MANCHESTER UNITED 1 - LIVERPOOL 1
El Liverpool se difumina en Old Trafford
Con el empate, Klopp alarga su 'maldición' en Old Trafford, estadio en el que no ha logrado vencer. Lallana marcó sobre la vocina.
Acarició con los dedos entrar en la historia de la Premier League igualando el récord de 18 victorias consecutivas del Manchester City, pero el Liverpool, que sigue líder con seis puntos de ventaja, se ahogó en la orilla. Lo hizo, además, en el ‘Clásico’ de Inglaterra, alargando la maldición de Klopp en Old Trafford, donde todavía no ha conseguido ganar, y sumando un empate sobre la bocina con un tanto de Lallana. Crédito para Solskjaer, que supo contener al actual campeón de Europa con un equipo que amenazaba con entrar en descomposición.
Desde el primer momento, ni el Liverpool pareció el mismo que llegaba invicto ni el Manchester United dio la impresión de ser un conjunto a punto de entrar en zona de descenso. Cómo engañan las predicciones cuando se trata de partidos tan grandes como este. Los reds, que poco menos que llegaban para pasearse y ajusticiar a los red devils, apenas mostraron claridad de ideas ni prácticamente intensidad.
Solskjaer sorprendió desde la pizarra con una arriesgada defensa de tres y la apuesta le salió bien a la hora de contener al tridente en el que entró Origi en el lugar del lesionado Salah. El egipcio, que era duda por molestias, no consiguió llegar al encuentro en Old Trafford. El que sí que lo hizo fue De Gea, que finalmente no parece tener nada serio y que se desmarcó con alguna buena mano.
Rashford fue el encargado de adelantar a los locales por medio de un contragolpe liderado por James, que le puso un pase cruzado para que el inglés, que en apenas 11 días cumple 22 años, definiese ante Alisson. La polémica llegó en el origen de la jugada, momento en que Lindelöf le robó un balón por la espalda a Origi en lo que pareció falta, aunque el VAR no lo consideró así.
Poco después la tecnología arrebató, con toda justicia eso sí, un gol a Mané por controlar el balón con la mano en lo que habría supuesto el empate en el marcador. En este caso, sin embargo, el árbitro no se había dado cuenta y de no ser por las cámaras el tanto habría subido al marcador.
En los segundos 45 minutos el Manchester United aprovechó la ventaja y la línea de cinco en defensa para replegarse y esperar atrás a un Liverpool sin ideas, capaz de aglutinar un 75% de la posesión sin que eso se tradujese en ocasiones claras. Los de Solskjaer, sin embargo, fueron quedándose sin gasolina de cara al final, y ya por acumulación, y tras un buen centro de Robertson, los reds fueron capaces de empatar el partido y rescatar un punto de su peor partido en lo que va de temporada.