"Desearía haber golpeado a un árbitro antes de la retirada"
El exfutbolista inglés, que jugó en el Barça durante tres campañas, repasó en una entrevista en 'The Guardian' una de las cuestiones que más le atormentaron en su época de jugador.
Gary Lineker sigue acaparando titulares a sus 58 años. El que fuera delantero centro del Barcelona durante tres temporadas, entre 1986 y 1989, ahora convertido en comentarista televisivo, siempre se ha caracterizado por decir sin tapujos lo que piensa o hacer lo que realmente quiera. Desde opinar en contra de Benzema o Zidane a salir en televisión en calzoncillos tras ganar el Leicester la Premier.
Ahora ha concedido una entrevista a The Guardian donde repasa parte de su carrera futbolística como su momento actual delante de las cámaras o su nueva pasión: la cocina. "Mi recuerdo más constante de la infancia es jugar al fútbol en el jardín trasero de mi casa", afirmó el exjugador. Aunque el asunto que más veces le vuelve a la cabeza de su época de jugador es no haber sido expulsado nunca: "Desearía haber golpeado a un árbitro antes de la retirada. A medida que se desarrolló mi carrera, surgió todo el tema de que nunca había recibido una tarjeta amarilla". Una afirmación que se le pasó por la cabeza en su etapa en el Barcelona: "No era un santo y pasé tres años en España donde sacan tarjetas por todas partes, fue un milagro que no obtuviera una. La gente solía bromear conmigo: '¿Por qué no le pegas al árbitro?'. Lo que obviamente habría sido realmente estúpido, pero podría haber sido divertido en mi último partido".
Lineker disputó 567 partidos entre Leicester, Everton, Barcelona, Tottenham, el club japonés Nagoya Grampus y la selección de Inglaterra y no recibió ni siquiera una cartulina amarilla.