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PREMIER LEAGUE

Rodrigo: una adaptación más lenta de lo esperado

Un torneo diferente, un país diferente, un ritmo de juego diferente y más terreno de juego que cubrir. Ahí recae el cambio de sensaciones de Rodrigo en el City.

Rodrigo, jugador del Manchester City
Shaun BotterillGetty Images

Rodrigo es uno de los fichajes más destacados del Manchester City en el pasado mercado veraniego. El centrocampista español dejaba el Atlético de Madrid, se marchaba de LaLiga, para embarcarse en su primera aventura internacional a las órdenes de un Pep Guardiola que deseaba casi de forma vital tenerle en sus filas. El Manchester City hizo efectivo el pago de su cláusula y, finalmente, Rodri disputará las próximas temporadas en el fútbol inglés.

Sin embargo, sus primeros pasos como jugador Citizen no están siendo los esperados. Al menos desde la referencia reciente en las filas del Villarreal y Atlético de Madrid. Un futbolista determinante en la sombra. Un jugador perteneciente a ese discriminado, pero selecto, grupo de profesionales del fútbol cuyo trabajo no es remunerado socialmente como sí lo hacen aquellos que levantan gradas con sus regates, goles, o incluso paradas. Rodrigo no está ahí. Rodrigo pertenece a esa clase obrera futbolística que trabaja en silencio, que pica piedra para que otros rindan, que apaga fuegos en soledad, y que, como dice Guardiola, no tiene tatuajes, ni piercings ni luce looks extravagantes. No. Rodrigo simplemente es Rodrigo, y desde hace unas semanas pertenece a uno de los megaproyectos más relevantes del fútbol inglés, europeo y mundial.

En España solía ir acompañado en la medular, solía ser pareja de baile de otro centrocampista en el doble pivote. Evidentemente, su labor era menor (que no peor), y ahora en Inglaterra, donde se encuentra solo como nexo entre defensa y ataque, sus primeros pasos están siendo más costosos. Que se lo digan a Fernandinho, quien se ha visto relegado a un segundo plano precisamente por la llegada del español, pero que en su día sufrió una situación similar. Ahí recae el supuesto bajón, o falta de adaptación, de Rodrigo. Ha pasado de jugar acompañado a tener que liderar el centro del campo del todopoderoso campeón británico. De hecho, su fichaje, antes de ser oficial, ya fue catalogado de “Guardiola busca en Rodrigo su nuevo Busquets”. Consciente, el catalán, de que lograr el fichaje de Sergio Busquets era una tarea muy complicada, tuvo que buscar y encontrar alternativas de garantías, y se topó con Rodrigo. Y la operación lo refleja de la mejor manera. Estar a la altura hoy en día de las opciones que ofrece Busquets son palabras mayores, y es por ello que, tras fijarse en él, exigió al Manchester City el esfuerzo económico suficiente para ficharle. Como convencer al Atlético de Madrid iba a ser tarea complicada, decidieron pagar la cláusula de rescisión. Por ello, desde aquel momento, Rodrigo se convertía en nuevo futbolista para el deleite del Etihad Stadium, en Manchester.

El fútbol inglés tiene otro ritmo, late en otra cadencia. Y si a eso se le suma el cambio de rol en grado de exigencia, parece lógico que Rodri pueda estar teniendo una adaptación algo más lenta de lo esperado en términos futbolísticos. En sus primeros pasos se le han contabilizado algunas pérdidas de posesión cercanas al área, generando ocasiones para el rival, contra sus propios intereses. Todo ello fruto de un cambio de exigencia, de mayor responsabilidad. Tiene el mismo cargo, pero más territorio que ocupar, más zona del campo que abastecer, y parece lógico que su físico todavía esté adaptándose a las siempre, por otro lado, exigencias de ser entrenado por un entrenador como Pep Guardiola.

Un torneo diferente, un país diferente, un ritmo de juego diferente y más terreno de juego que cubrir. Ahí recae el cambio de sensaciones que está mostrando Rodrigo en el Manchester City. Pero Guardiola parece estar tranquilo sobre ello. Ya le han preguntado alguna vez al respecto y en ningún momento ha transmitido alarmismo. De hecho, el nivel del jugador no está siendo negativo. El problema llega cuando obtienes el excelente en prácticamente todas las pruebas y, de repente, tras aceptar un nuevo encargo, ofrecer un notable. Seguirá siendo una nota muy positiva, pero se transmitirá un pequeño paso atrás.

Una adaptación que irá puliéndose con el paso de las semanas, con el paso de los entrenamientos. Una adaptación que seguirá nutriéndose jornada tras jornada en uno de los proyectos más sólidos y efectivos del fútbol inglés.