Ontiveros ilusiona en su debut con el Villarreal
El extremo amarillo fue un torbellino ante el Levante, a pesar de jugar sólo un cuarto de hora. Empieza a cumplir con las expectativas.
Javier Ontiveros ha sido el culebrón del verano del Villarreal, que ha estado peleando durante dos meses de forma intensa por cerrar su fichaje. A pesar de los problemas y las dificultades para firmarle, los amarillos nunca han desistido de esta operación, colocando su incorporación como una preferencia clara, tanto para la directiva como para el propio Calleja.
Y todo ello pese a su fama de díscolo y sus problemas anteriores con su vida extradeportiva. En el equipo castellonense se ha valorado el enorme potencial deportivo que tiene y se ha confiado en la voluntad del futbolista en reconducir su comportamiento. Por ello, la insistencia que fructificó hace pocos días en el fichaje del marbellí, fue celebrado por técnico y dirigentes al unísono.
Una insistencia que ya ha dado sus primeros frutos positivos, ya que el jugador no ha podido tener mejor carta de presentación. En su estreno liguero ha generado una expectación máxima por volver a verlo en el campo y, sobre todo, por verlo debutar en el Estadio de la Cerámica. Y es que en los quince minutos en los que estuvo en el terreno de juego del Levante, el extremo marbellí fue un torbellino y un dolor de cabeza para los granota, de hecho, estuvo a punto de marcar.
El nuevo jugador amarillo tuvo tiempo de disparar tres veces con mucho peligro, haciendo que Aitor Fernández, el portero del Levante, tuviera que lucirse ante su afición y realizar la que fue la parada del encuentro. En el cuarto de hora que estuvo sobre el verde siempre encaró a su rival y buscó hacer daño desbordando a la zaga, de hecho, según las estadísticas realizó 14 toques, dio 9 pases y tuvo un acierto del 78% en los mismos.
Pero más allá de los números y las estadísticas, lo que se quedó en la retina de los seguidores del submarino amarillo, es el potencial de un jugador que mostró sus virtudes en muy poco tiempo: su descaro, su regate, y un disparo potente y colocado. Tanto es así, que con los pocos minutos que anduvo en el campo, ya fue capaz de tirar una de esas faltas que sólo lanzan los jugadores con galones en el equipo. Lo que también demuestra que la plantilla sabe que tiene en sus filas un jugador con mucho potencial que puede dar muchas alegrías al grupo.