Gallego cede el testigo a Machín en la Ciudad Deportiva
El extécnico del Espanyol pasó a despedirse de los jugadores, mientras que su sucesor dirigió su primer entrenamiento, bajo la mirada de Perarnau, Rufete, Tamudo y Capdevila.
David Gallego, entrenador del Espanyol hasta el pasado lunes, se tomaba un café en el bar de la Ciudad Deportiva Dani Jarque junto a sus colaboradores, Carlos Castro y Toni Clavero, este miércoles por la mañana, al mismo tiempo en que el nuevo técnico, Pablo Machín, dirigía ya su primer entrenamiento sobre el césped del campo 2. Curiosa doble imagen la que deparó este relevo en el conjunto perico, que suma cinco puntos en ocho jornadas y que tiene la obligación de reflotar cuanto antes.
Con naturalidad se despidió Gallego de cuantos se acercaron a él, y obviamente a primera hora de los jugadores del Espanyol, poniendo así fin con luces y taquígrafo a una etapa de apenas cuatro meses en el cargo. A la misma hora en que dialogaba en la zona del párking con algunos empleados y visitantes, las 11:00, se iniciaba con un cuarto de hora sobre el retraso previsto la sesión comandada por primera vez por Machín, enfundado en un polo blanco y una gorra, participativo en la charla de unos cinco minutos que impartió en el campo antes de que él y su preparador físico, Jordi Balcells, explicaran a los futbolistas el primer ejercicio de esta nueva andadura.
El director general deportivo, Óscar Perarnau, el de fútbol profesional, Francisco Joaquín Pérez Rufete, Raúl Tamudo, su ayudante Raúl Tamudo y Joan Capdevila, portavoz institucional del área deportiva, siguieron desde la banda las evoluciones de este primer entrenamiento, en que no pudo contar Machín con los internacionales (el argentino Matías Vargas, el chino Wu Lei y los Sub-21 españoles Adrià Pedrosa, Pol Lozano y Gonzalo Ávila ‘Pipa’), ni tampoco sobre el césped pudieron ejercitarse los convalecientes Facundo Ferreyra y Jonathan Calleri. Sí lo hizo el delantero del Espanyol B Alberto Fernández, que subió a reforzar al primer equipo.