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ATLÉTICO | LA ENTREVISTA

Filipe Luis: "Salir bien del Atleti era algo que me obsesionaba"

Filipe Luis era el último que quedaba del primer once del Cholo en 2012. Habla en AS de aquellos días y de estos. De Lodi, Costa, de Juanfran...

Actualizado a
Filipe el pasado 21 de julio en el Wanda Metropolitano, en el acto de su despedida del Atlético.
Chema Díaz / Diario AS

-Fichó por el Flamengo. ¿Qué tal el regreso a Brasil?

-Ha sido una decisión muy, muy complicada. Lo pensé muchísimo. De las opciones que tenía la del Flamengo era la que más ilusión me hacía. Yo juego por un desafío, por escribir mi nombre en la historia de un club, no por ser uno más. Volver a Brasil era mi sueño de la infancia. Se lo prometí a mi abuelo, que murió tras la final de la Champions de Lisboa. Pero fue difícil. Al principio estaba medio triste pero cuando llegué, mi corazón explotó de alegría. Era lo que necesitaba.

-¿La mayor diferencia entre Brasil y Europa?

-El césped. Ralentiza mucho. No moja. Después el jugador se tira más, el árbitro pita más, el partido es más lento pero es la forma de jugar del fútbol brasileño: protege mucho al que regatea. Como le toques un poquito ya te pitan falta.

-Como buen amigo de Griezmann, ¿le sorprende que haya fichado por el Barcelona?

- No. Cuando el año pasado decidió quedarse, yo no le vi tan feliz durante la temporada. Yo creo que un futbolista tiene que estar feliz donde esté. Él tomó la decisión de irse. Es un fenómeno. Hemos hablado muchísimo y yo creo que tiene que buscar su felicidad. Pero es imposible que fuera a salir bien. Dado su nombre, todo lo que dio, siempre, siempre la gente se va a sentir ofendida. También creo que ha sido un gran negocio para el Atlético.

-Usted al irse al Chelsea, en 2014, enseguida añoró al Atleti...

-Me fui con unas ambiciones increíbles. De Londres, la Premier, pero cuando llegué vi que era totalmente diferente de lo que esperaba y que el Atleti era mucho más grande de lo que pensaba. Entonces, por más que tenía intención de jugar la Premier, de triunfar allí, decía: "He sido muy feliz allí". Y me dolía en el corazón.

-¿Quién llamó para que regresara: fue usted o fue el Atleti?

-Yo en marzo pensé: “Tengo que irme, con Mourinho tengo menos oportunidades de las que quisiera”. Al acabar la temporada tenía contactos de la Juve, PSG y Atleti. Todo a través de Mendes, le dijeron que si quería volver y ya no escuché nada. Pensé: “Voy a cumplir 30, estoy hasta los 34, renuevo, me retiro y soy feliz en el club donde más lo he sido”.

-O sea, que le llamó el Atleti... aunque usted estaba esperando que lo hiciera.

-Ah, sí, sí, perdón (ríe). Uno tiene que ser también fuerte y duro (ríe). Pero sí, cuando hubo los primeros contactos yo ya no escuché más.

-¿Qué tiene Simeone como entrenador?

-El Cholo fue cambiando a lo largo de los años, mejorando algunos aspectos y olvidándose de otros. Se perfeccionó mucho en el fútbol. Es un entrenador diferente a todos los que tuve jamás.

-¿Por?

-Estudia como nadie a los rivales. Nunca he entrado al campo con el partido tan masticado como con él.

-¿A usted qué le pedía?

-Depende (ríe). En unos partidos atacar muchísimo por fuera, en otros ir más por dentro encontrando pases entre líneas o casi no atacar porque hay que defender e ir por la derecha. Pero en el ochenta por ciento defender lo primero y, sobre todo, ser la sorpresa subiendo la banda. Eso pide el Cholo al lateral, el jugador yo creo cuya posición más valora. Para él es más importante fichar un buen lateral que fichar a un delantero.

-¿Cómo ve a Lodi?

