El Hércules se blinda y caza otro triunfo balsámico ante el Ebro
Carlos, con un doblete, y Borja logran la segunda victoria consecutiva en casa. Primera vez que el equipo deja la puerta a cero este curso (3-0).
Tenía el Hércules algo desconcertado al personal. No se sabía si el equipo de Jesús Muñoz iba o venía. Si lo del Barça B había sido un espejismo después del tropezón de Andorra o una realidad. Y el Hércules demostró ayer ante el Ebro que está en buena línea (3-0), en fase de recuperación. Todavía está en descenso porque lo ha hecho rematadamente mal en el arranque, pero ya empieza a carburar en casa. El conjunto alicantino se impuso sin problemas al Ebro, cazó su segunda victoria consecutiva en el Rico Pérez y puede presumir de llevar siete goles a favor en los dos últimos duelos que ha disputado ante su gente.
Carlos Martínez, con otro doblete, y Borja firmaron la cómoda victoria ante el Ebro. El catalán ha vuelto a enchufarse y está en esa fase en la que casi todo lo que toca lo convierte en gol. El Hércules, al margen de la estética, gustó porque fue sólido atrás. De hecho, dejó su puerta a cero por primera vez en la temporada. Nueve partidos después, Falcón se marchó de vacío, otro síntoma de por dónde se estaba desangrando el cuadro blanquiazul en este inicio decepcionante.
El Hércules fue de menos a más. Su primer acto fue discreto. Pronto se dio cuenta de que el Ebro, por muchas ganas que tuviese Emaná, estaba limitado en ataque. Borja falló una ocasión clara tras mandar a las nubes un balón en el área pequeña. A Carlos le anularon un gol por fuera de juego y el primer acto terminó con otro remate del catalán al lateral de la red que precipitó la lesión de Salva, portero del Ebro.
Nada más arrancar, Carlos mandó a la red un cabezazo tras un centro de Benja. El Hércules se quitó un peso de encima. Borja puso más tierra de por medio con un buen tiro cruzado. El alicantino le marcó a su ex el gol de la tranquilidad, aunque luego pidió el cambio por unas molestias. Carlos, en el 93’, marcó el tercero de penalti. El único lunar estuvo ahí porque Jona se lo pidió y el catalán se lo negó. La grada también coreó al malagueño, pero Carlos se opuso y generó el runrún.