A Bale sólo le queda China
Según ha podido saber AS, el plan del galés sigue siendo dejar el Madrid, aunque ve complicado que sea en enero. Su alto sueldo le conduce al país asiático.
La estancia de Gareth Bale en el Madrid no ha sido plácida casi en ningún punto desde su llegada en 2013, pero el último mes ha originado un panorama que ha terminado de cansar a todas las partes. El club ya contempla su salida en enero y el jugador tiene decidido marcharse. Según ha podido saber AS, el plan del galés, consciente de lo difícil que sería hacer las maletas en el mercado de invierno, es esperar al próximo verano. En cualquier caso, su única vía de escape sería fichando por un club chino.
El elevado sueldo de Bale (17 millones de euros netos), su historial de lesiones (sólo ha jugado el 51,81% de los minutos con el Madrid) y su edad (30 años) condicionan decisivamente su futuro. El de Cardiff no está dispuesto a perder dinero cuando cambie de aires, lo que, unido al resto de condicionantes, le cierra la puerta prácticamente de forma definitiva de la élite europea, de la MLS o de Qatar, donde no pueden alcanzar la cantidad exigida. De momento, sin ofertas concretas, ha recibido el interés de diferentes equipos de China. El Shanghai Shenhua, con el que se le ha relacionado, ha negado a este periódico que se encuentre entre los pretendientes inmediatos.
El jugador, cansado de los mismos problemas y las mismas críticas, considera que ha llegado a un punto de difícil retorno en el Madrid. Se siente dolido con el club porque el pasado verano, cuando por fin se decidió a aceptar una oferta del fútbol chino, desde el Bernabéu le negaron esa opción. Tampoco ha ayudado su trato con Zidane, muy frío y distante. Con el francés acabó mal en su primera etapa en el banquillo y, a su regreso, sólo le dio el 43,79% de los minutos. Meses después, durante la pretemporada, dijo incluso el comentado "si se va mañana, mejor".
El problema ahora es que, aunque en los despachos ven factible su venta en invierno, no van a acceder a cualquier precio, nunca mejor dicho, a mitad de temporada. Y la regulación en China no acompaña en los casos en los que el traspaso supera los 5,7 millones de euros: si el Madrid pide, pongamos, 50 kilos por Bale, el club comprador debería abonar la misma cantidad al gobierno del país asiático.
Bale y el Madrid, hastiados
En el entorno de Bale son críticos con la gestión realizada por todos los involucrados en esta trama, incluida la del futbolista. Lo ocurrido desde octubre ha sido significativo al respecto: lesionado en el sóleo y con molestias en la espalda (esta última dolencia no había trascendido), no se entrenó con el grupo en el Madrid por estos percances físicos desde que regresó del parón y, en cambio, sí lo hizo el pasado lunes, a la primera oportunidad, con Gales.
Consideran que, de haberse preocupado más por su imagen de cara a la afición y la prensa, le habría ido mejor. Pero eso no ha sido posible, aseguran, por la extrema timidez de Gareth. En esa vergüenza y miedo a la exposición pública también se basan para explicar su reacción cuando al volver de Londres el 29 de octubre no le firmó un autógrafo a un niño en el aeropuerto. Y sólo así explican también que, con toda la normalidad y tranquilidad del mundo, hiciese ese viaje en clase regular en vez de en business o en avión privado. Para lo bueno y para lo malo, Bale es así.