Cinco claves de un coliderato en azul y blanco
Su fortaleza como visitante, la aportación del banquillo, columna vertebral reconocible, el alto nivel de sus estrellas, un estilo arriesgado pero valiente
La Real Sociedad está firmando uno de los mejores comienzos de temporada de su historia reciente, lo que le ha permitido instalarse en lo más alto de la clasificación junto a los dos grandes, el Barcelona y el Real Madrid. Se trata de un coliderato tan inesperado como histórico. Pero, ¿cuáles son las claves de este gran inicio liguero del equipo txuri-urdin? En el Diario AS hemos hecho una radiografía de situación, y hemos seleccionado cinco claves.
1-Fortaleza como visitante. La Real Sociedad es con diferencia el mejor visitante de la liga en estas doce primeras jornadas. Tiene más mérito su coliderato precisamente por eso, porque el equipo txuri-urdin tuvo que comenzar jugando los tres primeros encuentros lejos de San Sebastián por las obras de reforma de Anoeta. Ese hecho podía haberle penalizado, pero todo lo contrario, ha hecho de la necesidad virtud, habiendo sumado 13 de sus 22 puntos lejos de su feudo. Sin unos números que impresionan, porque son 13 puntos de los 21 posibles, habiendo logrado cuatro victorias.
2-Aportación del banquillo. Imanol Alguacil insiste en que para luchar por estar arriba será fundamental la aportación de todo el plantel, y se trata de una afirmación que se corrobora con hechos. Al menos, de momento. En Granada se ganó gracias a una asistencia genial de Januzaj, que acababa de saltar al terreno de juego. Y en Vigo se ganó gracias a un gol de Isak, que fue suplente. El sueco también resultó clave marcando en la victoria en Cornellá. Incluso el triunfo en Mallorca llegó gracias a una asistencia de Portu, que fue suplente en ese partido. El banquillo está teniendo una aportación muy elevada, como demuestran también los buenos minutos que han aportado jugadores como Aihen, Guevara y Le Normand, futbolistas que no están llamados a ser titulares habituales.
3-Una columna vertebral muy reconocible. Otro factor fundamental es que Imanol Alguacil ha logrado encontrar con un equipo muy fiable sobre el que introducir los matices necesarios. Se trata de una columna vertebral muy reconocible: Zaldua, Monreal, Llorente, Aritz, Merino, Zubeldia, Oyarzabal, Ødegaard, Portu y Willian José. Forman una base muy sólida para completar después el once inicial con jugadores como Moyá o Remiro en portería, o Le Normand como alternativa en defensa. La mejor noticia es que la afición de la Real empieza ya a recitar casi de memoria el once de este equipo de Imanol.
4-Estrellas que brillan. En todo buen momento de cualquier equipo es fundamental que sus mejores jugadores estén a gran nivel. Y la Real no es ajena a esta teoría. En este gran inicio liguero está siendo clave la aportación de Martin Ødegaard, un jugador que llegó cedido del Real Madrid en medio de muchas incógnitas, pero ha confirmado su enorme calidad que ha catapultado a la Real al primer puesto. Y eso que en Granada no pudo jugar por lesión. Junto al noruego, Mikel Oyarzabal, jugador franquicia del club realista, también ha empezado brillando; igual que Portu, el fichaje más caro del pasado verano. Lo mismo se puede decir de Monreal, que llegó a última hora del mercado desde el Arsenal, y de Isak, fichado del Borussia Dortmund. Pero a ellos se unen jugadores muy importantes como Merino, Llorente, Zubeldia o, incluso, Willian José, máximo goleador realista con cinco tantos.
5-Estilo arriesgado, pero valiente. Si algo ha demostrado hasta ahora Imanol Alguacil como entrenador de la Real es que no se arruga nunca. Podrá equivocarse o no con sus decisiones, pero siempre busca una Real valiente y que vaya a por la victoria. Eso tiene también otra cara, el riesgo alto que asume siempre su equipo. Pero se trata de un estilo arriesgado, aunque controlado, porque el oriotarra cree que sacará más rédito mirando a la portería rival que limitándose a defender. Aún le falta para conseguir un equilibrio que no le lleve a perder partidos como contra el Levante y a encajar menos de 13 goles en doce jornadas, una media de un tanto por partido. Pero Imanol siempre mira hacia delante, con una idea valiente, asumiendo riesgos, con una presión alta y una forma de jugar rápida y muy intensa. Cuando eso ha faltado, su Real fue vulgar, como le pasó en San Mamés.