Rubén Sosa: “Éste puede ser el año del Real Zaragoza”
El autor del gol que le dio la Copa del Rey de 1986 al club aragonés ve muy bien al equipo de Víctor Fernández y confía en su ascenso a Primera División.
Rubén Sosa llegó a Zaragoza en el verano de 1985 y tras unos primeros meses nada sencillos para él, terminó siendo el héroe de la Copa del Rey de 1986 al marcar el único tanto de la final y se convirtió en uno de los grandes delanteros de la historia del club aragonés. Ahora, más de tres décadas después, sigue como un zaragocista más al equipo que lanzó su carrera en Europa y sus sensaciones son muy positivas: "Lo veo muy bien. Sé que está muy cerca del primer puesto y creo que éste puede ser el año del Real Zaragoza. Siempre ha estado cerca de ascender y le faltó un escalón. Esperemos que este año lo subamos y volvamos a Primera División".
Un viaje por Europa en el que también ha visitado a dos de sus ex equipos, como el Inter y el Lazio, ha llevado al uruguayo de vuelta a la capital aragonesa nueve o diez años después de su última visita: "No podía no pasar por Zaragoza. Es mi segunda casa. Mi primer paso ha sido la Virgen del Pilar y el segundo La Romareda. Son los dos lugares que quise ver primero y después los amigos, como Pedro Herrera. Volver a este estadio es para mí un orgullo".
Allí vio en directo el partido contra el Málaga y seguro que le vinieron a la mente muchísimos recuerdos, como los vividos en la final de Copa de 1986: "El día del partido veía los trenes que salían de Zaragoza y no me lo podía creer. ¡Nos venían a ver a nosotros! No podíamos defraudarlos y por suerte pudimos traer la Copa aquí. Me dicen que el gol fue de suerte, pero fue gol igual. Me acuerdo de que el tiro libre era bastante lejos y yo dije que iba a patear al arco y que después ya veríamos. Tocó en la barrera y gol. Estoy muy orgulloso de ello".
Rubén Sosa, que se define como "un hincha más en la cancha" en su época de jugador, sigue notando el cariño de la afición zaragocista: "Yo trataba de correr mucho para el Zaragoza y hacer goles y la afición veía eso". Pero sus primeros meses no fueron nada fáciles: "Pedro Herrera fue y es como un hermano para mí. Estaba siempre a mi lado. Los primeros tres meses no hacía goles y apenas tenía 18 años. Después empecé a hacer goles y no paré", sentencia 'El Poeta del gol', ahora un zaragocista más.