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Larrazabal pide apoyo a Córdoba: "Los pitidos bajan la confianza"

El canterano fue contestado el miércoles ante el Espanyol y el equipo, desde el entrenador hasta sus compañeros, ha cerrado filas ante un jugador muy joven y trabajador.

Larrazabal centra ante el Espanyol
AIOLDIARIO AS

Los pitos a Córdoba el miércoles ante el Espanyol han impactado en parte del entorno rojiblanco. San Mamés ya no perdona ni a los chavales, a los canteranos, los que son su futuro. Es verdad que el extremo izquierdo ha tenido más oportunidades que nadie, pero ya sabe la siguiente lección del fútbol de élite: en los campos hay jugadores que caen con gracia y otros que se van por el barranco de la desgracia. El técnico pidió respaldo para él y el vestuario ha cerrado filas. “No es fácil, todos salimos a dar el 120 por cien y que vayas y escuches esos murmullos no ayuda, se debería animar porque con pitidos se va a conseguir bajar la confianza del jugador y que no esté cómodo", proclama su compañero y gran amigo Larrazabal, al que tal vez le aterre pensar que en un año él puede estar igual si no cae bien a la gente o juega como los ángeles. "Somos una familia y nos ayudamos cuando uno lo pasa mal. No será nada fácil para él pero todo el equipo confiamos en Iñigo y sabemos de lo que es capaz, es un jugador increíble, capaz de hacerlo muy bien en el campo", continuó el extremo derecho.

El Athletic prepara la próxima cita de Liga, ante el Villarreal en el Estadio de La Cerámica. Larra, al que le ha aumentado la competencia por su banda con la disposición, al menos hace un par de días, de Williams por ese sector, piensa que se les puede dar bien porque los leones son fuertes en defensa les pueden buscar en las contras. Al menos, ante el Espanyol se quitaron un peso de encima. "Sabíamos que no nos valía el empate, nos da fuerza para ir a Villarreal a afrontar el partido con más motivación", expone el canterano.

El hijo del legendario Aitor Larrazabal volvió a jugar en San Mamés, ante la mirada de su padre, comentarista para Carrusel. No se olvida del estreno en el partido ante el Valladolid: “Fue algo increíble. Me había pasado más veces que había estado calentando en la banda y no sabia si iba a salir. Ves cómo te llama el míster y te dice que vas a salir y me venía a la cabeza dónde estaba y que estaba cumpliendo un sueño: debutar en casa”. Ahora no juega sólo fuera, también rasca minutos en Bilbao. En 11 jornadas, ha participado en seis compromisos. Esto es más o menos como lo había imaginado, aunque hay un sector de la afición que pide más protagonismo para él. “Como recién llegado, estoy aprendiendo y me queda por hacerlo, hay grandes jugadores, estoy haciendo lo que me pide el entrenador, quizá consiga tener más minutos. estoy contento con los que tengo".