Calero, ahora o nunca

Tras Matías Vargas (10,5 millones) y Borja Iglesias (diez), la llegada de Fernando Calero en agosto por ocho millones se convirtió, igualado con Sergi Darder, en el tercer fichaje más elevado de la historia del Espanyol. Llamado a ser el relevo de Mario Hermoso, insustituible la temporada pasada, el vallisoletano apuntaba alto tras una excelente temporada en el Pucela. Pero, por ahora, las expectativas han estado lejos de cumplirse. Ahora, en cualquier caso, se le presenta una oportunidad de oro.

La baja de Naldo Gomes por lesión durante las próximas semanas, de cuatro a seis según el Espanyol, le brindan un 'ahora o nunca' a un Calero que aterrizó en el club con molestias, pero que fue sumando titularidades durante seis jornadas, con algún fallo calamitoso a la altura del conjunto, hasta su expulsión ante el Valladolid, su exequipo. Sancionado ante el Mallorca en la despedida de David Gallego, Pablo Machín lo dejó en el banquillo en su debut, contra el Villarreal. Y, para colmo, en la antesala del siguiente encuentro (el Ludogorets-Espanyol de la Europa League), sufrió una lesión muscular en el cuádriceps derecho. Una vez recuperado, el técnico sí le dio la titularidad frente a los búlgaros en Cornellà pero ni un minuto en LaLiga.

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Machín ha confiado ciegamente desde su llegada en el eje Naldo-Bernardo Espinosa-David López, titular en los cinco partidos ligueros que lleva el soriano. Y la lesión del brasileño en los albores del Atlético de Madrid-Espanyol supuso la entrada de Dídac Vilà, que en Razgrad ya había actuado por el centro, puesto que ni Calero ni Lluís López estaban convocados. La ventaja de Calero, pese a ser diestro, es que en Pucela ya actuaba en el perfil izquierdo, lo que liberaría a David para ir al diestro.

Y conviene destacar que el citado Lluís también pide paso para los partidos que vienen sin un Naldo que se había erigido con diferencia en el central que ha jugado en más jornadas: 11, todas como titular. Solo se perdió una por sanción y otra, por fatiga.