Borja: "Lo que más duele es que te pinten la cara en tu casa"
El extremo alicantino analiza sus primeros meses en el Hércules tras volver a casa. Se sincera en AS después del peor inicio posible.
Otro palo en Andorra. No hay manera de tener continuidad...
Fue una pena la derrota porque íbamos con toda la ilusión del mundo para seguir con las buenas sensaciones que mostramos ante el Barça B. Cometimos errores, sobre todo en la primera parte, y no supimos contrarrestar su juego.
Hay gente que dice que la victoria ante el Barça B fue un espejismo...
Es cierto que la dinámica es malísima y es nuestra realidad. Pero creo que el equipo está demostrando que llega al área rival y tiene ocasiones. Pero en defensa estamos siendo bastante vulnerables, desde el portero al delantero. Hay que dominar las dos áreas y cuando ajustemos eso, el equipo irá hacia arriba.
¿Hacen autocrítica?
Es lo primero que hacemos y sabemos que no estamos dando el máximo nivel. No hay ningún tipo de excusa. En Andorra no se salió con la misma intensidad y hay que darle la vuelta a eso. Fuera de casa no podemos perder esa identidad que mostramos ante el Barça B.
Dijo Jesús Muñoz que faltó agresividad...
La intensidad nunca se debe perder por mucho que seas el Hércules. Hay que ir a muerte a por cada balón y en Andorra llegamos tarde a la presión y perdimos duelos, sobre todo en la primera parte.
¿Feliz por el gol?
Estoy contento porque es mi primer gol con el primer equipo. Pero la sensación es agridulce. No sirvió de nada y ni lo celebré porque íbamos perdiendo. No pude ayudar al equipo.
¿Cómo está a nivel personal? Esperaba otro inicio...
Yo y todos esperábamos otro inicio. Me hacía mucha ilusión volver al Hércules y acepté el reto con ganas. Esperaba que la situación fuese otra porque los jugadores que hay aquí son de otro nivel, de superior categoría. Pero los nombres no ganan partidos. Ahora no vale de nada lamentarse. Yo sigo con la ilusión intacta y creo que vamos a ir para arriba.
¿Se arrepiente de haber firmado por el Hércules?
Para nada. Sigo pensando que es la mejor decisión. Confío y hay que tomarlo como un reto. La realidad es que ahora mismo hay que salir de abajo y tengo la responsabilidad de darle la vuelta a esto junto a mis compañeros.
Se le ha visto hundido en más de un partido en casa...
Es posible que lo viva de otra manera por el hecho de ser alicantino y estar diez años en el Hércules. Pero es verdad que soy muy pasional y me duele la situación porque el vestuario no se merece esto. Insisto, lo vivo mucho y me ha dolido como el que más que nos hayan pintado la cara en el Rico Pérez, ante nuestra gente. Pero el fútbol nos brinda otra oportunidad ante el Ebro y debemos mostrar nuestras nuevas señas de identidad.
¿Qué ha cambiado Jesús?
Ha traído ilusiones nuevas, renovadas y una idea de entender el fútbol que a mí me parece esencial y perfecta. El equipo va hacia arriba, a por el rival y a intentar marcar el mayor número de goles. Le pido a la gente que dentro de la situación, que es malísima, esté con nosotros porque seguro que van a volver a disfrutar.
¿Sigue pensando en la expulsión que sufrió en Llagostera?
Fue un error mío, me equivoqué y no hay justificación. Desde el primer minuto se vio cómo perdía tiempo su entrenador y hacía cosas como si estuviésemos en Regional. Soy caliente y no entendí que se le permitiese hacer eso. Es verdad que hizo su partido, fue más inteligente que yo y perjudiqué al equipo. Le di vueltas porque pensaba que me podía caer más de un partido, pero fue un alivio.
¿Es especial enfrentarse al Ebro?
Tengo muy buen recuerdo de ese club porque supuso un punto de inflexión en mi carrera. A partir de ahí, fue a mejor. Firmé allí después de ascender con el Lorca y tras acabar mi etapa de sub-23. Nadie confió en mí y yo era el mismo jugador que ahora. Ander Garitano, el que era su director deportivo, sí lo hizo y siempre se lo agradeceré. Ahora, ha cambiado bastante.