-En este camino de que me voy, que me quedo, que renuevo, que no, he ido viendo a los laterales que el Atleti iba siguiendo. A todos. Y ha fichado al perfecto. Aunque defensivamente no esté totalmente maduro, ofensivamente tiene ya casi todo. Un recorrido larguísimo, centra muy bien, es muy inteligente, descarado, regatea… Y la defensa se pule. La del Atleti para un lateral está muy bien. Defienden todos muy juntos, es más fácil. Yo estoy encantado de que sea un brasileño, de la misma escuela.

-¿Le llamó?

-Hemos hablado por mensaje. Me dijo que estaba deseando que me quedase pero que me deseaba todo lo mejor. Yo le dije que tuviera paciencia, que no iba a ser tan fácil como la gente piensa, pero que es un gran jugador y que triunfará. Y que cualquier duda que tenga, que me pregunte (sonríe). Está en buenas manos.

-Usted cuando llegó al Depor, Lotina decía: “Qué bien sube pero hay que enseñarle a defender”. ¿Cómo se le enseña a defender a un lateral?

-(Ríe) Lotina… Cada vez que hablo con él me emociono. ¡Qué paciencia tuvo conmigo! Venía cuando terminábamos de entrenar y estaba ahí veinte minutos, enseñándome. Y he visto al Cholo haciendo lo mismo ahora con Lodi.

-¿Sí?

-Sí, sí. Pero yo es que no sabía defender de verdad. Nada, nada. Yo jugaba de mediapunta o interior y él me convirtió en lateral.

-¿Qué le costó más?

-Coger por ejemplo a Joaquín, el del Betis. Regatea mucho, improvisa, va por dentro, por fuera, y me descolocaba mucho. ¡No entendía cómo defenderle! Después, con los años, ya entendía que tenía que aguantarle o no dejarle recibir. Pero sólo con los partidos fui mejorando.

-Usted ha sido el último en irse del primer once del Cholo en 2012. ¿Recuerda aquellos días, cuando llegó?

-Me acuerdo de todo, absolutamente. La semana que vivimos, que estábamos muy, muy mal en Liga, con un equipazo.

-Algo que luego se vio.

-Sí, sí. Pero faltaba corregir un poquito y volver a creer en lo que estábamos escuchando. Manzano lo estaba haciendo muy bien con nosotros pero el equipo no ganaba y cuando no ganas los jugadores dejan de creer en lo que están escuchando. Recuerdo ante el Málaga, la charla del Cholo en el hotel, y cómo valoró el resultado 0-0, no encajar. Nos hizo coger confianza poquito a poco. Lo demás vino solo.

-Estuvo en Lisboa, estuvo en Milán. ¿Qué fue más duro?

-Para la gente, muchos de mis compañeros, Lisboa, pero para mí Milán. Se jugó mejor, estuvimos más sueltos, con la sensación de que era el momento… Y perder por penaltis cuando parecía que la historia estaba escribiendo la Champions para nosotros… Yo tuve la sensación de que no iba a tener otra oportunidad. En Lisboa sí: "Habrá otra". Y fue muy duro. Lloré, y al día siguiente me prometí que no iba a volver a llorar por el fútbol nunca más.

-¿Y lo ha cumplido?

-Sí. Casi lloro en la Copa América pero me aguanté.

-¿Qué le parece que a Juanfran lo vaya a ver en Sao Paulo?

-(Ríe) Me encanta. Que sea también tan competitivo y quiera seguir peleando. Es muy fácil tomar el camino menos exigente pero yo creo que la gente del Atleti en general somos adicta a eso. Al desafío, la presión (ríe).

-Cuando un jugador pasa de los 30 años, qué busca: ¿dinero o años de contrato?

-Cuando pasas de los 30 lo que más noto es cómo se van cerrando las puertas de los clubes. “Sé que este jugador me va a dar rendimiento pero no es una buena inversión”. Así piensan. Que no puedes aguantar cuatro años y eso duele un poco. Y lo primero, tu prioridad, es firmar años, no dinero.

-¿Hasta cuándo se ve usted?

-Hasta que el cuerpo y las lesiones me dejen. Estaría hasta los 40 (ríe). Si veo que no puedo, que estoy mal, obviamente no lo haré, pero me quiero ir diciendo: “No puedo más. Di todo”.

-Siempre dice que agradece al Atleti ficharle del Depor cuando tenía la pierna mal.

