mejor no demasiado fútbol, pero sí emociones fuertes. Las condiciones de los campos de Tercera, la motivación del equipo modesto, las rotaciones del profesional..., todo ayuda a que la sideral diferencia entre, por ejemplo, Escobedo y Málaga ayer en el Eusebio Arce, se reduzca. Tanto que el Málaga está ya eliminado de la competición con absoluto merecimiento. Del Escobedo, claro.

El partido empezó con el Málaga monopolizando el balón, pero sin profundidad alguna, y el Escobedo con un plan muy claro: presión máxima por dentro para impedir las combinaciones de los jugones de Víctor y juego directo en busca de su único delantero, Vitali, a la menor ocasión. 4-1-4-1 de los locales frente al 4-3-3 de los andaluces, lo que se tradujo en seis jugadores por dentro en un campo muy estrecho (le redujeron tres metros para cumplir con la normativa) y un fútbol muy pastoso. Sólo Renato Santos por la izquierda dio sensación de poder alterar el guión de Pablo Casar. Le falló el último pase y se llegó al descanso en tablas.

Lo realmente extraño sucedió al término del descanso. A los blanquiazules no les hizo efecto la bronca de Víctor y salieron del vestuario al trantrán. Tardaron un cuarto de hora en pasar del centro del campo y cuando lo hicieron ya perdían 1-0, tras un gol de Quinta a la salida de un córner. Reacción. Con el marcador en contra, Víctor quitó a uno de sus tres centrocampistas para ganar presencia en el área con Sadiku. Por unos instantes pareció que podría funcionar. Fue un espejismo. Ni un solo jugador ganó los duelos. El Escobedo, tan serio como acostumbra, no se salió de su guion, equipo junto, fuerte en el juego aéreo y un brasileño, Dalisson, cedido por el Valladolid, el mejor del partido, que culminó su actuación retratando a los dos centrales y al portero del Málaga en una contra para sentenciar. Sin disculpas. El Escobedo fue mejor.