Lucas Pérez: un gol, una máscara y una promesa
Hizo un pacto con los chicos de la residencia del club. El club recurrirá la tarjeta amarilla que le mostraron a Aleix Vidal por presunta simulación.
El Alavés inició hace tres semanas un ciclo de charlas en la Residendia del Grupo Baskonia que acoge a jóvenes valores de futuro en el mundo del baloncesto y del fútbol. El primer invitado fue el delantero Lucas Pérez, que compartió con los chicos sus vivencias personales más íntimas. Habló de los problemas de referencias familiares en su infancia y que, por ejemplo, fue criado por su abuela.
Al terminar la conferencia, prometió a los chicos que les dedicaría el siguiente gol que marcara en Mendizorroza y eso ocurrió el sábado pasado cuando materializó el penalti cometido por Sergio Ramos sobre Joselu. Se fue directamente a un recogepelotas que guardaba una máscara para la ocasión. De hecho, la habían comprado los chavales de la residencia (donde residía por ejemplo Borja Sáinz, actualmente en el primer equipo) a escote.
La máscara era azul y con una A mayúscula entre las aberturas de los ojos, como la del Capitán América. Lucas marcó y se la puso. El reglamento prohibe ese tipo de celebraciones y el colegiado le sacó una cartulina amarilla cuando aún quedaba mucho partido por disputarse. No pareció la mejor idea pero el punta gallego cumplió con su palabra.
Tampoco fue la única celebración controvertida en ese momento ya que coincidió con el corte de mangas de Aleix Vidal. Inicialmente parecía que iba dedicado a Sergio Ramos y luego, a la grada, a la afición del Alavés. El jugador asegura que se trató de un acto reflejo y que si alguien se sintió mal por ello, que presentaba sus disculpas. Tampoco fue la mejor manera de celebrar el empate a 1. El Alavés perdería luego el choque por 1-2. Vidal vio amarilla en otro lance en el que pidió penalti pero el club ya ha anunciado que la piensa recurrir y desmontar la teoría de la presunta simulación.