Arnáiz, revolución del Leganés que aporrea las puertas del once
Ante el Betis jugó 21 minutos en los que volvió loco a Emerson y casi logra el empate. Ante Osasuna y Atlético también fue de lo mejor pese a ser suplente.
José Arnáiz es un revolucionario del balón. Le gusta ese caos en el que se mueven los que inventan más que destruyen. Con la fantasía pegada a la bota (da igual a cuál, es bueno con ambas), sus fantasmas ya son cosa del pasado. Ha olvidado las lesiones y recuperado sus regates, esos que ejecuta a toda velocidad. Chispa de ritmo endiablado que todavía no le ha dado para ser titular con el Leganés en Liga. Ayer, ante el Betis, tras su tercera exhibición desde el banquillo en busca de la remontada, volvió a aporrear la puerta del once. Ayer volvió a ser uno de los mejores en los pepineros.
Apenas disputó 16 minutos (21 con el añadido) que le dieron para volver loco a Emerson, taponar las subidas del bético por la banda diestra y nutrir de caos el área del Betis hasta rozar el empate. Lo tuvo en sus botas en dos tiros que fueron a portería (100% de efectividad) de los que uno fue especialmente venenoso. Joel tuvo que exprimirse felino.
La estadística refleja semejante derroche de recursos ofensivos. Pese a disputar tan pocos minutos fue el pepinero que más regates probó (tres, los tres con éxito) y, con Braithwaite y Óscar, el que más veces tiró entre palos (dos remates). Y todo con apenas doce toques de balón. Llamativo.
Un mismo patrón
En el cómputo global de lo que llevamos de temporada su juego ha ido de menos a más y siempre emergiendo desde el banquillo como recurso de Pellegrino para buscar la remontada. El patrón ha sido similar en todos los casos. Cuando faltan unos 15 minutos para el final, Arnáiz sustituye a un defensa. El Leganés cambia su sistema, abandona la zaga de cinco y se lanza al vacío a buscar un gol salvador.
Ante Osasuna el talaverano sustituyó a Bustinza en el 77'. Contra el Atlético el sustituido fue Omeruo, también en el 77'. Ayer repitió Bustinza, pero un poco antes, en el 74'. Así que en esos tres partidos Arnáiz ha gozado de unos 20 minutos (incluyendo el añadido) para desequilibrar los encuentros y en su infinita fe y desborde casi lo ha conseguido.
Encaje en el sistema
La parroquia blanquiazul empieza a reclamar su titularidad, pero el asunto no es tan sencillo toda vez que él, Arnáiz, extremo de clara vocación ofensiva, tiene difícil hallar hueco en el 5-3-2 de Pellegrino, sistema (por ahora) intocable en el que la única opción sería relevar a un medio para incluirlo en el tridente de la medular.
Un relevo así podría desequilibrar la balanza en el centro del campo y, por tanto, parece por ahora poco probable. El tiempo dirá si finalmente El Flaco apuesta por esta solución, lo usa en punta por alguno de los delanteros o, simplemente, continúa con la fórmula presente a la espera de que el equipo solucione sus problemas defensivos y haga valer con más solidez sus esfuerzos ofensivos.