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Moyá: "¿Un gol a Oblak? Busca donde no llegue: no hay otra"

Moyá (Binisalem, Mallorca, 35 años) se siente feliz de jugar contra el Atlético. El guardameta se acuerda de su etapa en el equipo madrileño y elogia a Oblak.

Moyá: "¿Un gol a Oblak? Busca donde no llegue: no hay otra"

Si hubo un portero que una vez sentó al considerado mejor del mundo, Jan Oblak, ése fue él, Miguel Ángel Moyá (Binisalem, Mallorca, 1984). El sábado estará enfrente. Defendiendo la meta de la Real Sociedad. Habla de Arconada, del nuevo Anoeta, de sus años rojiblanco, donde fue 'vieja guardia', de la charla del Cholo en Múnich, que hablaba de él, y de Jan.

-Valencia, Mallorca, Athletic, Atlético... El inicio de Liga de la Real parece hecho para usted...

-Sí, parece un calendario a propósito (sonríe). Es como, joe, cada semana pasa algo importante. De las primeras cuatro jornadas tres exequipos y un derbi vasco, ¿qué más se puede pedir? El Getafe en la 5ª jornada. No pero tampoco está muy lejos (en octubre).

-El de la 2ª jornada, en Mallorca, sería especialmente especial...

-Mucho. Sobre todo porque el Mallorca logró ascender en dos años de Segunda B a Primera, de una tacada. Yo lo he vivido como un seguidor más. Con mucha emoción.

-¿Veía los partidos?

-Sí. De hecho la semifinal del playoff me pilló de vacaciones y pude ver el Mallorca-Albacete en Son Moix. Después la final me pilló en México y no, pero mi padre me informó el primero. Cuando me levanté tenía el móvil lleno de mensajes: "El Mallorca ha subido". Fue apoteósico.

-¿Qué fue volver a Son Moix?

-Buah. Muy especial. Es que hacía seis años que no jugaba allí...

-¿Y cómo es entrar en el vestuario visitante y no local?

-(Ríe) Pues un poco raro. Allí son muchos de mi vida, cinco en Primera, y era entrar, me acuerdo, e ir a la izquierda. Y ahora claro es entrar, ir a la derecha... Raro.

-El Atleti que se encuentra este fin de semana es muy diferente al que dejó en febrero de 2018. Sin Juanfran, Godín, Gabi... ¿Cómo vivió desde lejos sus despedidas?

-Con una sensación agridulce. Siendo consciente, por un lado, de que todo llega a su fin, esa guardia pretoriana del Cholo que se decía, y llegan otros guardas. Koke, Saúl, Oblak, Giménez. Ellos son el estandarte de este nuevo Atleti. Lo que sí que llama la atención es que fue todo muy seguido, jugadores muy importantes. Pero ya está. En el vestuario siguen igual media docena de jugadores con los que compartí vestuario. Siempre hay alguien a quien darle un abrazo cuando juego contra el Atleti.

-¿Cómo ve a esos Koke, Saúl, Giménez, Oblak? ¿Preparados?

-Sí. Internacionales los cuatro, muy expertos en la categoría a pesar de su juventud, con muchos partidos a la espalda en el Atleti... No hay nadie mejor que ellos para hacer ese recambio en el Atlético.

-¿Tiene relación con el vestuario del Atlético?

-Sí, sí, sí. La relación diaria no puede ser la misma, claro, no estás en el día a día, pero con Saúl, Koke, el mismo Oblak, con Giménez, estoy en contacto.

-¿Cómo era jugar con un central como Godín?

-Primero, en lo personal un placer. Y luego siempre sabías que resolvía el 95% de las acciones de una manera brillante. Con juego aéreo defensivo, ofensivo, con olfato goleador a pesar de ser un central (ríe) y un liderazgo de jugador de antes.

-Su fichaje por la Real fue en febrero y muy rápido. He leído que... ¿todo pasó en un cumpleaños de Cerezo?

-(Ríe) Sí. Pues mira, se le hizo una fiesta sorpresa al presidente, en el Wanda, y estábamos todos preparados para cenar y el tema se estaba demorando porque Miguel Ángel (Gil) no acababa de llegar, lo hizo media hora más tarde. Recuerdo cuando llegó, la mesa, bromeando, "Ya era hora...". Y en eso que saluda, se acerca a mí y así, en privado, me dice: "Ha llamado el presidente de la Real preguntando por ti". "Tranquilo, mañana ya me dices". Porque era finales de febrero, estaba cerrado el mercado, yo pensé que sería para la temporada siguiente. Pero no, él se refería a esa misma noche, prácticamente para decir al día siguiente sí o no: era el último día que tenía la Real para inscribir a un jugador por la venta de Iñigo Martínez al Athletic el último del mercado, que le daba otro mes más a la real para firmar otro jugador.

-¿Usted sabía que eso existía en el fútbol?

-No, en ese momento no.

-Y dice sí.

