Modric se agarra al puesto
El croata, que salió de la foto por las lesiones y el despegue de Fede Valverde, dio un golpe en la mesa en Eibar. A sus 34 años aún promete pelea.
El Real Madrid más fino de los últimos meses había dejado un póster de película, con Kroos, Casemiro y Fede Valverde dominando la escena, y un daño colateral muy sonado, el aparente segundo plano de Modric. Pero al croata, 34 años ya, le sobran tablas y, visto lo visto en Ipurua, fútbol. Ante el Eibar reivindicó el papel que lleva interpretando desde su llegada al Bernabéu: fue titular y decisivo.
Modric se incrustó en el centro del campo con naturalidad, acompasado con Casemiro y Fede Valverde, la base de cemento al que parece haberle confiado Zidane la estabilidad de su Madrid. El croata conectó al equipo con sus pases, siendo el cuarto que más dio (61, por detrás de Carvajal -74-, Varane -63- y Casemiro -63-, y casi doblando a Fede -33-) y el segundo en porcentaje de acierto en la distribución (91,8%, por detrás del 93% de Mendy, que participó mucho menos).
Las lesiones, el gran hándicap de Modric este curso
Ese saber hacer de Modric en la construcción sofocó la característica presión del Eibar, desarmando la pizarra de Mendilibar. "Hemos corrido mal, sin sentido. Hemos salido como siempre, apretando arriba, pero es verdad que ellos salían fácil", tuvo que lamentar Sergi Enrich. Y, como sigue descifrando el fútbol como pocos, aún Balón de Oro, Modric también intervino en la jugada del 0-1 y embelleció su partido habilitando para el 0-4 a Fede, que se estrenó como goleador con un disparo muy a lo Kroos.
La actuación de Modric le permite frenar entierros y homenajes anticipados después de un mes nada sencillo y que se ha reflejado en su bajón de minutos, de los 1.077 de la temporada pasada a estas alturas a los 484 de la actual. Fue suplente ante el Granada, pese a que salió en la primera mitad por la lesión de Kroos y marcó; estuvo en la enfermería contra Mallorca y Galatasaray, como frente a Levante, PSG, Sevilla y Osasuna en septiembre; disputó sólo 28 minutos en la exhibición coral ante el Leganés; salió de inicio en el criticado pinchazo contra el Betis y regresó a la suplencia en el set al Galatasaray del miércoles. Ahora su reacción le permite agarrarse al puesto.