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ESPANYOL

Pablo Machín es el noveno 'apagafuegos' del siglo

Las únicas excepciones negativas fueron Moya, Mané y Galca, mientras que Luis Fernández, Pochettino y Aguirre protagonizaron las mejores remontadas.

Pablo Machín.
GORKA LEIZA

De 1988 a 1993 el Espanyol vivió deportivamente su época más convulsa, con hasta siete cambios de entrenadores y dos descensos. Casi los mismos hasta la llegada de Pablo Machín que ha vivido el equipo en este milenio, 18 años ya de estabilidad deportiva en Primera pese a los sobresaltos de algunas campañas. Machín es el noveno apagafuegos, el cuarto de los diez cursos del RCDE Stadium

Solamente tres de ellos no cumplieron con los objetivos, o digamos que no lograron que el equipo mejorase. El primero fue Ramon Moya, sustituto de Juande Ramos en la campaña 2002-03. En nueve jornadas, y pese a ganar los dos primeros encuentros, el Espanyol perdió nuevamente el rumbo el sumar seis derrotas en siete encuentros. Le tuvo que sustituir Javier Clemente, quien sí logró reflotar y salvar al equipo.

Si Moya no logró reanimar al equipo, menos lo hizo José Manuel Esnal Mané en la campaña 2008-09, la última de Montjuïc. No ganó en los seis encuentros que dirigió al equipo en LaLiga: tres derrotas y tres empates. Lo sustituyó con acierto Mauricio Pochettino.

El tercero en discordia es Constantin Galca, quien asumió el Espanyol fuera del descenso y finalmente logró salvarlo pero de manera agónica. Sergio González fue despedido en la jornada 15 cuando el equipo iba desimosegundo, mientras que con el rumano el conjunto blanquiazul finalizó el decimotercero.

Pablo Machín tiene muy difícil engordar esta clasificación. El equipo está en descenso y le quedan 30 jornadas por delante para mejorar la imagen del Espanyol y también los resultados.

Luis Fernández, el francés que salvó el primer 'match ball'

En la jornada 11, se estrenó Luis Fernández en el banquillo del Espanyol después de que Javier Clemente no pudiera darle continuidad a su proyecto del curso anterior. El Espanyol era último con cinco puntos. El francés, con un juego defensivo y con Iván de la Peña y Raúl Tamudo sin responsabilidades defensivas, empezó a renimarse a partir de Navidad. Acabó la primera vuelta con 14 puntos, mientras que la segunda fue espectacular, en la que se consiguieron hasta 29. Finalmente, la clasificación del Espanyol, que se salvó en la última jornada, fue la decimosexta con 43 puntos.

Pese a esa remontada, las distancias económicas entre el club perico y el entrenador hicieron imposible que se le renovara el contrato. El francés salvo el primer 'match ball' del Espanyol en el Estadio Olímpico de Montjuïc.

Luis Fernández.
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Luis Fernández.Carlos MIra

Del milagro a la época más estable del RCDE Stadium

Sin apenas experiencia en los banquillos, al margen de una época de prácticas en el Femenino, Mauricio Pochettino se hizo cargo del Espanyol al final de la primera vuelta después de los fracasos de Tintín Márquez y Mané en el banquillo. El Espanyol sumó 15 puntos en 19 encuentros y estaba a seis de la salvación. Al técnico hispanoargentino le costó enderezar al equipo, pero en las últimas diez jornadas del equipo el rendimiento fue meteórico. El Espanyol acabó con 47 puntos, consiguiendo 32 en los 19 encuentros de la segunda vuelta.

Esa última campaña en Montjuïc supuso el inicio de la etapa de Pochettino como primer entrenador. Duró tres años y medio hasta que fue despedido en 2012. Entonces, llegó la época de Javier Aguirre, otro apagafuegos.

Aguirre, un juego simple pero que dio rendimiento

La marcha de Pochettino fue un trauma por el apego del entrenador con el club después de tres años y medio de muchos cambios y de situaciones extremos, desde el fallecimiento de Dani Jarque hasta la inauguración del estadio o las temporadas en las que se rozó Europa. Llegó Aguirre para asumir el cargo de un Espanyol que era última con nueve puntos en la jornada 13. Con un juego simple, de defensa organizada y juego directo, el conjunto perico retomó rápidamente el vuelo con Aguirre, un entrenador que cuajó en la entidad con su manera de ser y que supo administrar los recursos de un equipo en plena recesión ecónomica. El mexicano logró sumar 35 puntos en los 25 encuentros siguientes. Ese éxito le valió la renovación. Siguió un curso más, en el que el Espanyol flirteó con Europa pero se desmoronó al final de nuevo.