-Fue un poco en la misma tónica que estos jugadores, Godín, tal... Te ofrecían unos años por delante de contrato que también es seguridad. Un buen club, ciudad, mi familia... Al día siguiente hablo con el Atleti, mi representante, nos reunimos dos horas con la Real, en su despacho en Madrid. Su médico vino al Cerro y pasé el reconocimiento mientras se cerraban los flecos. El Atlético también facilitó que yo pudiera salir por una cantidad asequible para la Real, para que todo fuera fácil, en un momento que tenía por delante la Europa League, que Alex (Werner) no había debutado. Pero fue un poco ten con ten. Cuando el Atleti había estado penalizado por la FIFA sin poder fichar yo recibí una oferta de la Premier y decidí rechazarla para no perjudicar al club.

"Cuando juego contra el Atleti no falta a quien darle un abrazo"

Miguel Ángel Moyá

-¿Ah, sí?

-Sí. Poca gente lo sabe pero hubo un equipo de la Premier, con una oferta superior a la que después la de la Real, y dijimos que no. Pero salió esto de repente. Y era España, más sencillo...

-Y se había acabado ya el castigo FIFA rojiblanco. En la Real ya es un líder. Nada más llegar les envió un vídeo que aún recuerdan...

-(Risas) Sí. Es verdad... (vuelve a reír). Cuando llega a un equipo se paga un poquito la novatada y la Real era que te metían en el grupo de chat del equipo y tenías que hacer un vídeo presentación. Yo llegué justo para viajar a Sevilla y jugar contra el Betis. De Madrid yo hice las maletas para ir a Sevilla y concentrarme directamente.

-¿Y qué les dijo en ese vídeo que les impactó tanto?

-(Ríe) "Soy Miguel Ángel Moyá, como todos sabéis pero bueno... me podéis llamar Moyaca..." (ríe).

-Lleva una camiseta de grandes porteros...

-Si hay un culpable de que esta portería sea de las más veneradas de LaLiga es Arconada. Un histórico de la Real, la Selección, la historia del fútbol, ¡y que se conserva mejor que nadie! He coincidido un par de veces con él y es muy agradable compartir vivencias. Y luego también sabes que estás en una portería en la que has de rendir bien porque, habiendo tenido un portero como Arconada, que significa tanto, siempre estás un poco en el foco.

-¿Cómo ha vivido este verano? Ha sido un poco complicado. Rulli, Remiro, usted...

-Pues mira, al acabar la temporada pasada, el club nos comunica, que como se ha fichado a Remiro, si llega alguna oferta por Gero (Rulli) o por mí la iban a escuchar. Preferentemente la idea era que saliera Rulli. Más joven, con un mercado más amplio. Pero en verano la idea se fue atascando y también le dijeron a mi agente: "Si sabes de algo que llegue por Miguel Ángel háznoslo saber: queremos dar una solución al tema de la portería". Hubo un momento que yo veía que empezaba LaLiga, que íbamos a estar los tres y ya veríamos qué pasaba. Pero una tarde me levanto de la siesta y miro el móvil y veo que Rulli está cerrado con el Montpellier. Fue muy rápido. Y llegó y fue un poco besar el santo. La verdad es que está contento, he hablado un poco con él y lo está. Y yo también, no es que me quede titular y menos tranquilo, pero es verdad que estando tres porteros hubiera sido un todo más complejo que dos, más cerca de poder jugar y que todo sea más normal.


-Usted, cuando llegó al Atlético, estuvo por delante del considerado por muchos mejor portero del mundo...

-Llegamos los dos a la vez, Jan con algún problemita físico, que se perdió los días de la pretemporada donde ya se preparan los primeros partidos, y me tocó a mí enlazar dos o tres seguidos. Después Cholo me dio la titularidad en la Supercopa de España, que ganamos con una actuación buena mía. Pero yo estaba jugando en el Atlético y para septiembre, octubre noviembre, yo ya me di cuenta que Jan Oblak es un porterazo y venía apretando por detrás. "Uy, este, este bicho".

-¿Qué le veía?

-Unas condiciones bárbaras. Un tren inferior potente para saltar. Parando, resolviendo intervenciones cercanas, con reflejos, poderoso. Yo le veía y decía: "Este chico sí que es de verdad lo que han fichado". Pero yo también estaba jugando bien, con mis condiciones, diferentes, no por ello malas, y el Cholo no me podía quitar. Hay una cosa yo cuento mucho: que en las charlas él siempre hacía mención a que él no regalaba nada a nadie. Ni por nombre ni por lo que se hubiera costado. Recuerdo la charla antes de la semifinal en Múnich. "¿Y Jan qué?' Mucha gente cuando fichó decía: '¿Y por qué no juega Oblak?'. Y yo decía: '¿Y por qué tengo que quitar a Miguel?".

-Una lesión Leverkusen tuvo la culpa. Se decía que iba a ir a la selección. ¿Le llegó a llamar Del Bosque?

