Se cumplieron 10 años del Alcorconazo: que ha sido de los jugadores
Una década más tarde la noche de ese 27 de octubre es recordada por todo el fútbol español. Un Segunda B consiguió desplomar al todopoderoso Real Madrid.
¿Te acuerdas donde lo viste aquella noche? ¿Recuerdas al día siguiente? Estas son las frases mas repetidas estos días en Alcorcón. Hace 10 años el Real Madrid de las estrellas abandonó su feudo en plena Castellana y se acerco al sur metropolitano. El resultado, uno de los mayores ridículos de su historia. Un modestísimo Alcorcón de Segunda B le ganó por 4-0. Desde entonces Santo Domingo es el estadio donde se fraguó el Alcorconazo.
La tarde era especial. El Real Madrid visitaba un estadio Santo Domingo con gradas supletorias para la ocasión. En Alcorcón, desde el sorteo, habían pasado las semanas intentando evitar hablar del Real Madrid. El objetivo era volver a entrar en playoff de ascenso como el año anterior. Pero ese 27 de octubre era especial. Querían competir. No ser una comparsa y lo hicieron.
Relajación, confusión, enredo… Al Real Madrid pónganle los apelativos que quieran. El Alcorcón le bailó. Creyó en lo que hacía. Fue un equipo cómplice, maduro, alegre, ordenado… y por encima de todo se divirtió con la ocasión que le daba el destinó. En lo eminentemente futbolístico Anquela mandó a los suyos a hacer una presión alta, recuperación rápida, velocidad en banda acabar jugadas y probar a Dudek. Tirando del álbum de recuerdos un tiro del capitán Rubén Sanz desde lejos que despejó Dudek, las internadas de Ernesto, Sergio Mora llevando la batuta, Cascón asistiendo, Borja Pérez marcando goles... ¿Y el Madrid qué? Pues Pellegrini salió con todo. Dudek; Arbeloa, Albiol, Metzelder, Drenthe; Mahamadou Diarra, Guti (Gago), Van der Vaart; Granero (Marcelo); Raúl (Van Nistelrooy) y Benzema. Solo le sirvió para hacer el ridículo. Florentino se tocaba la frente y Pellegrini resoplaba en el banquillo. Fue el principio del fin para el chileno y para algunos jugadores.
Enrique Cascallana, Alcalde de Alcorcón en aquel momento abría los ojos como platos en el palco. Al acabar el partido decía “Ahora nos van a conocer hasta en China”. Esteban Márquez, el Presidente más querido por la afición y ya fallecido, comentaba “ya van a saber donde jugamos”. La repercusión de esa victoria pocos la midieron en ese instante. Quizá otro que lo percibió fue Anquela que saliendo de la sala de prensa, donde los periodistas ni entraban, y caminando al vestuario levantó la cabeza y dijo “La que hemos liado”. Pues sí Míster. Fue muy gorda. La victoria del Alcorcón dio la vuelta al mundo. Televisiones, prensa y radio de todo el mundo conectaban en directo desde Alcorcón. Italia, Argentina, Colombia, Uruguay, Portugal, Francia, Inglaterra… El Alcorcón estaba en todo el mundo. Ese grupo de jugadores modestos e ilusionados habían demostrado que los sueños se cumplían. Como decía el capitán Ruben Sanz años más tarde “Fue una noche mágica. Estábamos muy ilusionados pero ante todo teníamos muchísimo respeto al Real Madrid y queríamos competir.”
Al día siguiente tocaba celebrarlo. Solo había un tema de conversación en los bares de Alcorcón y el Ayuntamiento decidió organizar una recepción al equipo en el balcón. El autobús descapotable salió en torno a las 17:30 horas de Santo Domingo. Era de día y había poca gente. Los jugadores estaban tranquilos. Y con mucha modestia Alberdi me comentó “Van a venir muy pocos. La gente trabaja”. En cuanto el autocar empezó a subir por la Avda. de Las Retamas vecinos y aficionados empezaron a aparecer. Alcorcón se echo a la calle. Al final fueron miles de personas las que se concentraron en el recorrido y en la plaza del Ayuntamiento donde los jugadores tuvieron verdaderos apuros para llegar al edificio consistorial. “No me lo creo” decían una y otra vez. Pero era verdad. Las cámaras de televisión que había, la prensa, la afición… les quería a ellos. Estaban ahí por ellos. Eran el Alcorcón. Habían fraguado el Alcorconazo. Uno por uno salieron al balcón. Emocionados. Dos semanas más tarde lo volvieron a hacer. Eliminaron al Real Madrid. La mayor hazaña deportiva de la ciudad hasta ese instante.
¿Quiénes quedan en el Alcorcón? Muy pocos. Titi, el utillero, Fidel y Ángel del departamento de prensa y casi nadie más. Ahora Juanma, el portero, ha conocido ya lo que se sufre como entrenador, Iñigo López y Manolo Cano (2º de Anquela) están en el Sanse en Segunda B, Borja Gómez juega en la India. Anuarbe esta en el Fuenlabrada como delegado, Mora forma parte del cuerpo técnico del Getafe y Ernesto es segundo técnico del Álcala. Borja trabaja para la Agencia You First Sport, el capitán Rubén Sanz trabaja de profe en Móstoles y es fácil verle con sus hijos en la grada de Santo Domingo, Alberdi es comercial de vinos… Pero todos ellos, artesanos del balón, currantes del fútbol. Nos hicieron creer que todo es posible. Que en el fútbol como en la vida los sueños se pueden cumplir. Una ciudad, un equipo, un lema “Hasta el último minuto del último partido”.
Fue un día grande. Pero para alcanzar esos días es necesario trabajo y sentido común. Algo que siempre puso sobre la mesa Anquela, el entrenador, y Esteban Márquez, el Presidente. Meses más tarde el Alcorcón consiguió “in extremis” el ascenso a Segunda División. Entonces un dirigente del Club me comentó “Ahora sí que estamos viviendo el día más importante en la historia del Club. La Liga es lo que te da de comer y no el Real Madrid”. El Real Madrid les hizo creer. Pero el ascenso fue lo más importante. Lo dicho, sentido común.