Un año después, Ronaldo ya vuela solo en Valladolid
El brasileño cuenta con muchos frentes abiertos en la dirección de un club que quiere comprar el estadio de Zorrilla, pero no por 13 millones.
A principios de esta semana, Carlos Suárez, el presidente que más tiempo ha ocupado el cargo en el Real Valladolid (17 años), se despedía de la primera línea de la gestión del club, casi un año después de que Ronaldo Nazario le comprara el 51% de las acciones y se hiciera con la entidad pucelana. Suárez quedó entonces como consejero delegado e introdujo al carioca en los círculos de la capital castellana, al tiempo que le aconsejaba y se encargaba de cuestiones financieras. Todo para ayudar en su aterrizaje en el club blanquivioleta. Tras la salvación de la temporada pasada, el brasileño y el antiguo presidente decidieron que se daban las circunstancias para soltar el ancla, en palabras de Suárez: "Es el momento de darles la suelta y dejarles volar".
Y no son pocos los frentes que ha de afrontar el nuevo presidente junto a su equipo, capitaneado por el nuevo consejero delegado, Matt Fenaert. El más inmediato es conseguir aumentar el presupuesto para cerrar una plantilla que, en cualquier caso, volverá a ser de las más humildes. Pese a la venta de Calero, el cobro de los derechos de televisión y el cambio de marca deportiva de Hummel a Adidas, el gasto que podrá hacer el Real Valladolid no supera, ahora mismo, los 32 millones, aumentando, eso sí, la cantidad de la temporada pasada, donde con 23 millones, los pucelanos lograron la salvación. Y es que el club ha renovado a todos los jugadores, adecuando sus fichas a Primera, ha tenido que pagar primas, terminó de liquidar la deuda y comenzó a hacer obras en el estadio (se está retirando el foso). Todo ello incide en el límite de gasto y hace que algunos jugadores, entre ellos los madridistas De Frutos y Javi Sánchez, tuvieran que ser inscritos ayer a última hora, sin tiempo para que viajaran a la capital.
Otro de los puntos en los que Ronaldo y su equipo tendrán que redoblar esfuerzos es en la construcción de una ciudad deportiva y en la compra del estadio. Para lo primero, no han presentado aún ni el proyecto ni la documentación necesaria, por lo que el Ayuntamiento no les puede otorgar los terrenos. Lo segundo está en un compás de espera. El Consistorio se negó a pagar los 40 millones de la reforma de Zorrilla que planea el carioca, por lo que éste planteó la posibilidad de comprarlo: ya que lo reforma, se lo quiere quedar. El Ayuntamiento lo ve bien, pero la tasación pública fue de 12,9 millones. El club la ve "sobrevalorada", por lo que hará una propia.