COPA LIBERTADORES
Jorge Jesús: el artífice del renacer de Flamengo
El técnico portugués ha convertido al Mengão en uno de los mejores equipos de Sudamérica en apenas cuatro meses. Competirá con River por la Copa Libertadores.
En junio de este mismo año, Flamengo abría una nueva página en su historia. Jorge Jesús, técnico portugués con una experimentada carrera en el fútbol de su país, llegaba a Río de Janeiro después de unos meses de incertidumbre en el Mengão. Tras la marcha de Reinaldo Rueda, que llevó al equipo a la final de la Copa Sudamericana 2017, se abrió una etapa convulsa en el conjunto Rubro-Negro con cinco entrenadores distintos en un año. La llegada del preparador más laureado de Portugal llenó de esperanza a un equipo que sueña con derrotar a River en Santiago de Chile el 23 de noviembre y coronarse campeón de la Copa Libertadores 2019.
El portugués ha convertido al conjunto brasileño en una auténtica máquina de aplastar rivales. Ayer contra Grêmio fue otra demostración más de poderío en todas las parcelas del campo. Una defensa sólida con Rafinha, Rodrigo Caio, Pablo Marí y Filipe Luís en un estado de forma envidiable. El centro del campo es uno de los más completos de Sudamérica con el uruguayo De Arrascaeta haciendo de nexo de unión con una delantera letal en el uno contra uno con Bruno Henrique y Gabigol.
Una de las mejores cosas que tiene Flamengo es que veteranos y jóvenes tienen las mismas oportunidades y se empastan a la perfección sobre el terreno de juego y lo han hecho muy rápido, ya que la mayor parte de jugadores han llegado en los últimos meses. Con la irrupción de Reinier, al que ya pretenden varios grandes de Europa, y la recuperación de Jean Pyerre de su lesión, el Mengão tiene talento a raudales, que deberá mantener si quiere seguir con esta progresión ascendente.
Jorge Jesús ha conseguido crear un equipo muy completo y gracias a su buen hacer en Río de Janeiro, 'Fla' ha vuelto a una final de la Copa Libertadores 38 años después. Enfrente tendrá a River, el rival más complicado que le podía tocar, pero tiene armas de sobra para plantarle cara y llevarse la segunda Libertadores de su historia. A su favor tiene que ganó la única final de Copa que ha disputado hasta la fecha, la de 1981 ante el Cobreloa chileno.