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REAL ZARAGOZA

"A esta guerra no puedo ir sólo con once guerreros"

Víctor reitera que este año va a ser más difícil jugar en el Real Zaragoza, pero tiene claro que la temporada va a ser muy dura y larga: "Nadie se puede dormir".

Actualizado a
Víctor Fernández.
ALFONSO REYES

—¿Qué es lo que urge corregir respecto al último partido?

—Va a ser un partido totalmente diferente. Jugar como local te cambia muchas directrices. Evidentemente, hemos estudiado dónde debemos mejorar, pero teniendo en cuenta que las circunstancias del encuentro son muy diferentes. Para cualquier gobierno de un partido el balón es fundamental y el otro día tuvimos un número de pérdidas de balón exageradamente alto, sobre todo en 34 minutos. No podemos repetirlo y tenemos que seguir siendo muy valientes.

—¿Va a repetir el dibujo del rombo?

—Los dibujos es algo que se modifica continuamente en el terreno de juego y lo que realmente es importante es el desarrollo de una idea. Cualquier dibujo que utilizamos en Ponferrada encaja perfectamente en las características de todos los jugadores que fueron alienados y todos los dibujos tienen sus grandes ventajas y sus grandes inconvenientes y éste no va a ser una excepción. Nos permitió ser un equipo autoritario y bien plantado en el primer tiempo y, sin embargo, en los treinta últimos minutos, que jugamos con cinco centrocampistas, perdimos la posesión.

—¿Puede haber cambios en el centro del campo?

—Se perdieron balones en los últimos 34 minutos, así que eso no te lleva a tomar decisiones. Lo único que sí que anticipo es que ésta es una guerra muy dura, es una cuestión de resistencia, son muchos partidos y a esta guerra no puedo ir sólo con once guerreros. Sería un gravísimo error. Es cierto que en la memoria del aficionado siempre quedan los equipos con ocho o nueve jugadores fijos. En nuestro caso no va a ser una excepción. Es algo que debemos perseguir si queremos resistir a los vaivenes y altibajos que te da esta categoría y porque me reafirmo en decir que este año va a ser más difícil jugar en el Zaragoza. Nadie se puede dormir y por supuesto que habrá sorpresas porque siempre las hay, pero lo que tengo muy claro es que debo hacer partícipes en esta lucha a muchos jugadores porque si no, no llegaremos a ningún sitio.

—¿Teme perder a algún jugador por no sentirse importante en estos dos primeros partidos?

—Entonces demostrará que no está preparado para el fútbol profesional. Cuando llegué no conocía a Pep Biel y estuvo cuatro o cinco semanas en las que no iba ni convocado. Él fue el que adoptó una actitud de rebelarse ante esa situación con más entusiasmo, con más esfuerzo, con más trabajo, poniendo su talento al servicio del grupo y revierte la situación. El que adopta el otro camino poco recorrido tiene ni en el Zaragoza ni en ningún equipo.

—¿Qué espera del cierre del mercado?

—Entiendo vuestra inquietud, pero tampoco quiero resultar cansino porque esto es lo mismo que hace veinte días. Mi planteamiento es el mismo y es consecuencia de un análisis preciso después de seis meses de convivencia con este grupo. Por tanto, sé lo que necesitamos para mejorar lo que ya tenemos, que es mucho y bueno. Yo soy el entrenador; ni soy el dueño del club ni el director deportivo. Me he limitado a exponer por dónde tenemos que ir y a ver lo que nos depara el mercado de aquí al final.

—En su anterior comparecencia dijo que ningún jugador de los que usted quería se iría si no era pagando la cláusula. ¿Linares y Lasure están en esa misma situación?

—No puedo justificarme ante ningún tipo de hipótesis. Para que un futbolista se vaya tiene que darse el cumplimiento del pago de su cláusula o la llegada de una oferta altamente significativa que nos permita hacer un desembolso inmediato por un jugador mejor o de unas características diferentes. Ninguna de las dos situaciones se han dado.

—¿Sigue queriendo una plantilla corta?

—Sería lo ideal, pero muchas veces esa voluntad que uno tiene no se corresponde con los hechos reales. El objetivo es ajustar más la plantilla porque no me gusta que se queden demasiados jugadores fuera de la convocatoria y que no sepan claramente cuál es su rol. Cuando se cierre el mercado volveré a hablar con todos y que cada uno tenga claro su papel. Y si no se han dado soluciones será porque el club no las ha logrado o porque al jugador no le ha interesado, ya que esto son tres partes, no sólo una. Cada uno tendrá que saber el lugar en el que se encuentra y luchar y superarse para entrar en el equipo y aceptar las reglas del grupo.

—¿Cómo se encuentra físicamente Kagawa? ¿Está ya para jugar noventa minutos?

—Llevaba dos meses sin competir y estaba entrenando con el filial del Borussia Dortmund esperando resolver definitivamente su futuro. No es lo mismo entrenar que competir y jugar. Y además venir a otro país y adaptarte a otras costumbres, a otros horarios y a otras formas de entrenar. Eso lleva un tiempo, pero como tiene tanta calidad, cubre mucho de su rendimiento con esa calidad. Estoy convencido de que el tiempo le va a ayudar a ir mejorando su condición física, que creo que es muy mejorable. Cada vez conocerá mejor a sus compañeros y estoy seguro de que mañana hará un muy buen partido.

—Eguaras apenas ha contado en estos dos primeros partidos. ¿A qué se debe?

—Le ha tocado esperar. Igual juega o no, pero todo el mundo tiene que estar preparado y por eso digo que no puedo ir a esta guerra con once. Debo implicar a muchísimos más y que todo el mundo esté preparado para competir. Y Eguaras debe estar en la misma que los demás.