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REAL VALLADOLID

Stiven Plaza: del cielo al infierno en sólo 10 meses

El jugador ecuatoriano llegó con la vitola de ser el primer fichaje de Ronaldo Nazario, pero su falta de adaptación y las lesiones han frustrado, de momento, sus expectativas.

ValladolidActualizado a
10/10/19 PARTIDO AMISTOSO REAL VALLADOLID SALAMANCA UDS, Stiven Plaza.
PABLO REQUEJODIARIO AS

Stiven Plaza ha pasado en menos de 10 meses del cielo al infierno en el que se encuentra ahora. Inadaptado para jugar en Primera, no termina de coger el ritmo en Segunda B con el equipo de Javi Baraja. El delantero ecuatoriano tuvo un coste de más de dos millones de euros, más comisiones, y sobre su espalda soportó, para empezar, ser el primer fichaje de Ronaldo Nazario que fue incluso a su país, al club Independiente del Valle, para anunciar su fichaje. Las expectativas creadas en su llegada a Valladolid se frustraron rápido. Pese a la recomendación técnica de que empezara jugando con el Promesas, la presidencia del club se negó e impuso que entrenara y jugara con el primer equipo. Le costó coger el estado físico, acostumbrarse al fútbol español, y pese a debutar, nada más y nada menos, que en el Camp Nou el 16 de febrero durante 15 minutos, no pudo demostrar su potencial, ya que 15 días después terminó lesionado en la rodilla en el campo del Espanyol por una fea entrada de Roberto Rosales que le dejó en el dique seco el resto de la temporada pese a que se dijo en principio que en un mes podría volver. Se recuperó para jugar el Mundial sub20 con Ecuador, pero volvió a resentirse de su lesión y acabó su participación en la cita mundialista antes de tiempo.

Con el verano en ciernes, Ronaldo, presidente del Real Valladolid, decidió entonces que el jugador ecuatoriano terminara su recuperación en Sao Paolo, con los servicios médicos y de readaptación de Corinthians, con el objetivo de que llegara en condiciones a la segunda fase de la pretemporada del club blanquivioleta. Una vez llegado a Valladolid, con la nómina de delanteros que tenía el equipo, en el club empezó a triunfar la teoría de que sería buena una cesión a Segunda para adaptarse al fútbol español y parecía cerrada al Numancia, pero en el último momento, el máximo accionista paró la operación. No sólo esa. Como contó Marca en su momento, la cesión del ecuatoriano al club soriano, donde ya le esperaban con los brazos abiertos, impidió la llegada del Cucho Hernández. El jugador colombiano estaba hecho con el Real Valladolid, pero finalmente, un poco por las dudas sobre su lesión, todavía no ha jugado esta temporada en el Mallorca, las dudas del propio entrenador, Sergio González, sobre el jugador y la decisión de Ronaldo frustraron la cesión de Stiven Plaza al conjunto soriano y la llegada del colombiano a Zorrilla.

De esta manera, el jugador ecuatoriano se dispuso a empezar la temporada con el primer equipo. Con pocas opciones de jugar con los de Sergio, teniendo que volver a coger la forma, el club decidió entonces ir más despacio con el futbolista, recomendó que fuera cogiendo ritmo con el Promesas y esta vez sí, el jugador aceptó, como lo hizo, por ejemplo, Vinicius Junior en el Castilla la campaña pasada. Debutó en el primer partido de Liga en Segunda B (4-1), marcando en la última jugada del encuentro ante el Leioa, pero mostrando dificultades de coordinación y adaptación con sus compañeros, antes de lesionarse, otra vez, en el aductor. Tardó un mes en volver y lo hizo ante el Amorebieta jugando 26 minutos, mientras el pasado fin de semana disputó otros 28 minutos ante la Real Sociedad B, con Ronaldo Nazario asistiendo en directo al partido. También jugó unos minutos el jueves el amistoso ante el Salamanca CF UDS, donde no tuvo opciones y volvió a mostrarse un poco perdido. Hoy tendrá otra oportunidad en Irún, donde ha viajado con el Promesas para afrontar el encuentro ante el Real Unión, desde las 17:00 horas.

De esta manera, el club se ha lanzado en las últimas semanas a tratar de recuperar al jugador ecuatoriano de 20 años, en el que se tienen muchas esperanzas, pero sobre quien, quizás, ha caído demasiada responsabilidad muy pronto. Una vez que ha llegado y no ha explotado, ahora el club pasa al plan B: ir despacio, devolverle la confianza y ayudarle en la adaptación. Será bueno para Stiven Plaza y será bueno para el Real Valladolid.