Fekir desarrolla un rol de líder alejado de las expectativas
El futbolista francés brilla a cuentagotas, pero salvó a Rubi ante el Celta. Llega con cuatro amarillas al Bernabéu y podría perderse el derbi.
Nabil Fekir aterrizó en Heliópolis para elevar la capacidad ofensiva del Betis y emular la campaña protagonizada por Giovani Lo Celso. No es una tarea sencilla pese a ser un campeón del mundo y de momento su adaptación al equipo conlleva más tiempo del deseado. Fekir sonríe en la antesala de un choque de altura ante el Real Madrid y tras salvar probablemente el puesto a Rubi con un tanto en el último suspiro del choque ante el Celta de Vigo. Su alianza con el técnico parece clara: él tiene una libertad total sobre el césped mientras las rotaciones no parecen condicionar su protagonismo tras salir de una lesión reciente.
El Betis fichó a Fekir en un contexto en el que el atacante prefirió la tranquilidad de un proyecto atractivo por estilo y objetivos antes que una aventura de mayor grado. Pero ni sus expectativas sobre el equipo y el juego ni las de la afición con su rendimiento quedaron aún colmadas tras dos meses de campeonato liguero. Fekir mira al Bernabéu como un escenario ideal para exponer sus cualidades, hasta ahora firmadas a cuentagotas con talentosas conducciones imposibles y un instinto incisivo cuando se acerca al área. Rubi lo quiere más cerca de la misma, aunque su sistema condiciona una posición que también frena su potencial de pegada.
Fekir firmó tres goles en lo que va de Liga pese a que ejerce como centrocampista durante gran parte de los duelos. Lejos del área, su poder es mínimo pese a que sus carreras motiven las faltas del rival (es el segundo jugador que más recibe en Europa). El francés sueña con espacios en el Bernabéu para mostrar un talento que no explotó del todo en este inicio liguero. Y llega con cuatro amarillas... y con el derbi en siete días.