-Yo me rompí la pierna en enero y volví en mayo. Pero Miguel Ángel antes de eso ya me había dicho: "Te ficho tal y como estás, con la pierna para arriba". Y eso para mí... También me pasó ahora: yo quiero ir a un sitio donde me quieran de verdad. Yo siento eso. En el Flamengo me querían de verdad y fui. Después yo también tenía un peso enorme en mi cabeza. "Tengo que triunfar aquí porque han apostado por mí". Y di absolutamente todo lo que tenía. He sido muy profesional, muy serio y, a la vez que siento que el Atleti hizo mucho por mí, también yo hice mucho por el Atleti.

-¿Cómo ha sido este julio?

-El peor de mi vida. El más intenso que jamás viví. Porque ya cuando te haces con un nombre, una edad, ya no te llaman representantes, te llaman de clubes directamente. Entonces, recibía llamadas, el entrenador: "Mira, te quiero, vas a ser importante para mí". Es difícil pasar por ese proceso, elegir. No tenía nada claro.

-Lo único, seguir en el Atleti. ¿Por qué no lo ha hecho?

-Hablé con Miguel Ángel antes de la Copa América. “No tenemos nada claro, hay pendiente una conversación. No firmes con nadie antes de avisarnos”, me dijo. Al acabar, volvimos a hablar, el lateral estaba cubierto, no iban a necesitar a nadie. Entonces ya tomé la decisión de que podía irme tranquilo.

-¿Oferta del Atlético hubo?

-No, no, no. De papel, así escrito, no. Fue todo muy hablado. No fue un: “Mira te ofrezco un proyecto, si quieres te quedas”. No.

-¿Usted estaba dispuesto a asumir otro rol?

-Claro. Yo sé que con 34 años no estoy para 60 partidos, que he de rotar mucho. Pero no sólo en el Atlético, aquí en el Flamengo también. Pero eso, en lo de quedarme o no, no tuvo nunca ningún valor. Yo en ocho años tuve muchos momentos de estar en el banquillo y nunca di ningún problema.

-¿Cómo se vive el final de una trayectoria deportiva?

-Es súper difícil. Sú-per.

-Nadie les prepara.

-No. Y yo acompañé lo de Tiago, mi mejor amigo y vecino, cómo iba cambiando su vida y sabía. Pero no te preparas. Yo el único momento que se me pasó por la cabeza, que realmente estaba llegando al final de mi carrera fue en enero. Me lesioné, estaba a punto de volver con el equipo y tuve una recaída. Otro mes más fuera, que no se habló, no se dijo nada, pero ahí pensé: "Creo que tu cuerpo ya no da más". Pero no acepté ese KO. Me recuperé y acabé jugando la temporada y la Copa América. Pero sí se me pasó por la cabeza.

-¿Qué pasó con el PSG?

-Había acabado el Mundial y antes de la Supercopa contra el Madrid ya me habían llamado de París. Me dijeron la oferta. Tres años, el dinero infinitamente más. Yo se lo trasladé al club después de la final. Estaba esperándola. Acabó, jugó Lucas, fuimos campeones y, cuando pasó, se lo dije al club. Que tenía una oferta, que era irrechazable porque me daban tres años de contrato cuando me quedaba uno en el Atleti y que por favor, si podían, me dejasen salir como Gabi, que es la forma de hacerlo. Entonces me dijeron que no, que no había forma, porque no tenían tiempo de fichar a otro lateral.

-¿Y?

-Se lo dije a Miguel Ángel. Que era una oferta que no podía rechazar. “Pero yo te prometo que no voy a pelear nunca contigo porque me trajiste otra vez del Chelsea”. Él me dijo: "No vas a salir”. Y yo nunca peleé. Se habló muchísimo pero fue así la historia, tan sencillo como esto. Pero yo ya me fui una vez y al tener esto a la gente le habrá dolido mucho que yo me quisiera ir. Pero llega esto, con 33 años, tres de contrato y un equipo como el París y tenía que escucharla.

-Cómo vive que, entre la afición, se le considerara "un traidor", por eso, por irse en 2014.

-Salir bien ahora era una cosa que yo quería mucho, mucho. Pero es como pasa con Griezmann: en el momento que un jugador referente se va, no se va bien, la gente no acepta. Yo entonces no hice más. Trajimos la oferta, el Atleti no la aceptó y ya está. Pero hoy logré salir del Atleti por la puerta grande. Y eso era algo que me obsesionaba.