-Vicente a mí no me llamó pero me habían llegado, por diferentes vías, que la idea era que mi nombre estuviera en la lista de ese viernes. Y yo me lesiono un miércoles... Pero, bueno, son cosas que pasan. Lógicamente dices: "Ay, qué pena", me hubiera encantando jugar con la Selección absoluta, ir convocado al menos una vez en mi carrera, pero no me quejo de cómo me ha ido, estoy muy contento también.

-Oblak tiene fama de imperturbable. ¿Realmente lo es?

-(Ríe) Para nada, para nada. Anda que no me he pegado yo risas con él.

-O sea que se ríe.

-Muchísimo. Es un fenómeno, un tío genial. Este fin de semana de los abrazos más fuertes será con él.

"El nuevo Anoeta me recuerda al Wanda Metropolitano"

Miguel Ángel Moyá

-Si algo se dice de usted en el Atleti es su profesionalidad intachable. Tanto titular como no.

-Sí pero no sólo fue mérito mío. También Oblak daba pie a que esto fuera así. Siempre tuvo un comportamiento estupendo hacia mí, los dos hacíamos una buena pareja. Y él veía que su compañero igual no jugaba pero que estaba cada día ahí, apretando en el entrenamiento, y eso hacía que él también apretara. Muchas veces me han dicho que parte de la mejora de Oblak fue tenerme a mí ahí. Cuando jugaba, exigiendo a que mejorase, y después, porque sabía que tenía a alguien detrás apretando

-¿Usted siempre fue portero?

-Sí, sí, desde muy pequeñito. A mí me gustaba jugar de jugador de campo pero como era grande me pusieron en la portería. Empecé con cinco años y a los siete jugué mi primer partido federado y ya estaba de portero. Y no ha ido mal (sonríe).

-Le ficha el Mallorca y su padre le tiene que llevar a los entrenamientos cada día, que estaban lejos, porque su pueblo está en medio de la isla y debe ir a Palma...

-Mi padre, como por las tardes podía, disfrutaba. Porque él es muy futbolero y se venía y veía el entreno sin decir ni pío. La verdad es que tenía mérito: te tiene que gusta mucho el fútbol para ir a ver el entreno de tu hijo, que a veces son aburridos. Una anécdota de entonces es que a los 16 yo ya empiezo a entrenar con el División de Honor y ahí estaba Ximo Campos, actual capitán del Mallorca. Y Ximo por aquel entonces ya tenía 18, 19 años y carné y como yo no durante dos años me llevó de copiloto (ríe).

-A Costa lo conoce, se entrenó con él. ¿Qué le hace más peligroso?

-Tú lo dices. Si una palabra lo define es esa: peligroso. Como dice Simeone muchas veces, los cuerpos hablan, y a Costa le ves que está ahí siempre preparado, físicamente un portento... Y luego es un gran rematador. A mí me marcó un gol de chilena cuando yo estaba en Getafe que no quiero ni acordarme, golazo. Pero es que luego es valiente, es honesto, presiona a las defensas, al portero hasta la misma cesión... Un delantero que a mí siempre me gustaría tener en tu quipo.

-No sé si ahora a sus delanteros en la Real les ha dicho cómo lograr hacerle un gol a Oblak.

-(Ríe) Yo ahí les puedo aconsejar poco. No sé si Oyarzbal les ha marcado pero William José sí. Yo puedo dar alguno, entre comillas, de cómo juega éste, tápale esto, mírale esto... Pero decir: "¿Cómo le marcas un gol a Oblak?". Pues es que no tiene carencias, él responde bien a todo. "Tú busca donde no llegue" (ríe).

-¿Cómo ve al nuevo Atleti?

-Me gusta mucho. Ha añadido esa plusvalía de jugadores como João Félix, Morata, Lemar. Que dan ese chispazo diferente a lo que tenía, que lo hacía más previsible

-¿Y la Real?

-La Real tiene un equipo para seguir con los cimientos que se han construido: crear un juego ofensivo, tener la pelota y ser protagonistas. Con un par de incorporaciones que, yo creo, nos mejoran. Portu, Isak, y Odegaard, ese jugador número 10 que desde la marcha de Canales quizá no teníamos.

-Estrenan ante el Atleti el nuevo Anoeta. Cuéntenos, ¿cómo es?

-El miércoles entrenamos allí por primera vez y es espectacular. Te voy a dar una pequeña apreciación mía: el nuevo Anoeta visto desde dentro, por la separación entre banquillo y campo, y las curvas que hace el graderío tanto en los fondos como en las tribunas, es como el Wanda pero en pequeño. Aquel tiene tres anfiteatros y es rojo y éste dos y azul, pero tiene un parecido, yo que he estado en ambos campos, bastante razonable.

-¿Hasta cuando tiene contrato?

-Este es mi último año con la Real. Tengo una opción de renovar un año más pero ni por partidos ni nada sino por decisión exclusiva de la Real.

-Tiene 35 años. Hasta que edad se ve jugando

-Ya con la edad aparecen algunos dolores, músculos que antes no sabía ni que existían (ríe), pues yo, a este nivel, esta temporada y dos más puedo aguantar perfectamente.