-¿Cree que esa oferta del año pasado pudo influir algo en que éste el Atlético no le renovara?

-Esa no es una pregunta para mí pero yo creo que no. Tras el PSG las cosas quedaron bien. Jugué, seguí teniendo todas las oportunidades. El club nunca interpuso un interés personal por encima del deportivo.

-¿Fastidia ver que su cuerpo va fallando?

-Para mí es más duro quizá que la operación. Sentir que no aguanta, que algo pasa. Y piensas. “Son mis dientes, algo que como...”. Entrenando soy muy intenso y decía: “Igual no debería serlo, ya no tengo una edad”. Pero es lo más duro, las lesiones musculares, porque estás bien, y de repente vas caminando, como me pasó a mí ante la Real y pas, un pinchazo. Y te pierdes diez partidos.

-¿Echó este año de menos la pretemporada en San Rafael?

-No (ríe). Es dura, no la peor como se piensa, pero sí muy cansada. Muchas sesiones, horas. Pero cuando la haces te sientes muy bien. Por ejemplo, Savic, como acabó la temporada, que no lograba jugar tres partidos y él lo decía: “Necesito una pretemporada allí”. Y ahora lo ves, increíble, volando. Como a Costa...

-¿Es el Costa del año de la Liga de 2014?

-Es mejor, con más experiencia. Quizá no joven pero con más ambición. Y cuando Diego está con esa rabia dentro es imparable.

-No lo ha pasado bien los últimos meses...

-No, no. Han sido difíciles... (silencio). Pero él es un tipo diferente en el fútbol. Él prefiere jugar bien y no meter gol a meter un gol y jugar mal. Él quiere ser importante para el equipo.

-Hay algo que Simeone dice de Gabi, Godín, usted... “Me dieron la vida”. ¿Qué es darle la vida al Cholo?

-Es todo. Es hoy no vas a atacar ni una vez, porque necesito que corras y defiendas, y que la prensa igualmente pueda matarte, porque diga: “Filipe ha estado fatal, no subió la banda”. Hacer lo que pida, a muerte con él, sacrificarte por todos. Eso mucha gente no lo entiende. Y luego, cualquier problemita que tenía en el vestuario, nosotros estábamos de su parte, defendiéndole, ante todos los nuevos. Eso es lo que más apreciaba de por ejemplo Gabi.

-¿Por qué jugadores como Gaitán, Carrasco, no triunfaron?

-Es lo que te digo. Igual coges a un jugador, Carrasco, con diez goles, muy bien, y hacerle entender que en un partido va a ser suplente porque era lo que el Cholo quería de él es muy difícil. De ser un crack, como Gaitán, venir por 30 millones, y no jugar. Si no entiendes eso tu confianza se va abajo. Gaitán no consiguió nunca soltarse.

-¿Ve a Simeone jugando ofensivo, como contó Koke, en un 4-3-3?

-Claro, es el momento de dar el salto de calidad. Ahora los fichajes tienen mucho más potencial, entonces es el momento de cambiar un poco el estilo y hacerlo más atractivo.

-¿Molestan a los jugadores las críticas al estilo del Cholo?

-A mí me molestaba cuando jugábamos mal y perdíamos. Cuando jugamos contra el Alavés, nos dieron un baño y empatamos a cero, decía: “No pasamos del medio campo”. Eso me dolía más. Pero cuando jugábamos mal y ganábamos me daba igual qué dijeran: ganamos. Cualquier defecto se oculta ahí.

-Se habla este verano que en el Atleti hay mucho canterano del Madrid, como usted...

-Me encanta que tantos jugadores del Madrid decidan ir al Atleti. Quiere decir que se está llegando a la altura del Madrid, que la gente casi prefiera estar en el Atleti que en el Madrid.

-¿De qué le gustaría volver?

-En el cuerpo técnico. Sé que aún puedo coger la Champions de la mano, lo sé, y espero sea de entrenador o como segundo de Tiago.

-¿En cuánto tiempo se ve con Tiago?

-En cinco años y medio, espero (ríe).

-O sea, cuando llegue a los 40...

-Sí, sí. Pero sí que siento que en el momento de retirarme me voy a ir con él. Sin duda alguna.